Musical sin baile

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The Deep Blue Sea se estrenรณ en el West End londinense en marzo de 1952, y como la mayor parte de la producciรณn escรฉnica de Terence Rattigan tuvo un gran รฉxito y fue llevada al cine tres aรฑos despuรฉs por un director rutinario, Anatole Litvak, que siguiรณ al pie de la letra el guion escrito por el propio dramaturgo, contando con un magnรญfico reparto encabezado por Vivien Leigh en el papel de Hester Collyer, la protagonista femenina encarnada en el Duchess Theatre por Peggy Ashcroft. Segรบn sus biรณgrafos Michael Darlow y Gillian Hodson, Rattigan escribiรณ una primera versiรณn teatral centrando el drama de la separaciรณn y el intento de suicidio en una pareja de hombres, influido por la conmociรณn que le produjo la muerte de su primer amante, el actor Kenneth Morgan, quien en 1949, poco tiempo despuรฉs de haber abandonado al escritor, se suicidรณ de la misma manera en que lo intenta Hester Collyer en la pieza: ingiriendo somnรญferos y abriendo la llave del gas. De esa original The Deep Blue Sea homoerรณtica no ha quedado rastro, si bien algunos amigos de Rattigan afirmaron haberla leรญdo todavรญa en manuscrito en la dรฉcada siguiente a su estreno. Conviene recordar que la homosexualidad fue un grave delito en Gran Bretaรฑa hasta 1967.

La pelรญcula de Terence Davies, escrita por el propio director, arranca con la escena suicida pero se toma una libertad que ya marca el sesgo de su adaptaciรณn: mientras espera la muerte, que nunca llega, Hester (Rachel Weisz), acompaรฑada por un largo pasaje del Concierto para violรญn y orquesta, op. 14 de Samuel Barber, rememora su vida sentimental triangular, presentando de paso al espectador, de un modo algo sumario, al marido convencional y fondรณn, el juez sir William Collyer (Simon Russell Beale), y al atractivo amante conocido en un campo de golf, el expiloto de la RAF Freddie Page (Tom Hiddleston). La mรบsica de Barber se repite en los momentos mรกs sentimentales, pero no es la รบnica en la banda sonora del filme.

De niรฑo, Terence Davies veรญa melodramas y musicales en los cines de Liverpool, y lo mรกs probable es que tarareara los grandes crescendos orquestales y las canciones ligeras en el regreso a su casa de familia obrera. A los siete aรฑos, como รฉl mismo ha contado, vio Cantando bajo la lluvia, un ejemplo de cรณmo “si la mรบsica estรก bien empleada, puede realzar las emociones y las tensiones de una pelรญcula” (declaraciones a Caimรกn Cuadernos de cine, julio-agosto, 2012). Sin embargo, la naturaleza melรณdica de la obra fรญlmica de Davies nada tiene que ver, a mi juicio, con el fundamento y los mecanismos del cine musical de Hollywood. En sus dos mejores tรญtulos, Voces distantes (Distant Voices, Still Lives, 1988) y El largo dรญa acaba (The Long Day Closes, 1992), el director inglรฉs hace cantar a sus personajes de un modo dispar al de los alados hรฉroes de Donen, Minnelli o George Sidney; los hombres y mujeres de mediocre vida lower middle class que entonan sin cesar รฉxitos populares del tiempo en que suceden esas dos originales pelรญculas no cuentan una historia propia, ni se declaran amor o desdรฉn. Tampoco danzan ni hacen cabriolas, fuera de los halls de baile o las fiestas caseras. Ellos repiten canciones que han oรญdo en la radio o los tocadiscos, y cantan para salir del tedio, para acompaรฑar su soledad y prolongar sus sueรฑos. Para salvarse.

En los aรฑos noventa, Davies, que siempre ha conservado una atractiva personalidad de outsider dentro del cine en lengua inglesa, filmรณ, con mรกs medios de los habituales en รฉl, dos conocidas novelas norteamericanas, La Biblia de neรณn de John Kennedy Toole (The Neon Bible, 1995), y La casa de la alegrรญa de Edith Wharton (The House of Mirth, 2000). Se trata de pelรญculas superficiales y yertas, por momentos ridรญculas, en las que Davies muestra su buen gusto compositivo y su mรกs terrible carencia: la direcciรณn de actores, muy notable por el hecho de que en esas dos fracasadas adaptaciones tenรญa ante el objetivo verdaderos personajes de ficciรณn y no figuras de su entorno familiar. En The Deep Blue Sea, el material literario de base, fielmente tratado, le resulta evidentemente mรกs prรณximo que los de Toole y Wharton, y por lo general acierta en la transposiciรณn, aunque sigue sin saber sacar provecho de su excelente cast. El ambiente de la mansiรณn victoriana desmembrada en sรณrdidos flats de alquiler estรก bien reflejado (es el “territorio Davies” por antonomasia), y el enigmรกtico plano final en el que la cรกmara se aleja de la ventana del cuarto de la mujer hasta llegar a una especie de terreno baldรญo con desechos es un secreto guiรฑo a Rattigan, quien describe en la primera acotaciรณn de su drama la mansiรณn, venida a menos “como sus alrededores muy daรฑados por las bombas” (“its badly-blitzed neighbourhood”). La guerra mundial palpita aรบn en los contornos de la historia contada, como se pone siempre de manifiesto en las alocuciones del personaje de Freddie, el joven cuya vida quedรณ detenida cuando sus vuelos militares acabaron.

Es por el contrario una pรฉrdida que Davies elimine del personaje de Hester su formaciรณn de pintora, solo insinuada de un modo confuso en la graciosa escena de la visita al museo, cuando Freddie, aburrido de la pintura cubista, sale corriendo a ver a los impresionistas. Pero la Hester de Rattigan pinta, y sus cuadros la acompaรฑan en la modesta casa donde vive su adulterio, hablรกndose mรกs de una vez en la pieza teatral de que quizรก esa vocaciรณn podrรญa redimirla. Davies, subrayando el perfil bovary, prefiere reducirla a la mujer pasional a quien ninguno de sus dos enamorados, el marido consuetudinario y el amante alborotado, satisfacen. Y para aliviar o animar el reducido esquema dramรกtico (que acaba por pesar), recurre al repertorio tradicional de las canciones que tanto le gustan: la de los parroquianos en el pub y la balada popular irlandesa entonada a capela por los londinenses refugiados durante un bombardeo en la estaciรณn de metro de Aldwych. Son las dos mejores escenas de su filme, pertenecen a una pelรญcula que no es la que estamos viendo. ~

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Vicente Molina Foix es escritor. Su libro
mรกs reciente es 'El tercer siglo. 20 aรฑos de
cine contemporรกneo' (Cรกtedra, 2021).


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