Hace diez años, la American Association of University Women (AAUW) publicó el reporte Why so few? Women in Science, Technology, Engineering, and Mathematics, que indagaba en la escasez de mujeres científicas e ingenieras. De acuerdo con la AAUW, las razones no son ningún enigma. Se llaman barreras sociales, barreras culturas, sesgos de género y estereotipos. Algunas son simples, pero no por ello menos dañinas, como el hecho de que la mayor parte de las personas suele asociar las ciencias y matemáticas con temas “masculinos” y las humanidades y las artes con aspectos más “femeninos”. Este sesgo, apunta AAUW, “no solo afecta las actitudes de los individuos hacia los demás, sino que influye en la probabilidad de que las niñas y las mujeres cultiven sus intereses en matemáticas y ciencias”. Hay también firmes creencias (¿o deberíamos decir necedades?) en cuanto a que las mujeres son menos competentes que los hombres en los trabajos “masculinos” y, si resulta que efectivamente son exitosas en ellos, entonces son consideradas “menos agradables”. El informe termina haciendo una serie de recomendaciones y señala con particular énfasis la importancia de difundir los logros de las niñas y las mujeres en matemáticas y ciencias.
¿Por qué importa difundir y echar luz sobre esos logros? Por algo que Maria Irene Bellini, cirujana especialista en trasplantas del Imperial College Health Care NHS, ha enunciado de manera clara y poderosa: “No puedes ser lo que no puedes ver”. ¿Cómo pueden las niñas, adolescentes y adultas sentirse inspiradas por una profesión si no ven a otras mujeres desempeñándola?
Hace un par de años Bellini escribió su experiencia en “‘You cannot be what you cannot see’. The journey through surgical training from a female perspective”, donde confirma cuán importante es la presencia de mentores y modelos de roles femeninos. Ese mismo año lanzó la campaña #HowIBecameAWomanInSurgery, que desde entonces ha recogido las historias de cómo miles de mujeres tomaron la decisión de iniciarse como cirujanas y que obstáculos han tenido que sortear. Más que recoger buenas anécdotas, la iniciativa, como ha señalado Bellini es una publicación más reciente, trabaja como un tipo de mentoría a distancia y permite que el ejemplo de cirujanas con trayectorias largas y reconocidas sea visible para las cirujanas más jóvenes.
El año pasado en este sitio, Cecilia Rosen escribía que aunque “la participación de las mujeres en la ciencia mexicana está por encima de la de otros países y se coloca como la más igualitaria en América Latina”, todavía hay muchos obstáculos por vencer. Entre ellos, mencionaba buena parte de los que AAUW identificó hace una década: áreas de conocimiento “femenizadas”; posiciones jerárquicas que suelen ser ocupadas por hombres; el peso de los roles domésticos tradicionales y del cuidado familiar. La solución a esto sin duda pasa por una política pública, pero mientras eso sucede (si es que sucede), podemos empezar a echar luz sobre esas historias. ¿Cómo te convertiste en cirujana, en matemática, en física? Si puedes verla, puedes ser como ella.
Es politóloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a título personal.