La leyenda ha sido contada en varias ocasiones, el héroe regresa con otro rostro para detener al mal en una época distinta, pero The Wind Waker de 2003 fue la primera vez que una entrega de La Leyenda de Zelda tuvo un estilo gráfico de caricatura japonesa o manga. Los personajes además de poseer complexiones exageradas, siendo muy pequeños o muy grandes, tenían los distintivos ojos enormes. Por otra parte, ciertas criaturas y escenarios iban más atrás en el tiempo, recordándonos visualmente el arte del período Edo, en especial el trabajo de Katsushika Hokusai.
La música de The Wind Waker retomaba los temas originales compuestos para el primer juego de NES por Koji Kondo con sus melodías barrocas europeas y los llevaba a otro nivel con arreglos orquestales e incluso mezclaba con ritmos afroantillanos para una nueva era, una en la que los sonidos ya no tenían que ser del tipo MIDI para caber en un cartucho como antes, sino que eran almacenados en mini discos ópticos; en este caso, en el formato propio que utilizaba la consola Gamecube de Nintendo. La plataforma no tuvo tan buena aceptación como las de la competencia, pero el título fue aclamado por críticos y fanáticos de igual forma.
La revista japonesa Famitsu otorgó a The Wind Waker la calificación perfecta de 40/40, reconocimiento que sólo había dado a otros tres juegos hasta ese entonces, incluyendo a otro de la serie, Ocarina of Time. Enriqueciendo el aspecto de la experiencia, se utilizó una técnica llamada "cel-shading" que hace que las imágenes en 3D parezcan ilustraciones en 2D con bordes negros. Los valores estéticos y de producción de The Wind Waker maravillan a cualquiera y tiene un encanto especial: Link, el protagonista, es un niño que ha alcanzado la edad en la que debe vestirse de verde para conmemorar la hazaña del llamado "héroe del tiempo".
El viento ha preservado la historia, aunque el reino que el "héroe del tiempo" salvó parece nunca haber existido. La historia se encarga de comprobar lo contrario cuando una misteriosa ave toma como rehén a la pequeña Aryll y Link deja su isla para embarcarse en una odisea que lo tendrá viajando de una tierra a otra a través de grandes océanos que puede cruzar con ayuda de una embarcación de vela (de allí el título y la importancia del viento).
Hay que recolectar rupias, romper vasijas, explorar calabozos, resolver rompecabezas, usar la espada y escudo, vencer jefes de nivel con ciertos patrones, recolectar artefactos que dan nuevas habilidades, en fin, lo que normalmente se hace en un juego de Zelda, de manera muy similar a Ocarina of Time, cuando se llevó por primera vez a 3D la saga. A diferencia de otros que creen que este juego es un refrito de lo que se había visto en Nintendo 64, Wind Waker innovó en cuanto a arte, pero también en interactividad. La cámara resultaba mucho más estable para seguir nuestras acciones y la narrativa era francamente conmovedora, además de que se incorporó una segunda pantalla de tips con el personaje Tingle, al conectar un Gameboy con un cable.
El creador de Mario, Shigeru Miyamoto y Takashi Tezuka, expertos en diseño de niveles y creación de personajes para Nintendo, fueron los productores, mientras que su pupilo Eiji Aounuma fungió como director. Era difícil que el resultado no fuera asombroso con tal equipo de trabajo, pero sobrepasó las expectativas de muchos y se volvió tan relevante que se produjo una secuela directa para la portátil Nintendo DS titulada Phantom Hourglass. Antes de que termine 2013 Wind Waker estará disponible en una nueva versión en alta definición para Wii U y con nuevas opciones propias de la consola. Es una aventura muy recomendable, incluso para quien nunca ha jugado un título de Zelda, serie de la cual es mi favorito.
Ojalá tengan la oportunidad de probar el juego del héroe del viento y emocionarse tanto como yo lo hice desde la frase con la que inicia, "Esta es tan sólo una de las leyendas de las que la gente habla…"
Fue coordinador editorial de la revista de música R&R, ha sido crítico de cine y videojuegos desde hace más de 10 años en distintos medios de comunicación incluyendo El Centro, Atomix y Radioactivo,