Se sabe que el coronavirus deja secuelas en algunos supervivientes, y que mรกs ferozmente ataca a quien tiene patologรญas previas. Asรญ las cosas, entre los mรกs afectados de esta pandemia estarรก la educaciรณn. Ya alicaรญda, dรฉbil, mal alimentada, desorientada, en el abandono, ninguneada, sin sus completas facultades mentales, rengueante y descorazonada, verรก su mรกximo triunfo en que los niรฑos pasen al siguiente curso aprendiendo aun menos de lo mรญnimo que se aprendรญa. Asรญ, la educaciรณn no es una aventura de la infancia y adolescencia por el conocimiento, sino el proceso de pasar al siguiente nivel. ยกPasรณ el niรฑo! Taradito, pero pasรณ.
Con Peรฑa Nieto se habรญan desperdiciado seis aรฑos en una reforma administrativa que no reformaba la educaciรณn. Ahora hubo contrarreforma, y el bajo perfil de Esteban Moctezuma y de la SEP desde que llegรณ el gobierno de Lรณpez Obrador hace pensar que la carreta no rueda. Ademรกs, ciertas crรญticas, ataques y despresupuestaciones a la ciencia, a la cultura y a la educaciรณn superior dan pie a suponer que desde mero arriba se proyecta el oscurantismo. El virus y el sexenio dejarรกn secuelas neurolรณgicas.
Cuando los nazis invadieron Polonia pretendรญan desterrar a los polacos de las escuelas para apenas enseรฑarles los rudimentos de la escritura y contar hasta quinientos. He tratado con egresados de secundarias mexicanas que no saben tanto.
Lo curioso es que la educaciรณn, siendo tan importante como la salud, estรฉ fuera del radar de la sociedad.
Mรฉxico es un paรญs marchista. Se marcha por casi cualquier motivo. Pero no recuerdo que se haya marchado para exigir una educaciรณn de calidad. Acaso hace tiempo me enterรฉ de una marcha de reprobados que pedรญan acceso a las universidades; y de alguna otra de padres de familia porque cierto libro de texto incomodaba a sus conciencias. El mundo tambiรฉn marcha por muchos motivos, a veces motivos medievales, pero no por potenciar su cultura, pensamiento, individualidad, creatividad, dignidad e inteligencia.
Como quiera serรญan marchas sin resultado; el sistema educativo mexicano ya cayรณ en una inercia fangosa de la que no va a salir. Es curioso que, siendo la educaciรณn el mรกs alto ideal del ser humano, sea tratado por los propios individuos como algo que el Estado deba decidir y meter a la fuerza. Los recursos para el autodidacta se han multiplicado como nunca, y sin embargo se camina para atrรกs.
Se han dado en la historia momentos en que el ser humano quiere despertar su conciencia adormecida. Ocurriรณ en el Renacimiento, la Ilustraciรณn, tambiรฉn en torno a 1968 mezclado con la Guerra Frรญa. Sobre todo a partir del siglo diecinueve, los judรญos, con educaciรณn, educaciรณn y educaciรณn, se convirtieron en el pueblo mรกs chingรณn del mundo.
Hoy no se ve fรฉrtil el terreno. Las ventas de las editoriales han caรญdo un 60 por ciento durante la pandemia, mientras que los vendeseries subieron al triple sus ingresos. Y solo es el libro lo que nos puede salvar. Los propios escritores, que deberรญan ser aliados del libro, se la pasan recomendando en sus columnas series de televisiรณn. Y las editoriales, sobre todo los grandes consorcios editoriales, que deberรญan actuar como una fuerza de choque contra la banalidad de los medios masivos, se han montado en el mismo vagรณn.
Cuando se desmoronรณ la Uniรณn Soviรฉtica, el poeta polaco Adam Zagajewski dijo: โLa democracia no nos salvarรก de la vulgaridadโ. Hoy los polacos no extraรฑan el comunismo, pero bien recuerdan que durante aquellos dรญas se leรญa mรกs y mejor, a pesar de la censura. Los jรณvenes hablaban de lecturas como hoy se habla de futbol. Muchรญsima gente se jugaba la vida y la libertad con tal de copiar, distribuir y leer un libro prohibido. La nueva generaciรณn optรณ por la tele, y luego de tantos aรฑos de ser ejemplo de lucha por la libertad, se adormecieron y les cayรณ un gobiernito totalitario.
Es extraรฑo que entre las infinitas posibilidades de la libertad, tanta humanidad opte por la remolona libertad de la ignorancia.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.