Este breve artรญculo estรก estimulado por mi reciente lectura de la traducciรณn al francรฉs del Ensayo sobre economรญa marxiana de Joan Robinson de 1942, publicado junto con varios textos adicionales sobre Marx, Marshall y Keynes escritos por Robinson a lo largo de los aรฑos. (La traducciรณn y el prefacio son de Ulysse Lojkine.) Tambiรฉn me estimulรณ una muy buena reseรฑa de la vida de Joan Robinson y del ensayo que acaba de publicar Carolina Alves en The Journal of Economic Perspectives.
Antes de empezar, permรญtanme seรฑalar los lรญmites de mi conocimiento. Mi conocimiento de Marx siempre ha sido bueno, y como hace solo un par de meses terminรฉ de escribir un largo capรญtulo sobre los puntos de vista de Marx sobre la distribuciรณn de la renta (para mi prรณximo libro) que trata los temas habituales del salario real, la composiciรณn orgรกnica creciente del capital, la tendencia a la caรญda de la tasa de ganancia, etc., todo eso estรก fresco en mi mente.
A Keynes lo tengo mucho menos presente, aunque tengo que decir que hace muchos aรฑos tuve como tutor a una persona extraordinaria que me explicรณ la Teorรญa General de Keynes. Tuve un aรฑo de tutorรญa (individual) de Abba Lerner, que fue uno de los primeros discรญpulos de Keynes. El mรฉtodo de Lerner consistรญa en hacerme leer un capรญtulo de la TG, luego resumirlo, discutirlo y enviรกrselo. A la semana siguiente me traรญa el texto corregido en rojo. Yo admiraba a Keynes por su brillantez. Todavรญa recuerdo vรญvidamente (y estoy escribiendo esto muy lejos de cualquier libro de Keynes) su capรญtulo sobre el “tipo de interรฉs propio” y el “coste de transporte del dinero” que Lerner me hizo leer y releer. Pero no he seguido en absoluto los desarrollos macroeconรณmicos keynesianos, y en general me interesa bastante poco la macroeconomรญa. Asรญ que aquรญ hablarรฉ de lo que pienso de Keynes, no de los keynesianos.
El objetivo del ensayo de Joan Robinson era realizar un “acercamiento” entre la economรญa de Marx y la de Keynes, mostrando las similitudes entre la visiรณn de Marx sobre las relaciones de producciรณn capitalistas que dan lugar a una falta de demanda efectiva y los temas de La Teorรญa General. He aquรญ una de las citas de apoyo de Marx: โLa razรณn รบltima de todas las crisis reales sigue siendo siempre la pobreza y el consumo restringido de las masas, frente al impulso de la producciรณn capitalista de desarrollar las fuerzas productivas como si solo la capacidad absoluta de consumo de la sociedad les pusiera un lรญmiteโ. (El Capital, vol. 3, cap. XXX). Se puede producir mรกs, y Joan Robinson lo hace. O como escribe Marx โparafraseoโ para cada capitalista individual, sus propios trabajadores son sus antagonistas: quiere pagarles menos; pero los trabajadores de otros capitalistas son sus “amigos”, son sus clientes. Cuando todos los capitalistas intentan exprimir a los trabajadores, y cuando todos lo consiguen, el resultado es la crisis econรณmica.
La otra explicaciรณn de las crisis econรณmicas en Marx es el crecimiento desequilibrado de los departamentos que producen bienes de consumo y los que producen bienes de inversiรณn, pero esta explicaciรณn tiene menos interรฉs para los keynesianos. Robinson tambiรฉn proporciona un muy buen resumen de otras ideas de Marx, incluyendo la teorรญa del trabajo del valor, el problema de la transformaciรณn, la tendencia a la caรญda de la tasa de ganancia, etc., pero el รฉnfasis estรก, como he mencionado, en el origen de las crisis y la demanda efectiva.
