Ilustraciรณn: Hernรกn Gallo

Londres, capital del horror

De los asesinatos de Jack el Destripador al apocalipsis zombi de Exterminio, Londres ha sido el escenario idรณneo para historias que abrevan de lo mรกs profundo de nuestros miedos. La literatura, el cine y el cรณmic han validado esa reputaciรณn.
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La parte mรกs importante de la historia de Londres no estรก escrita con palabras. Mรกs bien es una literatura de piedra, de nombres de lugares y de asociaciones, en los cuales resuenan ecos dรฉbiles desde los muros lejanos y arruinados de la sangrienta historia.

Alan Moore y Eddie Campbell, From hell

Antes del 11 de septiembre de 2001, la ciudad de Nueva York ya habรญa sido vรญctima de numerosos cataclismos en cine: el edificio Empire State hecho pedazos por un platillo volador en Dรญa de la independencia (Roland Emmerich, 1996), la Gran Manzana aplastada por Godzilla, la Estatua de la Libertad sumergida en Impacto profundo (Mimi Leder, 1998), Midtown azotado por aerolitos en Armageddon (Michael Bay, 1998). Cuando dos aviones derribaron las Torres Gemelas, no fuimos pocos los que pensamos que se trataba de una pelรญcula. La suposiciรณn era resultado de la historia, digamos, cinematogrรกfica de Nueva York. En un suceso inรฉdito, la destrucciรณn imaginada correspondรญa con los hechos. Por una vuelta del azar o por un acto de premeditaciรณn atroz, la ciudad cumplรญa su destino fรญlmico. Los lugares hallan maneras de ajustarse a su ficciรณn.

Pese a la insistencia con la que el cine ha representado la destrucciรณn de Nueva York, Londres ha sido, al menos desde hace doscientos aรฑos, el escenario ideal para la conjugaciรณn entre ficciรณn y realidad, asรญ como la ciudad cuya imagen se ha visto mรกs influida por esta mezcla. A finales del siglo XIX, de la capital britรกnica se desprenden al menos tres sucesos que le dan el tรญtulo (hasta ahora extraoficial) de โ€œcapital del horrorโ€: la publicaciรณn de El extraรฑo caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886), de Robert Louis Stevenson, y Drรกcula (1897), de Bram Stoker, asรญ como los asesinatos perpetrados en 1888 por Jack el Destripador, el primer asesino en serie cรฉlebre. Tanto Jekyll/Hyde como Drรกcula le otorgaron una atmรณsfera de horror gรณtico al Londres victoriano que aรบn en aรฑos recientes aparece representado asรญ en el cine del mismo gรฉnero: la prueba estรก en Desde el infierno, la adaptaciรณn que los hermanos Hughes hicieran en 2001 de la novela grรกfica de Alan Moore y Eddie Campbell, o en el remake de El hombre lobo (Joe Johnston, 2010), protagonizado por Benicio del Toro. Como indica Peter Hutchings en su ensayo โ€œHorror Londonโ€, algunas cintas de horror, producidas en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX, insistieron en esa visiรณn peculiar del Londres decimonรณnico, como El hombre lobo de Londres, de Stuart Walker. Aunque fue estrenada en 1935, sus personajes parecen desplazarse por una ciudad victoriana, que en ese entonces era ya un anacronismo.

En From hell, la novela grรกfica, el doctor William Gull (la verdadera identidad de Jack) alucina el futuro durante algunos de sus asesinatos. En el magistral capรญtulo titulado โ€œEl mejor sastre del mundoโ€, Gull asegura haber dado a luz al siglo XX. Para Londres, los crรญmenes del Destripador lograron lo opuesto: congelarla en รกmbar, transformada en un escenario arquetรญpico que el gรฉnero de horror volverรญa a utilizar una y otra vez.

De cometer sus asesinatos en otra ciudad, el efecto de Jack difรญcilmente habrรญa sido el mismo. En Londres: una biografรญa, Peter Ackroyd cita a diversos autores y cronistas, quienes describen a la capital britรกnica como el Hades o el infierno. โ€œEl infierno es una ciudad muy parecida a Londresโ€, escribiรณ Percy Shelley. (No es casualidad que el Destripador haya iniciado una de las misivas que enviรณ a la policรญa indicando su paradero como โ€œdesde el infiernoโ€.) Antes que Jack blandiera su cuchillo, Drรกcula atracara en Whitby o el Dr. Jekyll preparara su brebaje, Londres ya era la capital del horror. En Londres bajo tierra, su historia del subsuelo londinense, Ackroyd ofrece una teorรญa geolรณgica: el suelo de Nueva York es de micacita impermeable mientras que el londinense es de barro dรบctil. El resultado es una ciudad que todavรญa hoy vive sobre varias otras ciudades. Los descubrimientos subterrรกneos llenan las pรกginas de Londres bajo tierra: restos de un asentamiento sajรณn en la calle Cromwell, estatuas de Neptuno debajo de la catedral de Southwark, objetos de la edad de hierro en Westminster, vestigios del Paleolรญtico en la calle Creffield, rastros de un bosque sumergido en Bankside e incluso objetos enterrados por alrededor de 4,500 aรฑos, como el โ€œรญdolo de Dagenhamโ€. Baรฑos, catacumbas, catedrales, barcos y la cabeza colosal de Adriano, todo esto oculta una urbe que ha sido construida sobre otras civilizaciones, con el material de sus propias ruinas. El pasado no desaparece. El resultado, como Ackroyd explica, es una ciudad que โ€œsiempre ha estado preocupada por la presencia de fantasmasโ€, al grado de que, durante las primeras funciones de Hamlet, los fantasmas de la obra โ€œprovocaban sorpresa, miedo y hasta horror, como si las escenas fueran reales. Londres es, en sรญ, una ciudad espectral: llena de alusiones a un pasado que continรบa acechando a sus habitantesโ€.

