Los avances en la tecnología cinematográfica hacen que los remakes, reboots y otras formas de cine derivado sean más vistosas que las películas originales. Pero a veces, esa tecnología se usa para disimular la falta de ideas. Este no es el caso de la trilogía de El planeta de los simios, que comenzó en 2011 y llega a su fin con esta entrega.
El maquillaje digital le da al simio César un gran realismo, y pone en relieve la estupenda caracterización de Andy Serkis. Esta renovada verosimulitud permite nuevas lecturas de la historia: los simios son más empáticos, mientras los humanos más impulsivos y salvajes. El conflicto ya no es entre especies, sino entre seres de inteligencia casi idéntica. Aun así, los humanos, liderados por un animalesco Woody Harrelson, maltratan a sus iguales. Las conclusiones no se limitan a la ciencia ficción.
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.
