En algún punto de la última década la técnica documental -cámara en mano, cortes directos y escenarios reales- se volvió moda en el mundo de la ficción. La sensación de realismo que da esa forma de representar el mundo a través de la imagen se convirtió en un bastión recurrente en películas y series de televisión ancladas en el universo fantástico del drama. Para ser aún más creíble la fantasía hubo que importar ideas ajenas a la tradición. La verosimilitud echó mano de lo que antes se entendía como instrumentos necesarios para captar “la realidad”.
En Shamshatoo, un campo de refugiados en la frontera noroeste de Pakistán, viven 53,000 afganos desplazados de sus hogares por motivos históricos. Los primeros llegaron en 1979 a raíz de la invasión soviética. Otros llegaron mucho tiempo después, huyendo del bombardeo iniciado por Estados Unidos el 7 de octubre de 2001. Algunos nacieron ahí. De entre estos, el equipo de producción de Michael Winterbottom encontró a Jamal Udin Torabi y a Enayatullah, los dos protagonistas de In This World (2002), una película fundamentada en la mezcla de técnicas documentales con una historia dramática de ficción. Ambos protagonistas son refugiados reales escogidos entre miles. Antes de que el rodaje lo alejara de Shamshatoo, el trabajo de Jamal consistía en colocar ladrillos en el piso por un pago de menos de un dólar al día. (La oferta laboral que le ofreció Winterbottom fue un regalo sin duda inesperado.) Gracias a dos pequeñas cámaras digitales el equipo de producción fue reducido en la mayor parte del trayecto a cuatro personas: director, sonidista y dos camarógrafos que pasaron desapercibidos en puntos fronterizos, campos de refugiados, mercados y demás lugares públicos. Fuera de los personajes principales, la gente que sale a cuadro no sabe que está siendo grabada por dos cámaras de video. Además, los diálogos fueron totalmente improvisados.
Detrás de este método hay un sincero deseo de acercarse a esa verdad escurridiza asequible sólo para un verdadero emigrante indocumentado. In This World es una cinta de ficción, no hay duda de ello, sin embargo la manera de llevarla a cabo le da un halo de verdad difícil de duplicar utilizando el lenguaje cinematográfico convencional: decorados, iluminación, maquillaje, vestuario, actores profesionales, extras y un vasto equipo detrás de cámaras. El viaje de Jamal y Enayat es un vivo acercamiento a una travesía que se antoja devastadora para quien la sufre. La idea inicial era transmitir un caso típico de migración; la trama está basada en entrevistas con emigrantes reales establecidos en Londres, en Shamshatoo o en otros asentamientos similares. La historia ficticia de Jamal y Enayat sirve de ejemplo alegórico, es el eco de millones de hombres y mujeres que han sobrevivido o se han quedado en el camino.
La ruta: Primero cruzan Pakistán hasta llegar a Irán, en donde los detienen y regresan a la frontera. Hacen de nuevo el intento por otro sitio, y cruzan las montañas a pie. Llegan a Teherán, luego a Turquía y de ahí se embarcan en un carguero que tarda días en atracar en Trieste. No todos soportan la falta de comida, agua y oxígeno. Pasan semanas de vida callejera hasta que Jamal accede a un boleto de tren que se detiene en Sangatte, una comuna de indocumentados en el extremo norte de Francia, el punto más cercano a Gran Bretaña, el destino final.
La voz británica que da comienzo a la cinta estima que hay alrededor de catorce millones de refugiados en el mundo. Cada año un millón de emigrantes ponen sus vidas en riesgo al quedar a merced de coyotes que ofrecen el servicio del viaje. Los venidos del medio oriente son el principal foco de la consciencia europea. El testimonio que da In This World exige ser tomado con toda seriedad, con la música como refuerzo del drama y el carácter épico de la odisea.
En la obra de Winterbottom, In This World se encuentra entre Welcome to Sarajevo (1997) y The Road to Guantanamo (2006), el primero un drama basado en hechos reales con estrellas en los papeles protagónicos, el segundo una mezcla de documental y ficción dramática también basado en entrevistas a las verdaderas víctimas de la situación que retrata. Winterbottom es tan versátil como prolífico. Va de dramas intimistas como Wonderland (1999), 9 Songs (2004) o Genova (2008) a la reconstrucción histórico-muscial 24 Hour Party People (2002), la futurista Code 46 (2003) o el thriller de época The Killer Inside Me (2010). A pesar de en ocasiones perseguir la taquilla no descuida el cauce humanitario que de cierta forma recorre su obra.
El título da la pauta para la lectura universal que busca In This World, que, entre otros temas, pone de manifiesto las consecuencias humanas que tienen las decisiones políticas tomadas desde la cúpula. La muerte que origina una guerra es el aspecto más obvio: los padres que entierran a sus hijos, sin embargo las ramificaciones que una acción bélica conlleva van más allá, en espacio y tiempo. Cuando la geografía de un pueblo se modifica, los años posteriores profundizan las heridas.
Al verse obligado a comunicar la muerte de su compañero, el personaje de la cinta sólo dice que “ya no está en este mundo”. Un mundo que obliga a tantos a arriesgar la vida por el sueño básico de bienestar. Un mundo feroz que devora a muchos de sus hijos. Otros más sobreviven.
– JP Riveroll
(Imagen tomada de aquí)
(ciudad de México, 1979) Escritor y cineasta