Incluso meteorolรณgicamente, durante siglos Londres tuvo esta apariencia espectral, vรญctima de una neblina (apodada pea soup fog, โ€œneblina sopa de chรญcharoโ€) venenosa y pertinaz. El cielo de Nueva York tuvo la mala fortuna de amanecer escampado aquella maรฑana del 11-S, pero Londres cavรณ su propia tumba, creando un ambiente que ocultarรญa a los criminales, con la salvedad de que la neblina londinense (โ€œel mรกs grande personaje de ficciรณn decimonรณnicaโ€, en palabras de Ackroyd) no era un fenรณmeno ambiental sino contaminaciรณn humana. Londres: una biografรญa reconoce a El extraรฑo caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde como la mejor novela sobre la neblina sopa de chรญcharo.

Siendo profesor en la Universidad de Cornell, Vladimir Nabokov hablรณ de la novela de Stevenson. En su charla sugiere que, a travรฉs de su รกlter ego, Henry Jekyll dio rienda suelta a impulsos de รญndole homosexual, โ€œtan comunes en Londres, detrรกs del telรณn victorianoโ€. En el mismo texto, Nabokov cita al crรญtico Stephen Gwynn, quien advierte la falta de personajes femeninos en la historia. Quizรก, dice, Stevenson estaba consciente de las restricciones de la รฉpoca y prefiriรณ no otorgarle โ€œuna mรกscara femenina a los placeres secretos de los que gozaba Jekyllโ€; placeres que contrastaban con la moralidad estricta de la era victoriana. Aunque Nabokov la despreciaba, la mejor versiรณn cinematogrรกfica es la de 1941, dirigida por Victor Fleming. Ahรญ, Jekyll solo puede acceder al bajo mundo โ€“la prostituciรณn, el burlesque, el alcoholโ€“ a travรฉs de Hyde, su truculento รกlter ego. Al igual que From hell, la adaptaciรณn de Fleming retrata a un hombre privilegiado que desciende de su cรบpula de poder para inmiscuirse con personas humildes y, en el proceso, llevarlas a la ruina. Gull no solo asesina a cinco prostitutas, tambiรฉn destruye la vida de John Netley, su pobre cochero. Por su parte, Hyde (Spencer Tracy) esclaviza y humilla a Ivy (Ingrid Bergman), una mesera.

La charla de Nabokov tambiรฉn toca el tema del arte como presagio de lo real. โ€œLos libros tienen destinos โ€“diceโ€“ y a veces los destinos de los autores siguen a sus libros.โ€ Nabokov recuerda la muerte de Tolstรณi, en una estaciรณn, escuchando los trenes que mataron a Ana Karรฉnina, y la de Stevenson, en Samoa, vรญctima de un aneurisma, mientras bebรญa y le gritaba a su mujer: ยฟquรฉ es esta rareza?, ยกยฟme ha cambiado el rostro?! En palabras de Nabokov, โ€œhay un vรญnculo temรกtico entre este รบltimo episodio en la vida de Stevenson y las fatรญdicas transformaciones de su libroโ€.

En From hell y Doctor Jekyll, la burguesรญa oprime a los desposeรญdos.* Drรกcula, sin embargo, es el opuesto al Destripador de Moore. Mientras que From hell presenta a un criminal que descuartiza prostitutas, algunas de ellas inmigrantes, escudado en el privilegio (la orden para los asesinatos viene de la mismรญsima reina Victoria), Drรกcula es, primero que nada, un inmigrante ilegal que llega a Londres para transformar a dos damas londinenses en sus concubinas, en mujeres de la noche. Serรญa conjetura afirmar que Stoker (un irlandรฉs) llevรณ a cabo una especie de venganza vicaria a travรฉs de su popular personaje. Lo cierto es que Drรกcula gravita en torno a inquietudes muy londinenses, en concreto el resquemor frente a la inmigraciรณn. El capรญtulo โ€œQuizรกs es porque soy un londinenseโ€ de Londres: una biografรญa hace un esbozo de esta preocupaciรณn milenaria con respecto al otro. Vaya, hasta Isabel I decretรณ la expulsiรณn de todos aquellos que tuvieran piel oscura.

