Salmon Fishing in the Yemen

Inverosรญmil y, por momentos, cursi, la รบltima cinta de Lasse Hallstrรถm se salva por las sรณlidas actuaciones de sus tres protagonistas.ย 
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Desde las primeras imรกgenes de la pelรญcula es claro lo que va a suceder. Un intercambio de correos electrรณnicos entre un hombre y una mujer en el tono en que se dicen, la fotografรญa, la mรบsica y hasta los decorados apuntan hacia un futuro romance. Lo interesante, entonces, estรก en el tรญtulo, que parecerรญa una alegorรญa pero pronto se descubre que es literal. El objetivo de los protagonistas serรก hacer posible la pesca de salmรณn en Yemen, un lejano paรญs en las costas del Mar Arรกbigo. Salmon Fishing in the Yemen (2011) de Lasse Hallstrรถm acaba dependiendo enteramente de las tres estrellas que la guรญan.

Ewan McGregor interpreta el papel del experto en pesca y vida acuรกtica que al inicio del film trabaja en un pequeรฑo cubรญculo perdido en las entraรฑas de la burocracia del gobierno britรกnico. Emily Blunt es una consultora financiera en una empresa de alto perfil, con clientes tan ricos como el jeque Muhammed, dispuesto a invertir cincuenta millones de libras esterlinas para llevar la pesca de salmรณn a Yemen, su paรญs natal, una empresa que a McGregor le parece poco menos que imposible. El salmรณn necesita agua muy frรญa y Yemen es un paรญs muy caluroso. Sin embargo, la encargada de relaciones pรบblicas del Primer Ministro, la encantadora Kristin Scott Thomas, obliga a McGregor a llevar a cabo la ocurrencia del excรฉntrico millonario para virar la atenciรณn de la opiniรณn pรบblica de la guerra en Afganistรกn. Busca una nota agradable para el pรบblico inglรฉs, y esta es su mejor opciรณn. El gobierno debe mostrar su benevolencia con algรบn paรญs รกrabe.

El personaje de Scott Thomas tiene cierto parecido con el de Robert DeNiro en Wag the Dog (1997), esa estupenda parodia de Barry Levinson en la que cualquier teorรญa de la conspiraciรณn puede ser posible, con el gobierno actuando como una agencia de publicidad que lo รบnico que busca es quedar bien con el electorado. Scott Thomas es un respiro en la pelรญcula, con su tรญpico aire ligero y una presencia con la que Blunt puede convivir (competir) solo gracias a su juventud. McGregor es el imรกn de siempre, en un personaje que mezcla la seriedad de su Obi-Wan Kenobi con la timidez del que interpretara en Beginners (2010), el fino drama de Mike Mills. El espectador acude al cine a verlos a ellos, pues Blunt, aunque no se compara con las dos luminarias con quienes comparte crรฉditos, se comporta a la altura.

Ademรกs de lo predecible y en ocasiones ridรญculo de la trama, hay otro problema en el que los realizadores no repararon porque, asumo, prefieren subestimar al espectador que tomarse la molestia de acercarse siquiera a la verosimilitud. Dejando de lado el tema del salmรณn en Yemen —la licencia poรฉtica que se propone y por lo tanto se protege desde el tรญtulo— lo desastroso es la presiรณn del gobierno para que esto suceda. Yemen estรก a casi tres mil kilรณmetros de Afganistรกn. Para ir de uno a otro es necesario cruzar Omรกn, el Golfo de Omรกn, Irรกn y, si se viaja en lรญnea recta, un pedazo de Pakistรกn. En tรฉrminos americanos, es como si Estados Unidos tratara de protegerse de un problema bรฉlico con, digamos, Argentina, al ayudarle a un millonario colombiano a construir un safari a las afueras de Bogotรก. La palabra "inverosรญmil" se queda muy corta. Al lado de esto, lo absurdo de llevar salmones ingleses a un territorio cรกlido a casi seis mil kilรณmetros al sur es casi comprensible.

Es un sueco quien lleva la batuta. Lasse Hallstrรถm (My Life as a Dog, The Cider House Rules) es el director de oficio que una pelรญcula dominguera necesita para convertirse en algo mรกs que eso. Aunque la diferencia sea mรญnima, Salmon Fishing in the Yemen tiene momentos lรญricos que resuenan en el espectador y la separan un poco de la comedia romรกntica promedio. Ha demostrado ser una pieza valiosa dentro de Hollywood, y en este caso presta sus servicios a una co-producciรณn entre Lionsgate, BBC Films y el UK Film Council. La novela en la que estรก basada es de Paul Torday, se editรณ en 2006 y fue todo un รฉxito en Inglaterra (ganรณ premios y tuvo una adaptaciรณn radiofรณnica). Es probable que el tรญtulo estรฉ inspirado en Trout Fishing in America de Richard Brautigan, un libro abstracto, poรฉtico y arriesgado que forma parte de la generaciรณn Beat. Aparenta ser una novela, pero en realidad es un ejercicio literario difรญcil de clasificar. Nada que ver con el de Torday, una novela cรณmica ordinaria que apela al carisma de la situaciรณn y de sus personajes.

Si la pelรญcula no abusara de la mรบsica el efecto serรญa otro. Ignoro si venderรญa menos boletos en taquilla; al menos serรญa una mejor obra. Casi no hay respiros de silencio o de palabras sin acordes que las acompaรฑen, guiando al pรบblico desde el inicio. El compositor y la orquesta toman un lugar excesivo y  omnipresente que lo acapara todo. Encima, el tรญtulo que escogiรณ la distribuidora mexicana no le ayuda, y la convierte en otro producto genรฉrico mรกs: Amor imposible. La falta de imaginaciรณn es sorprendente.

Si algo vale son las dos actrices y el actor que la interpretan. Es por ellos que Salmon Fishing in the Yemen levanta por momentos. 

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(ciudad de Mรฉxico, 1979) Escritor y cineasta


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