IlustraciĆ³n: Letras Libres.

OpiniĆ³n dividida

SĆ³crates rechazĆ³ que la justicia fuera la voluntad del poderoso, pero PlatĆ³n se inventĆ³ una repĆŗblica donde precisamente eso ocurre.
AƑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

En la ApologĆ­a, el relato del juicio en que condenan a muerte a SĆ³crates, dos veces se menciona como motivo de imputaciĆ³n hacer ā€œfuerte el argumento mĆ”s dĆ©bilā€. LlevĆ”ndolo al terreno de la lĆ³gica, nunca he podido entender esto. Si un juez escucha dos argumentos, ĀæquĆ© nociones mĆ”s allĆ” de un prejuicio tiene para suponer que el argumento dĆ©bil es realmente el fuerte y viceversa?

Los argumentos son lo que son, no lo que pudieron ser, no lo que esperƔbamos que fueran. De modo que, cuando enfrentamos uno contra el otro, el fuerte es el fuerte, el dƩbil es el dƩbil, y no hay modo de que el dƩbil sea el fuerte ni el fuerte sea el dƩbil.

AristĆ³teles lo explica en tĆ©rminos de probabilidades. A ver si le entendemos: ā€œLo que va contra lo probable sucede, de manera que tambiĆ©n es probable lo que va contra lo probable; y, si esto es asĆ­, lo improbable serĆ” probable, pero no absolutamenteā€.

Trata de aclararlo con un ejemplo. Un hombre fue golpeado y llevan a dos posibles responsables: un endeble y un musculoso. SegĆŗn Ć©l, el argumento fuerte es: ā€œEl endeble no es culpable porque es endebleā€. El argumento dĆ©bil que se quiere hacer fuerte es: ā€œEl musculoso no es culpable porque sabe que, precisamente por ser musculoso, resultarĆ­a fĆ”cil que lo inculpen a Ć©lā€. AquĆ­ se confunde la solidez de los argumentos con las expectativas o suposiciones. O sea, que antes del juicio, hay un prejuicio.

AristĆ³teles argumenta aquĆ­ con poca fuerza: ā€œTambiĆ©n el convertir el argumento mĆ”s dĆ©bil en el de mĆ”s fuerza consiste en esto mismo. Y de ahĆ­ que con justicia se sintiesen los hombres tan indignados ante la profesiĆ³n de ProtĆ”goras.ā€ ĀæQuĆ© hombres? Yo no me cuento en ellos.

Recuerdo aquel juicio de asesinato contra O. J. Simpson. La opiniĆ³n pĆŗblica mayoritariamente suponĆ­a que serĆ­a condenado, pero el abogado Johnnie Cochran presentĆ³ argumentos mĆ”s fuertes que la parte acusadora, y se le declarĆ³ inocente.

En el caso de SĆ³crates, no conocemos los argumentos de sus acusadores. En cambio sĆ­ se percibe que SĆ³crates argumentĆ³ mal en su favor, y por eso acabaron por condenarlo a muerte. LĆ”stima que su menospreciado ProtĆ”goras ya no estuviera vivo. Si ProtĆ”goras lo hubiese defendido, de seguro SĆ³crates habrĆ­a sido absuelto.

Y es que SĆ³crates no era hĆ”bil para los debates. Si aparenta otra cosa, es porque PlatĆ³n lo pone a dialogar sobre todo con patiƱos que utilizan todas las formas posibles para decir ā€œsĆ­ā€. Hay unos pocos que protestan, como Calicles: ā€œDime, SĆ³crates, Āæno te avergĆ¼enzas a tu edad de andar a la caza de palabras y de considerar como un hallazgo el que alguien se equivoque en un vocabloā€. Pero aĆŗn ellos acaban concediendo por cansancio: ā€œSea asĆ­, SĆ³crates, a fin de que termines la conversaciĆ³nā€.