Tal y como fue reinventado por el dramaturgo Christopher Bond y, mรกs adelante, por el letrista Stephen Sondheim, Sweeney Todd tambiรฉn es un reciรฉn llegado que ataca al poder desde las sombras. El barbero demoniaco de la calle Fleet no es tanto un inmigrante (aunque ha pasado quince aรฑos en una colonia penal en Australia) sino un hombre de escasos recursos que busca vengarse del siniestro juez Turpin, quien violรณ a su esposa y secuestrรณ a su hija. Desde el inicio, el musical de Sondheim registra cรณmo la ciudad es indiferente a la pobreza, al grado de que Todd no reconoce a su mujer cuando esta le pide limosna en la calle (mรกs adelante, Todd pagarรก caro su indiferencia: sin saberlo, le cortarรก el cuello a la pordiosera). La segunda pieza del musical resume a Londres como capital del horror:

Thereโ€™s a hole in the world like a great black pit

and the vermin of the world inhabit it

and its morals arenโ€™t worth what a pig could spit

and it goes by the name of London…

La inmigraciรณn y la extranjerรญa juegan un papel central en el horror londinense. Tanto La noche del demonio (Jacques Tourneur, 1957) como La profecรญa (Richard Donner, 1976) tienen como protagonistas a un yanqui que se niega a creer en lo sobrenatural. El doctor Holden y Robert Thorn se resisten a las amenazas que los rodean. Ambos son estadounidenses incrรฉdulos, alejados del misticismo fantasmal londinense y el aura sobrenatural de la ciudad. Quizรกs si Thorn hubiera sido el embajador britรกnico en Washington (y no viceversa) habrรญa escuchado la primera amenaza del padre Brennan, cuando este le asegura que su hijo adoptivo es el Anticristo.

Dos historias de licรกntropos โ€“Un hombre lobo americano en Londres (John Landis, 1981) y el remake de El hombre loboโ€“ tambiรฉn recurren a un protagonista extranjero: David es un chico judรญo de Long Island, mientras que Lawrence ha vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos. De nueva cuenta, ambos reciben con incredulidad los presagios ominosos sobre su destino. La honda tradiciรณn pagana de Londres queda de manifiesto en la presencia de gitanos en El hombre lobo, mientras que David entra a una cantina en un pueblito inglรฉs donde ve un extraรฑo sรญmbolo pagano en la pared, dibujado ahรญ como protecciรณn frente a la amenaza de la bestia. David y su amigo Jack se burlan de la estrella de cinco puntas. Minutos despuรฉs los ataca un hombre lobo. Jack acaba descuartizado en el pรกramo y David, al igual que Lawrence, se convierte en un animal con la luna llena. En la tierra de los fantasmas, el escepticismo se paga con sangre.

Londres tambiรฉn ha sido escenario de historias postapocalรญpticas (El dรญa de los trรญfidos, Exterminio, Shaun of the dead), asรญ como de grandes exponentes del gรฉnero slasher, como Peeping Tom (1960), de Michael Powell, que empieza con el asesinato de una prostituta en su recรกmara, en un homenaje (intencionado o no) al asesinato de Mary Kelly, y Repulsiรณn (1965), de Roman Polanski, un thriller psicolรณgico que, como La profecรญa, El hombre lobo, Un lobo americano en Londres y La noche del demonio, fue filmado en Londres por un extranjero (la capital britรกnica es un imรกn para directores forรกneos dirigiendo cine de horror). Ya sea usando a la ciudad en clave victoriana o situรกndose en el presente, el gรฉnero no parece querer abandonar ese โ€œinfiernoโ€ a la orilla del Tรกmesis, quizรกs porque intuye que, a pesar de la riqueza britรกnica (uno de cada 65 adultos es millonario, segรบn cifras publicadas en The Guardian), el pasado turbulento de la ciudad sigue oculto en el subsuelo. Londres podrรก pulir su fachada, pero jamรกs revelarรก todos sus secretos. ~


* La novela de Stevenson y la novela grรกfica de Moore estรกn imbricadas en mรกs de una forma. En el capรญtulo 14 de From hell, William Gull se vincula con otros eventos del pasado y el futuro a travรฉs de una misteriosa cuarta dimensiรณn. En un momento dado, Gull, o su espรญritu, entran a la recรกmara de Stevenson, quien despierta de una pesadilla que le servirรก de inspiraciรณn para El extraรฑo caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde. Como indica Moore en los apรฉndices: โ€œEl sueรฑo de negra inspiraciรณn [de Stevenson] tuvo lugar en 1886. Dos aรฑos mรกs tarde, [su historia] estarรญa en los escenarios del West End bajo forma de producciรณn teatral, justo cuando los asesinatos de Whitechapel llegaron a la conciencia del pรบblico […] la yuxtaposiciรณn de Edward Hyde y el asesino de Whitechapel en relaciรณn con el momento de sus respectivos debuts no deja de tener ciertas resonancias.โ€

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