El mundo es un gran teatro: cuando los hablantes se animan a romper la cuarta pared

En ocasiones los hablantes actuamos como la gente del teatro y nos dedicamos a romper la cuarta pared para hablar de nuestro papel como hablantes.
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William Shakespeare, en su Como gustรฉis, ya lo dijo claramente: โ€œel mundo es un gran teatro y los hombres y mujeres son actoresโ€. Sinceramente, estoy completamente de acuerdo en esto. Y asรญ, igual que en el teatro, cuando hablamos con los demรกs entran en juego dos niveles distintos que a veces se superponen. Por una parte, estรก lo que estamos diciendo, que podrรญa considerarse como el texto de los actores y las actrices en escena. Pero, por otra, estรก el propio hecho de que estamos ahรญ, con los demรกs, hablando; de alguna manera, este estar ahรญ hablando se podrรญa relacionar con la actuaciรณn teatral. Si aceptamos esto podrรญamos explicar por quรฉ en muchas ocasiones los hablantes actuamos como la gente del teatro y nos dedicamos a romper la cuarta pared. Sรญ, a dejar la escena por un momento y hablar de la propia representaciรณn, o, en nuestro caso, de nuestro papel como hablantes.

Pensemos, por ejemplo, en los adverbios modales. Lo normal es que expresen cรณmo ha sucedido esto que estamos contando, como cuando digo que Marรญa trabaja duramente o que Mi hijo ha llegado tranquilamente en tren. Estos adverbios son, si os ha gustado la metรกfora, parte del texto de lo que estoy contando porque hablan concretamente de โ€œcรณmo trabaja Marรญaโ€ o de โ€œcรณmo ha llegado mi hijo en trenโ€. Quรฉ distintos son, sin embargo, otros adverbios en -mente como cuando digo: Lamentablemente, Marรญa trabaja mucho. En esta ocasiรณn, el adverbio no habla de cรณmo trabaja Marรญa, sino de quรฉ me parece a mรญ, que os lo estoy contando, que Marรญa trabaje mucho. En cierto modo es como si hiciera un aparte y os contara mi opiniรณn. Como si dijera: Marรญa trabaja mucho y eso a mรญ me parece lamentable.

Estos adverbios en -mente no son los รบnicos que rompen la cuarta pared. Por el contrario: existen muchos mรกs ejemplos. Pensemos en las oraciones condicionales. En principio, sirven para establecer en quรฉ condiciones es verdad lo que estoy diciendo. Asรญ, cuando les decรญa a mis hijos: Si no tenรฉis muchos deberes, nos vamos a merendar al parque, la oraciรณn condicional limitaba las posibilidades de que fuรฉramos a merendar al aire libre. Los dรญas que tenรญan muchos deberes, no รญbamos; los que no, sรญ. De este modo, estas condiciones eran parte de lo que estaba diciendo, sin mรกs. Pero ยฟquรฉ ocurre cuando ahora, que son ya mayores, les digo cosas como: Si tienes hambre, hay carne en la cocina? Obviamente, que tengan hambre no repercute en que la carne estรฉ o no en la cocina. Se trata de otra cosa. De nuevo, estamos rompiendo la cuarta pared, pues estamos comentando nuestra propia sugerencia. Es como si nos alejรกramos de la escena principal (hay carne en la cocina) y comentรกramos: Lo digo por si tiene hambre. Es decir, solo en el caso de que tenga hambre, nuestra sugerencia estarรก justificada.

Un ejemplo mรกs: las oraciones causales. De nuevo en este caso uno espera que establezca una relaciรณn lรณgica con el resto del enunciado, como cuando digo Juan no ha venido porque estรก enfermo y todos entendemos que la enfermedad de Juan es la razรณn de que no estรฉ con nosotros, de tal modo que, si no estuviera malo habrรญa venido. Pero ยฟquรฉ ocurre cuando decimos cosas como Ha llovido porque el suelo estรก mojado? Aquรญ que el suelo estรฉ mojado no es la razรณn por la que ha llovido (mรกs bien es la consecuencia). De nuevo, estamos mezclando los dos niveles. En el texto del actor pone ha llovido y nosotros damos dos pasos a un lado, desaparecemos del centro del escenario y hacemos un comentario (lo sรฉ porque el suelo estรก mojado).

En todos estos casos, y en otros que podrรฉis imaginar vosotros mismos, estamos ante lo que los gramรกticos llaman adjuntos a la enunciaciรณn. Quรฉ curioso, ยฟverdad? Todos nos sentimos en ocasiones actores en el loco teatro del mundo, lo que no todos sabรญamos es que las gramรกticas de las lenguas lo tenรญan tan incorporado. No deberรญa sorprendernos. Y es que, volviendo de nuevo a Shakespeare, ya nos dijo en La Tempestad que los humanos โ€œestamos hechos de la misma materia que los sueรฑosโ€.

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Mamen Horno (Madrid, 1973) es profesora de lingรผรญstica en la Universidad de Zaragoza y miembro del grupo de investigaciรณn de referencia de la DGA
Psylex. En 2024 ha publicado el ensayo "Un cerebro lleno de palabras. Descubre cรณmo influye tu diccionario mental en lo que piensas y sientes" (Plataforma Editorial).


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