Desde su título, Girl picture (2022) refleja la historia que contará: la cinta es un retrato de lo que significa ser una chica hoy en día. Se centra en las vidas de tres adolescentes que tienen sus primeras experiencias amorosas y deben lidiar con distintas desilusiones, inseguridades, así como con la búsqueda del placer sexual femenino. Girl picture (en finlandés Tytöt tytöt tytöt) es el tercer largometraje de la cineasta finlandesa Alli Haapasalo y fue estrenado en el Festival de Sundance 2022 donde se hizo acreedor al Premio del Público. La cintanos sumerge durante tres viernes consecutivos en la rutina de estas jóvenes que, a través de sus vivencias y aprendizajes, se encargarán de perfilar sus caminos. La directora finlandesa logra capturar las emociones, frustraciones e incertidumbres de la adolescencia de una manera íntima, con completa honestidad y sin caer en prejuicios.
En su visión cinematográfica, Haapasalo cuenta historias cotidianas de mujeres finlandesas que buscan su propia voz al mismo tiempo que se enfrentan a los estereotipos de género y a las dinámicas de poder. Basta con revisar sus dos largometrajes previos: Love and fury (2016) y Force of habit (2019) –el cual fue dirigido en colectivo junto a otras seis directoras finlandesas–. En Girl picture la directora ofrece, desde la perspectiva adulta, una exploración de la adolescencia femenina finlandesa que dialoga con las inquietudes de la generación actual y que trasciende tanto las barreras lingüísticas como culturales porque resulta significativa para cualquier otra persona más allá del ámbito al que se circunscribe.
La frescura de este largometraje se alcanza por distintas razones: primero que nada, la decisión de filmarlo bajo el formato 4:3; pero también por la sinergia lograda entre la dirección de Haapasalo y el guion escrito por Ilona Ahti y Daniela Hakulinen. Hay un balance en la atención prestada a las tres protagonistas en la trama, lo cual permite que las actrices construyan a sus personajes de manera natural. Asimismo, la fotografía resulta evocadora, pues logra contrastar el ambiente del invierno finlandés con una paleta en colores alegres; esto crea una mezcla visual sumamente atractiva. A ello se añade el uso de deslumbrantes luces neón y una banda sonora con canciones pop.
Es precisamente ese invierno finlandés un elemento que diferencia a Girl picture de otras películas coming-of-age, pues estas suelen estar ambientadas en pleno verano con el propósito de aludir al despertar sexual. Haapasalo opta por distanciarse de esta convención y prefiere señalar a la audiencia que este descubrimiento del cuerpo no necesariamente tiene que estar ligado con una estación del año en particular, puede ocurrir en circunstancias diversas: bajo el radiante sol veraniego o durante el pálido invierno escandinavo.
Las primeras protagonistas que se nos presentan son Mimmi (Aamu Milonoff) y Rönkkö (Eleonoora Kauhanen), dos mejores amigas que pasan el tiempo entre la escuela, su trabajo en un quiosco de licuados y divirtiéndose en fiestas. Rönkkö es dulce, tranquila y muy responsable, pero tiene un problema: es incapaz de experimentar placer sexual, aunque siente atracción y enamoramiento por los chicos. Esto la hace cuestionarse si acaso es asexual o si simplemente no ha sido capaz de encontrar ese deseo por más que se esfuerce, lo cual la deja decepcionada e insegura. Mimmi le aconseja que no se acongoje por ello, que siga experimentando con los chicos hasta lograrlo.
Por su parte, Mimmi es una chica extrovertida, rebelde, segura de sí misma y que se enamora intensamente. Es lesbiana, pero la narrativa de este personaje no busca dar explicaciones a ello ni tener confrontaciones consigo o con los demás; esa es la orientación sexual del personaje y se plantea como algo natural. La preocupación de Mimmi, más bien, estriba en términos familiares, pues tiene un intenso miedo al abandono debido a la constante ausencia de su madre y la poca comunicación que ambas mantienen, ya que la mujer pasa más tiempo con su nueva pareja y el hijo que tiene con él.
