โLo peor que le puede pasar a una ciencia es que no sea capaz de explicar los fenรณmenos que constituyen su campo de estudioโ, escribe Georg von Wallwitz en Mr Smith y el paraรญso. La invenciรณn del bienestar (Acantilado, 2016). โLa crisis mundial hizo que la economรญa clรกsica cayera en un profundo agujero. El drama que se estaba viviendo escapaba a su comprensiรณn.โ Von Wallwitz habla de la crisis de los aรฑos treinta, pero es un diagnรณstico que puede aplicarse a la crisis que comenzรณ en 2007. La Gran Recesiรณn pillรณ desprevenidos a todos los economistas y, en cierto modo, ha desacreditado casi por completo las polรญticas de austeridad. Apenas hay dudas al respecto: hasta respetuosos liberales como Martin Wolf, periodista del Financial Times y autor de La gran crisis: cambios y consecuencias, sostienen que la austeridad ha fallado, y que incluso ha debilitado la democracia.
Sin embargo, hay dogmas que no han desaparecido ni siquiera tras la crisis. Mariana Mazzucato piensa que todavรญa no nos hemos desprendido de ideas equivocadas sobre el Estado y la innovaciรณn, basadas en la ortodoxia liberal clรกsica. Ni siquiera hemos sabido interpretar a autores del siglo XX muy leรญdos como Keynes, Schumpeter o Polanyi. Mazzucato es autora de The entrepreneurial state: debunking public vs private sector myths, donde afirma que detrรกs de todas las innovaciones privadas hay un impulso y una financiaciรณn previa pรบblica: โEl รฉxito de Apple no habrรญa existido sin un rol activo del Estado, el desconocido facilitador de la revoluciรณn de la electrรณnica domรฉstica actual.โ Fue uno de los mejores libros del aรฑo 2013 para el Financial Times. El pasado noviembre presentรณ en la London School of Economics Rethinking capitalism (que edita junto a Michael Jacobs), donde profundiza en esas ideas.
Para la economรญa ortodoxa, el rol del Estado es muy limitado: sirve para aplanar el terreno de juego y luego salirse de รฉl, eliminar riesgos para el sector privado, resolver fallos de mercado y, en casos excepcionales, invertir en infraestructura. Mazzucato piensa que esta es una concepciรณn obsoleta. En lugar de aplanar el terreno de juego, el Estado deberรญa dirigirlo hacia nuevos lugares. En vez de limitarse a resolver fallos, deberรญa moldear y crear nuevos mercados. En vez de decidir entre inversiรณn en infraestructura y austeridad, la trampa dicotรณmica actual, profundizar en el papel activista y emprendedor del Estado.
En 1944, el economista Karl Polanyi escribiรณ en su obra mรกs famosa, La gran transformaciรณn, que
El camino hacia los mercados libres fue abierto y mantenido abierto gracias a un enorme aumento en un continuo intervencionismo centralizado y controlado. Los administradores tenรญan que vigilar constantemente el sistema para asegurar que funcionaba libremente.
Mazzucato sigue a Polanyi y considera que hay que acabar con el relato de que el Estado es un estorbo. โEl Estado se ve como aburrido, el sector privado como sexy: tiene โespรญritus animalesโ, es quien guรญa la inversiรณn. El Estado es solo un observador que incentiva esos espรญritus inversores.โ Es una idea que el propio Estado ha interiorizado. Ejemplos como la BBC, que ha conseguido innovar, producir valor pรบblico y ademรกs resultar rentable, refutan esa concepciรณn. El Estado puede crear esos animal spirits y guiar la inversiรณn hacia nuevos mercados, en sectores donde se pueda obtener un mayor valor pรบblico. El Estado, segรบn Mazzucato, estรก detrรกs de avances que luego ha aprovechado el sector privado. Sin embargo, se sigue considerando que es el sector privado quien decide la direcciรณn de la economรญa. Darle la vuelta a ese relato es difรญcil. Pero crear un Estado inversor eficiente y competitivo parece una tarea mucho mรกs complicada.
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).