A, de ABEJA: Abeja furiosa de su miel (Anagrama), retrato literario de Mercè Ibarz de Mercè Rodoreda, este libro no solo es una inmersión en MR, también sirve como modelo de rigor y de cómo acometer un trabajo de este tipo. A de ATALANTE, película de Jean Vigo que aparece en Las ocasiones de Rubén Lardín (Fulgencio Pimentel), que está entre mis favoritos absolutos, es un poco sacar el gordo demasiado pronto.
B, de BERGMAN, 2024 ha sido el año de la despedida y cierre de la reedición de la trilogía que escribió hacia el final de su vida, cuando ya se había retirado del cine. Primero fue Niños de domingo, luego La buena voluntad y este año, se cerró con Confesiones privadas, en cinco cuadros y un epílogo, aquí el foco está en Anna, la madre de Bergman, que confiesa su aventura con un hombre más joven y su crisis de fe; estas dos cosas no están relacionadas. Las tres novelas, de finales de los noventa, han sido recuperadas, retraducidas (Marina Torres y Paco Uriz) y vestidas con portadas bellísimas de Manuel Marsol en Fulgencio Pimentel. Y B, de BUENAVISTA, Andrea, que ha publicado este año el disco Penas de amor, del que elijo “Buenavista”.
C, de CAJA, y no cualquiera, sino la 19, Caja 19, primera novela de Claire-Louise Benett, autora de libros de relatos; publica Malas Tierras, con traducción de Laura Wittner. Esta novela es la búsqueda y construcción de una voz y de un estilo. “Estudiábamos literatura pero no leíamos para ser inteligentes y aprobar los exámenes con las notas más altas; leíamos para cobrar vida. Nos perdía detectar metáforas, símbolos, analogías, presagios…, en libros y en nuestras realidades inmediatas. Confundíamos vida y literatura y cometíamos el error de creer que todo lo que pasaba a nuestro alrededor nos señalaba algo, algo sobre nuestras pequeñas existencias, nuestros corazones subdesarrollados y, más importante, sobre lo que vendría”.
D, de DOUCET, Julie, comiquera, autora de novela gráfica que este año publicó en español El río, el regreso de Doucet con un trabajo donde la viñeta desborda la página. Hay una advertencia al principio: “Este libro fue dibujado de abajo arriba. Ten eso en cuenta en el momento de leerlo”. Me gusta la advertencia, pero también que lo llame libro, no cómic o novela gráfica, sino libro.
E, de ELIZA TOUCHET, el personaje femenino que se roba el protagonismo el plano y quizá la autoría de La impostura, novela más reciente de Zadie Smith, ¿la mejor novelista en activo? De las mejores, sin duda. Entrevista aquí y aquí, reseña y el behind the scenes. E, de ESTILO…
F, de FINAL: La última frase es el libro de Camila Cañeque, uno de los más especiales de este año. Publicado por La uña rota, este ensayo sobre frases finales, porque su autora las coleccionaba, las seleccionaba e iba guardando en carpetas en su ordenador; de esa acumulación surge este libro singular en sí mismo y que la tragedia de la autora, fallecida poco antes de que el libro se publicara, amplifica. Y F de FRÍO, el que pasé en Salamanca con Deborah Eisenberg, que visitó España para presentar Taj Mahal, libro de relatos publicado por Chai editora (traducción de Federico Falco), tercer volumen de sus cuentos que nos hacen llegar, gracias, y diría que en este están algunos de sus cuentos que más me gustan.
G, de GUACAMAYO, en concreto, Eureka, el guacamayo de Los vulnerables, novela deliberadamente meandrosa de Sigrid Nunez (Anagrama, traduce Mercedes Cebrián), que me lleva a pensar en más libros con pájaros, como La máquina de hacer pájaros, de Natalia García Freire en Páginas de Espuma, un libro perturbador y divertido.
H, HOJAS, en este caso, las que caen de los árboles, en el título en inglés de la película más reciente de Aki Kaurismaki: Fallen leaves está entre las películas que aún pude ver en el cine y de las que más grato recuerdo guardo. También: Los que se quedan, de Alexandre Payne, que sucedía en Navidad.