La tercera protagonista es Emma (Linnea Leino), una joven patinadora sobre hielo que entrena arduamente para poder calificar en el Campeonato Europeo. Es muy dedicada en el deporte debido a que Sanna, su madre, y Tarja, su estricta entrenadora, albergan altas expectativas para que gane dicho campeonato. Emma no tiene permitido distraerse, por lo que acata un riguroso programa de entrenamiento y un inflexible régimen de alimentación para mantenerse en forma. Esta presión psicológica hartará a Emma y propiciará que se rebele contra ellas.
Un día Emma asiste con sus amigos al quiosco de licuados donde trabaja Mimmi. Este primer encuentro entre ambas –que empieza como una interacción casual– termina siendo bastante desafortunado y vergonzoso, pero el pequeño incidente no impedirá que sientan una inevitable atracción romántica que logrará desarrollarse hasta convertirse en un amor pasional y recíproco. El noviazgo entre ambas hace que Mimmi y Rönkkö se vean menos que antes. Por su parte, Rönkkö emplea ese tiempo para conocer chicos y seguir en su búsqueda del placer. Debido a que la estructura de la narrativa explora el despertar sexual en la adolescencia, Haapasalo captura los encuentros sexuales de una manera pasional, pero sin llegar a ser explícita. Durante esos momentos la cámara sigue y se posiciona en los rostros de las jóvenes, el plano se enfoca sobre todo en las emociones del placer femenino; tampoco duda en incluir momentos de vergüenza o torpeza cuando es necesario para darle un toque más natural y realista a la historia.
Es evidente que Haapasalo juega con la perspectiva de las imágenes, los espacios y con la paleta de colores para crear alegorías de los sentimientos de las protagonistas trazando una línea de empatía entre ellas y la audiencia. Los espacios cerrados y la paleta de colores apagada, tanto en el hogar de Mimmi como en la pista de hielo donde entrena Emma, transmiten la asfixia que atraviesan: en Mimmi, por la ausencia de la figura materna; en Emma, por la presión psicológica ejercida en su entrenamiento. Al estar juntas en escenarios diferentes sienten liberación. El frío invierno también simboliza la falta de deseo sexual de Rönkkö, mientras que los colores vibrantes en neón de las fiestas y los colores pasteles en las recámaras, maquillaje y vestuario aportan un aire de optimismo, alegría y esperanza.
La narrativa de Haapasalo hace énfasis en la importancia de las amistades incondicionales entre mujeres jóvenes, pues subraya que pueden ser sinceras y apoyarse mutuamente sin tener que recurrir a las envidias, el rencor o la traición. Girl picture prefiere señalar a través de sus personajes que si existe algún desacuerdo lo mejor es arreglarlo. Una de las escenas que refleja esto sucede en el trabajo de Mimmi y Rönkkö en donde tienen una discusión y su enojo es tan grande que llaman la atención de las personas aledañas. Al recapacitar y sentir ese ambiente tan tenso que ocasionó su pelea, se abrazan y se disculpan, demostrando que vale más su amistad y que los problemas se pueden solucionar de una mejor manera.
Girl picture reconstruye, a través del realismo estético de Haapasalo, la adolescencia femenina; desdibuja las fronteras entre el dramatismo y la tragedia que caracterizan a otras películas de su tipo. Se aleja por completo de la representación de los terrores que acechan a las mujeres en un mundo de amenazas masculinas, donde son etiquetadas por tener una vida sexual activa o por andar solas en la calle. Los únicos complejos de Rönkkö, Mimmi y Emma recaen en lo familiar, en la búsqueda de lo que realmente quieren ser y en la toma de decisiones un tanto ilógicas que, asimismo, forman parte de su aprendizaje. Haapasalo resalta esas complejidades y vivencias con empatía mientras las tres protagonistas exploran su identidad y disfrutan de su libertad sexual sin tener que ser juzgadas ni definidas; por ello, la película resulta un buen referente y ejemplo para las chicas de estas nuevas generaciones. ~
Mérida, 1987) es crítica
de cine y diseñadora editorial. Colabora
frecuentemente en girlsatfilms.com.