Desconocemos por quรฉ, pero Jessica viaja en un auto con su esposo Duncan y un amigo rumbo a una casa solitaria en una isla. Vivรญan en Nueva York, pero algo sucediรณ y ahora se mudan al campo, por ‘el bien de Jessica’. Su nueva casa, ubicada en una colina y rodeada de niebla, es conocida por la gente del lugar como ‘Old Bishop Place’. No podrรญa ser un lugar mรกs ominoso. Al entrar, Jessica se frena aterrada en el pasillo al ver una figura humana al final de las escaleras hacia el segundo piso. ‘No te preocupes, yo la vi tambiรฉn’, dice Duncan, calmando a Jessica pero preocupando a la audiencia. La aclaraciรณn de Duncan lo deja claro: sabe que Jessica ve cosas que no estรกn ahรญ. Son los primeros minutos de la pelรญcula y con esa frase nos han anunciado que es un protagonista en el que tal vez no podemos confiar del todo. En ese pequeรฑo momento, el director John D. Hancock parece haber mostrado todas sus cartas. Es como si Psycho anunciara en sus primeras escenas que Norman Bates tal vez estรก completamente loco. Hace una cosa que no deberรญa hacer ninguna buena pelรญcula de horror: tomar partido con el espectador. Parece un error. Como si se nos quisiera privar de una vuelta de tuerca al final de esta historia.
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Es posible que no exista gรฉnero cinematogrรกfico tan bien definido y catalogado como el horror. Cada una de sus obras estรก dotada de caracterรญsticas que a su vez se dividen en subgรฉneros: asesinos seriales, zombis, vampiros, slashers, found footage. Y cada subgรฉnero se ramifica en mรกs subgรฉneros (zombis haitianos, zombis lentos o zombis rรกpidos). Las reglas de cada uno estรกn tan claramente delimitadas que existen pelรญculas de horror que son comentarios sobre distintos subgรฉneros, como Scream o Shaun of the Death. Y a lo anterior no solo podemos sumar autores casi enteramente dedicados al horror (desde Val Lewton hasta John Carpenter) sino tambiรฉn estudios como Hammer o Universal durante los treinta. Cada elemento cataloga y ordena este gรฉnero como ningรบn otro. El horror estรก tan delimitado que curiosamente es restrictivo. Curioso, sobre todo, cuando su principal funciรณn es asustar, y el susto tiene su origen en la sorpresa. Quรฉ difรญcil espantar cuando el espectador tiene un manual de reglas o un mapa; cuando sabe quรฉ hay a la vuelta de cada pasillo o detrรกs de รฉl en el espejo.
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Let’s Scare Jessica to Death es una pelรญcula que desobedece al gรฉnero cada vez que puede. Una pelรญcula de horror a la que no le explicaron cรณmo se hace una pelรญcula de horror. Se trata del debut de Hancock, un eficiente realizador que nunca mรกs volverรญa a dirigir una pelรญcula del gรฉnero (aunque dirigiรณ varios capรญtulos de la iteraciรณn ochentera de The Twilight Zone, y fue despedido de Jaws 2). Su pelรญcula mรกs conocida es Bang the Drum Slowly, una historia de beisbol con Robert De Niro, que bien podrรญa formar parte de una serie de ‘joyas ocultas del cine de deportes’ si alguien quisiera dedicarle tiempo a eso. Nada en su currรญculo sugiere que el tipo tuviera colmillo para este tipo de cintas. Y sin embargo Let’s Scare Jessica to Death se las ingenia para ser genuinamente aterradora. Su secreto es tal vez un ingrediente que a veces se les escapa a los exploradores del gรฉnero: la desorientaciรณn como herramienta narrativa.
La pelรญcula inicia con una figura sentada sobre una balsa al amanecer, interrumpida por la voz de Jessica narrando. ‘Me siento aquรญ y no puedo creer lo que pasรณ. Y sin embargo tengo que creerlo. ¿Sueรฑos o pesadillas? ¿Locura o cordura? No sรฉ cuรกl es cuรกl.’ De ahรญ una pantalla lรญquida, el recurso mรกs trillado para seรฑalar un flashback, nos lleva al inicio de esta historia. Jessica padece de esquizofrenia. La mudanza a la isla es por el bien de su salud mental. Y, sin embargo, llegan ahรญ en una carroza fรบnebre. Los habitantes locales, tan agresivos como los de The Texas Chainsaw Massacre, los reciben. Para colmo, parece que la mansiรณn de los Bishop estรก embrujada por su desaparecida hija, que podrรญa ser un vampiro.
Let’s Scare Jessica to Death aborda tantos subgรฉneros del horror que se le podrรญa acusar de dispareja. Hay vampiros, lugareรฑos inhรณspitos, fantasmas, casas embrujadas y una protagonista inestable que podrรญa o no albergar todos estos horrores en su cabeza. Pero Hancock, por virtud o desatino, parece que Hancock nunca vio ninguna pelรญcula con estos elementos y los retrata como si no tuviera referentes. Gran parte de la pelรญcula sucede de dรญa, sin importar que el sentido comรบn dicte que las apariciones asustan mรกs de noche o que los vampiros no podrรญan atacar a luz del sol. Y ya en el tema de los vampiros, aquรญ no vemos ni un par de colmillos, ni una sola estaca. Las vรญctimas en lugar de una marca de dos puntos en el cuello portan una cicatriz del largo de su yugular. Todos estos elementos habรญan aparecido antes en pantalla, y sin embargo ninguno aquรญ se siente familiar. Estรกn bajo sus propias normas: podrรญa decirse que, de alguna manera, Let’s Scare Jessica to Death establece su propia versiรณn del lenguaje en el que se expresa.
Let’s Scare Jessica to Death es un delirante laberinto que se recorre sin mapa. Aunado a eso, la ediciรณn y el trabajo de cรกmara desorientan tambiรฉn. Nunca sugieren un susto, siempre son engaรฑosos. La banda sonora parece pertenecer a otra pelรญcula, tal vez un romance de รฉpoca. Los sonidos son caprichosos, y el susto aquรญ nunca es fรกcil. Nunca busca que el espectador brinque en su asiento.
Por รบltimo, tenemos el elemento mรกs desconcertante de todos: la misma Jessica. Su monรณlogo interno, presente durante toda la pelรญcula, es casi una sรบplica a sรญ misma por permanecer cuerda. La cinta constantemente nos recuerda la posibilidad de que todo podrรญa estar ocurriendo en su cabeza. Es una gran virtud que aun asรญ sea capaz de generar una tremenda incertidumbre.
Al final, entre esta colecciรณn de horrores peculiares, el peor y mรกs espeluznante es el sujeto tรกcito del tรญtulo. Un sujeto en primera persona del plural, que sugiere que nuestra protagonista estรก completamente sola e indefensa. Es un tรญtulo un desesperanzador, que resume un sinfรญn de pelรญculas de miedo con protagonistas femeninos, y nuestro rol como espectadores pasivos en sus desventuras.
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