I de INSTANTE, Lo que cabe en un instante, de Abigail Thomas (Errata naturae, traducción de Regina López Muñoz), un libro de memorias fragmentario y encantador. I de INCORREGIBLES, Los, cómic de Julia Wertz (Errata naturae, traducción de Regina López Muñoz). I, de I CHING, el libro de las mutaciones: me hice con un ejemplar del clásico, traducción de Richard Wilhem y solo lo he usado bien una vez y encima no me acertó, pero me ha servido para corroborar el arte de la libromancia, que también practica Lardín, y que consiste en coger cualquier libro de la estantería y abrirlo al azar y leer, encontraremos ahí un consuelo, un consejo, un algo. Yiyun Lin, en Querida amiga desde mi vida te escribo a tu vida (Chai, traducción de Virginia Higa), escribe: “Durante años he tenido la ciencia de que todas mis preguntas serán respondidas por los libros que estoy leyendo. Los libros, sin embargo, solo llevan a otros libros”.
J, de JARDÍN: el de Olivia Laing cuyo proceso de reconstrucción cuenta en El jardín contra el tiempo, publica Capitán Swing, traduce Lucia Barahona.
K, de KAFKA, en 2024 se cumplieron cien años de la muerte de Kafka, así que ha habido reediciones de los cuentos, por ejemplo, festivales dedicados a él, como el Ja!, en Bilbao, y una serie que aún no he podido ver; sí que me he hecho con los cuentos completos en Páginas de Espuma, con una selección en Acantilado, y con Cuadernos en octavo de Alianza, donde está el Kafka más aforístico y de prueba de narraciones. De Kafka me voy a Kundera, muerto en 2023, pero vuelto a la vida gracias al retrato que hace de él Florence de Noiville en Un retrato íntimo (publicado en Tusquets).
L de LAGO, el lago Ness y su misteriosa criatura. En el ensayo ¿Hay un monstruo en el lago?, publicado en Debate, con el pretexto de escribir sobre el monstruo del Lago Ness y el viaje familiar hasta allí, Laura Fernández hace un retrato del oficio del periodismo y también una reivindicación de la ficción y la imaginación.
M, de MADRES: varias novelas con madres, como Amada y perdida de Susie Boyt (Muñeca infinita, traducción de Magdalena Palmer); el cuento de Margaret Atwood “Mi maléfica madre” en Perdidas en el bosque (Salamandra, traducción de Victoria Alonso Blanco), la madre del cuento que abre el volumen Un lugar soleado para gente sombría, los cuentos de Mariana Enriquez publicados en Anagrama, o la Madre de corazón atómico de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral), que en realidad es un libro sobre su padre. Ocho, de Amy Fusselman (Chai editora, traducción de Virginia Higa) habla también de ser madre, desde un lugar nuevo, o mejor: buscando una forma, por eso me gusta. M de MANANTIALES: Manantiales, Los: disco de Daga Voladora, elijo “Diamante”.
N, de Nina Lykke, autora de No hemos venido a divertirnos, novela que tradujo Ana Flecha para Gatopardo, y que está entre mis favoritas del año, por el gamberrismo, el humor y el retrato del mundo literario, en el caso de la novela de Noruega, pero en muchas cosas extrapolables a cualquier otro lugar.
Ñ, contiene la Ñ: AÑOS, los cuarenta que cumplió Gonzalo Maier; en torno a eso orbita el libro diminuto publicado en Minúscula, Cuando cumplí cuarenta que leí el año de mis 40. Ay.
O de ORQUESTA, la novela de Miqui Otero con la que dio el salto no solo de editorial –a Alfaguara– sino también en el modo de contar, con una apuesta arriesgada: hacer que el narrador de la novela fuera la música, todas las músicas. Y también de OLVIDOS, por los que me disculpo por anticipado. Hay varias explicaciones, no tengo los libros delante y por lo tanto no cuento con la vista para ayudarme, luego están los olvidos por incomparecencia: afecta a películas que no he visto y a novelas a las que no he llegado; y luego mi natural desvío hacia lo que no va por el carril central.
P, de PEREC. Por qué Perec es el título del ensayo de Kim Nguyen Baraldi (La uña rota) sobre el escritor francés más encantador, la respuesta gallega al ensayo es ¿cómo no?. Entre las motivaciones de este año que empieza mañana, la traducción de Lugares, libro inédito de Perec que salió el año pasado en Francia y publica Anagrama. P de PROLÍFICO, por Hong Sangsoo, prolífico cineasta coreano, este año he visto, creo, cuatro películas suyas: Nuestro día, In water, Necesidades de una viajera y By the stream; no sé con cuál quedarme, tampoco sé fechas de estreno de las dos últimas; diría que Necesidades de una viajera, con Isabelle Huppert, es la más divertida.
