Ilustraciรณn: Letras Libres. Foto: Kongnamhong, CC BY-SA 3.0 , via Wikimedia Commons

Los algoritmos de las plataformas de entrega no funcionan sin el conocimiento local de los conductores

En la visiรณn algorรญtmica de las plataformas de entrega, el espacio urbano es una geografรญa plana e idealizada donde no existen fricciones, solo oferta y demanda. En la realidad, las fricciones existen, y se requiere del conocimiento de los conductores acerca de las limitaciones fรญsicas y sociales a nivel local para sortearlas.
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El sonido de la notificaciรณn en su telรฉfono alerta a Marina, una conductora de la plataforma de movilidad Gojek, de que le han asignado un pedido de comida. (Marina es un seudรณnimo.) Ella tiene 12 segundos para decidir si lo acepta o no, por lo que rรกpidamente hace algunos cรกlculos mentales. El lugar para recoger la orden es Grand Indonesia, un gigantesco centro comercial en Yakarta conocido tanto por su clientela de รฉlite como por su complicada disposiciรณn. A pesar de que sus restaurantes dependen de los servicios de entrega de motocicletas para mantenerse activos, Grand Indonesia no cuenta con espacios de estacionamiento adecuados para estos vehรญculos.

Afortunadamente, Marina conoce algunos grupos de mototaxis de la zona que podrรญan cuidar su motocicleta mientras recoge el pedido. Pero la ruta hacia el cliente la llevarรญa mรกs allรก de Monas, un monumento nacional en el centro de Yakarta. Segรบn las noticias que se comparten en los grupos de WhatsApp de conductores, una manifestaciรณn polรญtica ha provocado el cierre de muchas calles de la zona.

Con todo, ella acepta el pedido. En el camino, comparte su ubicaciรณn en tiempo real y los datos de su destino con el grupo de WhatsApp de su comunidad de conductores, una prรกctica comรบn entre los repartidores de motocicletas que trabajan para plataformas en lรญnea en Yakarta. Cientos de grupos de WhatsApp altamente organizados forman la columna vertebral de las comunidades de conductores de la plataforma en esta ciudad, y se han convertido en un espacio donde reciben consejos sobre sus estrategias de trabajo, piden ayuda si llegan a tener accidentes y, como en el caso de Marina, solicitan informaciรณn sobre los vecindarios en los que estรกn a punto de aventurarse para completar un pedido. Ahรญ se le informa que el punto de entrega estรก cerca de una zonah merah, una zona roja a donde los conductores de plataformas no pueden ingresar debido a antiguos acuerdos entre los conductores de motocicletas convencionales y sus contrapartes โ€œdigitalesโ€. Ella envรญa un mensaje al cliente por medio de la aplicaciรณn, solicitรกndole que recoja su pedido a 150 metros de distancia de la zonah merah. El cliente acepta de mala gana, pero a Marina le preocupa que su solicitud pueda hacer que este le ponga una mala calificaciรณn.

El gran nรบmero de decisiones que Marina tuvo que tomar con relaciรณn a este pedido es representativo de las limitaciones de la visiรณn algorรญtmica del espacio urbano que la plataforma de movilidad despliega: una geografรญa plana e idealizada donde no existen fricciones, solo oferta y demanda. En este mundo, la primera parece moverse fรกcilmente a travรฉs de calles mapeadas hacia la segunda.

Sin embargo, en Yakarta los conductores conocen la realidad. En el transcurso de mis mรบltiples visitas de trabajo de campo a este lugar entre 2019 y 2020, Marina y otros conductores de Grab y Gojek compartieron conmigo su comprensiรณn del espacio urbano. Estรก impregnada de relaciones sociales y obstรกculos de infraestructura. Para hacer su trabajo, todos los dรญas deben pensar quรฉ rutas tienen mรกs baches y quรฉ semรกforos permanecen mรกs tiempo en rojo. Sus mapas mentales de la ciudad seรฑalan quรฉ lugares tienen una seguridad hostil, dรณnde pueden encontrarse con conductores de motocicletas tradicionales violentos, acuerdos especรญficos que deben cumplir, y restaurantes amigables al pie de la carretera que les permitirรญan tomar un descanso. Tambiรฉn deben compensar las geolocalizaciones inexactas causadas por seรฑales de GPS bloqueadas por la infraestructura cercana.

Se ha escrito bastante sobre la tecnologรญa sin fricciones de las plataformas de transporte, que clientes y tecnรณlogos han celebrado por igual. Start-ups como Gojek y Grab han alcanzado un valor de mรกs de 10 mil millones de dรณlares, sobre la base de proporcionar por fin una soluciรณn tecnolรณgica simple a los caรณticos mercados de movilidad del mundo en desarrollo. No obstante, su elegancia estรก impulsada y se basa en las mediaciones humanas de los conductores en la calle. Los mercados locales a los que afirman reemplazar son los que a menudo han proporcionado a los conductores el conocimiento de las limitaciones fรญsicas y sociales a nivel local.

En Yakarta, la fluidez del funcionamiento de los mercados de taxis de motocicletas digitalizados y no digitalizados depende de las particularidades de las morfologรญas de la red de calles, las condiciones del trรกfico y la agrupaciรณn espacial de los mototaxis en las calles. Es tarea del conductor unir las dos visiones del espacio urbano: la abstracta y la real. Sin embargo, la celebraciรณn de la digitalizaciรณn vuelve al conductor completamente invisible, a pesar de que son sus conocimientos e ingenio los que permiten que las tecnologรญas parezcan exentas de fricciones. Aunque los algoritmos se vuelven cada vez mรกs complejos, es difรญcil de replicar ese conocimiento granular local. Siempre habrรก optimizaciones desconocidas que los algoritmos pasarรกn por alto y obstรกculos en tiempo real que las empresas de tecnologรญa, sin importar cuรกn organizadas estรฉn, desconocerรกn.

Este despliegue de tecnosolucionismo a travรฉs de un algoritmo sin contexto es particularmente pernicioso cuando consideramos que el punto de vista que se asume como proveniente de ningรบn sitio viene, de hecho, de un lugar en especรญfico: Silicon Valley. Hasta las nuevas empresas locales en los mercados emergentes heredan la creencia de Silicon Valley en las “soluciones tecnolรณgicas” independientes del contexto. Asรญ, los prejuicios occidentales pueden filtrarse en los supuestos sobre la movilidad en diferentes lugares. Por ejemplo, hasta hace poco, Google Maps no discriminaba entre calles intransitables de asentamientos informales y carreteras principales anchas. (Me familiaricรฉ bien con este defecto de diseรฑo cuando terminรฉ atascando un automรณvil prestado en los estrechos confines de un sinuoso asentamiento informal.) Los trabajadores en el terreno, cuyo sustento depende repentinamente de tales visiones algorรญtmicas incompletas, eventualmente resolverรกn estas brechas.

Entonces, las plataformas digitales no han eliminado las fricciones, las han trasladado a otra persona.

 

Este artรญculo es publicado gracias a la colaboraciรณn de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.

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es candidata a doctora en el MIT y estudia la integraciรณn de plataformas de movilidad en mercados emergentes. Se enfoca en comprender los resultados inesperados y las eficiencias limitadas de la mediaciรณn algorรญtmica en el mercado de mototaxis del sudeste asiรกtico.


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