Para Christopher Hitchens, las cuatro semanas que realmente dura la Navidad, desde Acciรณn de Gracias hasta el 25 de diciembre, son lo mรกs cercano a vivir en la โatmรณsfera de un Estado de partido รบnico.โ
Las mismas canciones y mรบsica en todos lados, todo el tiempo. El mismo estrรฉs sentimental por tener a un Querido Lรญder al que adorar. Las prietas filas de niรฑos radiantes cantando una pasta inspiradora.
En otro texto profundiza sobre la misma idea:
Como en las repรบblicas bananeras, lo terrible y siniestro es que la propaganda oficial es ineludible. Vas a una estaciรณn de tren o un aeropuerto, y la imagen y la mรบsica del Querido Lรญder estรกn por todas partes. Vas a un lugar mรกs รญntimo, como una consulta mรฉdica o un restaurante, y vuelven las melodรญas metรกlicas, ululantes, enloquecedoras y repetitivas.
Hitchens encuentra en Tocqueville y en la idea estadounidense de la separaciรณn de la Iglesia y el Estado una justificaciรณn para su odio a la Navidad, pero tambiรฉn sus objeciones son las del tรญpico cascarrabias al que le gusta hacer de Scrooge o de El Grinch: se rรญe de las corbatas que se regalan, y hay un punto de la crรญtica que no es nada ateo, sino contra el consumismo navideรฑo. Pero tiene razรณn en algo importante: la generosidad forzada.
He estado en Londres el mes de diciembre. La Navidad es mรกs pegajosa, sentimental y omnipresente que en ningรบn otro sitio donde he estado. Las apelaciones a la solidaridad, la obscena coacciรณn sentimental de los anuncios en el metro que exigen que no permitas que nadie pase solo la Nochebuena, los telรฉfonos de solidaridad forman parte de una cultura de la caridad muy arraigada. Los programas de radio, la televisiรณn, los anuncios, recuerdan a los que se quedarรกn solos en Navidad. Pero quizรก si no se lo recordaran, podrรญan hacer una vida normal.
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).