Q de ¿QUIÉN mató a Bambi?, título de la novela de Monika Fagerholm (Nórdica, traducción de Carmen Montes), un prodigio en el que mientras se explora el alcance de un acto terrible se señala la hipocresía de la clase burguesa, y todo sin caer en maniqueísmos ni tremendismos.
R de RUPTURA, la que quieren celebrar los protagonistas de Volveréis, película de Jonás Trueba, en la que yo creo que el amor romántico es una metáfora. La peli sirve para poner una de las canciones del año, “Sepárate”.
S de SENTIMIENTOS, la carencia de los mismos es lo que hace llorar, según el título de, para mí, uno de los libros del año: Lloro porque no tengo sentimientos, de Bárbara Mingo, publicado en La Navaja suiza. Lo podría haber puesto en la A de ATENCIÓN, que es uno de los temas del libro, porque la gracia de Mingo es que da igual de qué hable, lo que seduce es su mirada absolutamente peculiar y una gracia en la frase que es un verdadero placer.
T de TIEMPO, en el que se queda atrapada la protagonista y narradora de Sobre el volumen del tiempo, de Solvej Balle (Anagrama, traducción de Victoria Alonso), novela a la que le seguirán otras seis, si no recuerdo mal.
U de UGRESIĆ, para sorpresa de nadie. Este año Impedimenta recuperó El ministerio del dolor (Impedimenta, 2023, traducción de Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek), yo sigo mi inmersión particular, y repasando la lista del año pasado, veo que empecé 2024 con Zorro (misma editorial, mismos traductores), novela que estoy acabando estos días.
V de viento y su lugar de procedencia: De donde viene el viento (Acantilado) es el libro póstumo de Manuel Arroyo-Stephens, editor y fundador de Turner, y escritor secreto podríamos decir. La primera pieza de las aquí reunidas, “Mi madre es una trucha”, es una auténtica maravilla.
W, de WATERS, JOHN, personaje secundario de Caminar por aguas cristalinas en una piscina pintada de negro, de Cookie Mueller, actriz de Waters y escritora que en estas crónicas compone la novela en marcha del underground del underground. Es una novela de aventuras, que podría formar parte de la tradición de los pícaros y buscavidas, esos personajes infatigables también a las desgracias. W, de WITTNER, LAURA, porque todos los casos del detective están relacionados y Wittner, además de traductora de Caja 19, entre otros, es autora de un ensayo sobre su oficio: Se vive y se traduce, publicado en kriller 71.
X, como el personaje al que intenta atrapar en Biografía de X, novela de Catherine Lacey (Alfaguara, traducción de Núria Molines Galarza): al modo de los falsos documentales, la novela trata de atrapar a esta X, personaje inventado, artista de múltiples caras, un poco inasible, mientras dibuja una historia paralela de un Estados Unidos dividido en tres estados distintos: una teocracia en el sur, socialismo en el norte y un estado libertatio en el oeste. Como la X sirve para todo, anoto aquí Un hombre, de Oriana Fallaci, reedición de una verdadera obra maestra.
Y de YANQUIS, aquí meto algunos de los libros que vienen de Estados Unidos que me han gustado este año: La revelación, de A.M. Homes (Anagrama, traducción de Mauricio Bach); Esa gente que no conocemos, de Lydia Davis (Eterna cadencia, traducción de Eleonora González Capria) o Cuchillo, de Salman Rushdie (Random House, traducción de Luis Murillo Fort), que no es yanqui, pero uno es también del lugar donde te intentan matar y eso le pasó en Nueva York. Otro yanqui: David Sedaris, este año se publicó Estoy bien (Blackie Books, traducción de Jorge de Cascante), colección de piezas de eso que hace él que tiene un pie en el relato, otro en el ensayo autobiográfico y siempre busca el humor descacharrante.
Z, de ZARAGOZA, ciudad en la que se desarrollan casi todas las aventuras de Vida de un pollo blanquecino de piel fina (Jekyll & Jill editores), de Andrés Pérez Perruca, libro-biblia sobre la vida y aventuras de cuatro amigos que fundaron la banda más chula del mundo: El niño gusano.