Con esta entrada damos por comenzado este ejercicio anual, en el que pedimos a nuestros colaboradores que hagan una lista de las tres mejores películas del año.
Un hombre serio (A serious man, 2009) de Ethan y Joel Coen
Una película que es pura incertidumbre física y metafísica. Dios es pero, paradójicamente, es Nada: eso parece querer decirnos muy en el fondo esta historia de un hombre cualquiera aquejado por una serie de eventos desafortunados que no termina o que termina unos instantes antes de que cobre sentido. Es también un retrato sardónico del judío clasemediero del midwest gringo del final de los sesenta, un ejercicio de classic Jewish humor, y un recuento parcial del Libro de Job donde este Dios que existe (o no) no se digna a hablar con su siervo.
El escritor fantasma (The ghost writer, 2010) de Roman Polanski
En principio, este film recibió mucho más atención por la cercanía de su estreno y la captura de Polanski que por sí misma. Después las cosas mejoraron; había muchísimo que verle: la actuación de Pierce Brosnan como el ex primer ministro inglés Andrew Lang, extremadamente concentrada, precisa; una fotografía color gris oxford de trazo quirúrgico, como en ese recorte memorable de Lang ante su ventana que solía ser el mundo y que claramente no le depara nada bueno; y sobre todo: una hitchockiana elegancia narrativa que no tiembla nunca y que podemos comprobar en tres de las mejores secuencias que se vieron en este y muchos años más: la primera, donde la paciente toma de un auto estacionado nos revela inquietantemente que algo está mal; el encuentro del escritor con el villano, que es un intercambio ominoso y cortés; y la secuencia final, una obra maestra de la sangre fría.
Another year (2010) de Mike Leigh
Pasa pocas veces –al menos a mí– que los protagonistas de una película despierten ganas no sólo de conocerlos en persona sino de llegar a ser amigos de veras. Los asistentes a la fiesta en Las reglas del juego de Renoir, los tres amantes de Jules y Jim de Truffaut, el perro protagonista de Hachiko de Lasse Hallström. Y todo el grupo que está en el corazón de Another year de Mike Leigh: Tom y su esposa Gerri, una pareja que ha aprendido a amarse y a apapachar a sus amigos; su hijo y su novia que es toda sonrisas; un cuate de los viejos tiempos, gordo y en decadencia; una colega, Mary (la increíble Lesley Manville), alcohólica, desafortunada en el juego y en el amor, sola, infinitamente sola. Es el personaje más conmovedor que he visto en años. Anthony Lane, de la New Yorker, ha dicho que Mary es unlovable, que es difícil de querer. He ahí un tipo que yo no quiero conocer.
Nota. Mi película favorita de 2010, y de muchos años más, fue Exit through the giftshop de Banksy. Pero no quise repetir lo que ya había dicho en este blog. Clic, si os interesa.
-Alonso Ruvalcaba
Escritor. Autor de los cómics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)