HabrĆ­a sido interesante que, de acuerdo con sus mĆ”ximas, SĆ³crates no examinara a otra gente, sino que se hubiese examinado a sĆ­ mismo.

Cuando alguien le dice a SĆ³crates que es justo pagar las deudas, Ć©l dice que no siempre, e imagina una inoportuna situaciĆ³n en la que alguien debe regresar un arma a quien se la prestĆ³, pero resulta que en el Ć­nter el prestamista se volviĆ³ loco. ĀæLe devolverĆ­as su arma al loco? BuscĆ”ndole tantos pies al gato, nadie tendrĆ­a que pagar sus deudas. Y sin embargo, las Ćŗltimas palabras de SĆ³crates fueron para encomendar el pago de una deuda.

SĆ³crates rechaza que la justicia sea la voluntad del poderoso, pero PlatĆ³n se inventa una repĆŗblica donde precisamente eso ocurre.

ĀæY adĆ³nde voy con todo esto? A algo mĆ”s terrenal.

Pensemos en esta nota de hace una dĆ©cada que copio de Aristegui Noticias: ā€œLa Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la NaciĆ³n dictĆ³ la liberaciĆ³n inmediata de Florence Cassez. La ministra Olga SĆ”nchez Cordero fue la encargada de presentar el proyecto que contemplaba desechar las pruebas viciadas y reiniciar el proceso. Durante la discusiĆ³n, SĆ”nchez Cordero decidiĆ³ dejar su proyecto y retomar el elaborado por el ministro Arturo ZaldĆ­var en marzo de 2012, el cual otorgaba el amparo que promoviĆ³ la defensa de la francesa y que le concedĆ­a la libertad inmediata. Con tres votos a favor del proyecto y dos en contra, el mĆ”ximo tribunal del paĆ­s determinĆ³ la liberaciĆ³n de Cassez bajo el argumento de violaciĆ³n al debido procesoā€.

AquĆ­ lo que me interesa son los tres votos a favor y dos en contra. Si los argumentos fueron los mismos para los cinco jueces, si las leyes son las mismas, Āæpor quĆ© hubo dictamen dividido?

Los toros en la Plaza MĆ©xico se prohĆ­ben, se permiten, se vuelven a prohibir. ĀæQuĆ© ha cambiado para que haya tres decisiones? ĀæHabrĆ” una cuarta y quinta yā€¦?

ĀæEn quĆ© se parecen las sentencias legales a los dictĆ”menes de los premios literarios?

PlatĆ³n apostĆ³ por conceptos universales sobre la justicia. Resultaron una ficciĆ³n.

El propio SĆ³crates considerĆ³ injusta su condena a muerte, pero la aceptĆ³ por mor de un diĆ”logo fantasioso que tuvo con las leyes. TrasĆ­maco le habĆ­a dicho a SĆ³crates: ā€œAfirmo que lo justo no es otra cosa que lo que conviene al mĆ”s fuerteā€. Y por mucho que SĆ³crates lo contradijera, acabĆ³ por tomarse la cicuta porque asĆ­ convenĆ­a a los mĆ”s fuertes.

Por eso se aprende mĆ”s sobre la justicia con los dramĆ”ticos griegos que con los diĆ”logos platĆ³nicos. Los dramĆ”ticos, junto con ProtĆ”goras, pensaban que el hombre era la medida de todas las cosas. SĆ³crates se enfrentĆ³ a esa verdad en prisiĆ³n, pero eligiĆ³ la teorĆ­a, desechĆ³ la prĆ”ctica. La de SĆ³crates fue la muerte de un filĆ³sofo, pero tambiĆ©n la de un personaje trĆ”gico que no supo ver el deus ex machina que medeamente le ofreciĆ³ una suerte mejor para sus carnes, pero no para la historia. ~

+ posts

(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.


    × Ā 

    Selecciona el paĆ­s o regiĆ³n donde quieres recibir tu revista:

    Ā  Ā  Ā