Cuando contrasta a Marx, Marshall y Keynes, Robinson sostiene que debemos tratar de separar en el estudio de cada uno las proposiciones “cientรญficas” sobre el funcionamiento de la economรญa de los impulsos “ideolรณgicos” presentes en los tres autores: en Marx, la convicciรณn de que el capitalismo es un modo de producciรณn histรณrico (y por lo tanto transitorio); en Marshall, la asunciรณn del capitalismo como la forma “natural” de organizar la producciรณn; y en Keynes, el deseo de mejorar el capitalismo o salvarlo de su autodestrucciรณn.
A mรญ me parece que la diferencia al menos entre Marx y Keynes no es tanto ideolรณgica (aunque no negarรญa que es real) como en el horizonte temporal que utilizan en sus anรกlisis. (Creo que Schumpeter tenรญa algo parecido en mente, asรญ que puede que no sea una visiรณn muy original).
Para Marx, el horizonte temporal es siempre a largo plazo, incluso cuando habla de crisis. Las crisis son manifestaciones temporales de los problemas a largo plazo (inherentes) a los que se enfrenta la producciรณn capitalista, por lo que no es sorprendente que autores marxistas como Grossman, Bujarin y Mandel โcreo que siguiendo de cerca a Marxโ consideren que la superposiciรณn entre la tasa de beneficio decreciente a largo plazo y la inestabilidad a corto plazo pone fin al capitalismo. (Tampoco es sorprendente que Robinson rechace la tendencia a la caรญda de la tasa de ganancia, pero apoye la explicaciรณn de las crisis). Todo en Marx, como bien dice Joan Robinson, es histรณrico. Siempre lleva al lector a mirar hacia delante, a pensar en las fuerzas fundamentales que impulsan el capitalismo.
En Keynes, la situaciรณn es diferente, casi al revรฉs. Todo el edificio de Keynes (no necesariamente keynesiano) es a corto plazo: el objetivo es estabilizar la economรญa y devolverla a la condiciรณn de pleno o casi pleno empleo. A Keynes no le preocupa especialmente el largo plazo del capitalismo. Implรญcitamente, creo, pensaba que el capitalismo podrรญa continuar para siempre mientras se โarreglaraโ de manera que produjese el pleno empleo de los recursos. โArreglarloโ podrรญa implicar la inversiรณn dirigida por el gobierno, o la eutanasia del rentista, pero Keynes no es un purista: tomarรญa cualquier herramienta, incluso aparentemente socialista, para arreglar las cosas.
Permรญtanme ilustrar la diferencia entre el largo plazo de Marx y el corto plazo de Keynes en dos conceptos en los que nuestros autores parecen hablar de lo mismo: โlos espรญritus animalesโ y โel ejรฉrcito de reserva del trabajoโ. โLos espรญritus animalesโ fue, como es sabido, la idea que Keynes introdujo para explicar las decisiones de inversiรณn de los capitalistas; estos no se guรญan la mayorรญa de las veces por el cรกlculo exacto de las ganancias y pรฉrdidas esperadas, sino que actรบan segรบn su instinto (โespรญritu animalโ), y si, por la razรณn que sea, ese instinto cambia, la economรญa puede experimentar expansiones o contracciones repentinas de la demanda. Joan Robinson menciona cรณmo este incentivo ampliamente irracional (en sentido estricto) para invertir es similar al punto de vista de Marx, segรบn el cual los capitalistas qua capitalistas siempre se esfuerzan no solo por conseguir el mรกximo beneficio sino tambiรฉn por reinvertirlo. Para Marx, solo se convierten en capitalistas cuando no consumen el beneficio sino que lo reinvierten. La acumulaciรณn es (para usar otra famosa cita) โMoisรฉs y todos los profetasโ. En ambos casos vemos que el incentivo para invertir viene dado desde fuera de la economรญa propiamente dicha: a travรฉs de repentinos estallidos de optimismo o pesimismo, o por la definiciรณn de lo que podemos llamar โel espรญritu capitalistaโ. Pero en el caso de Keynes, el concepto se utiliza para explicar las fluctuaciones a corto plazo; en Marx, es el rasgo definitorio de toda la clase, y por lo tanto obviamente a largo plazo.
O tomemos el โejรฉrcito de reserva del trabajoโ, que se contrae y se expande a medida que la actividad econรณmica aumenta y disminuye. Es muy similar al desempleo cรญclico que juega un papel tan importante en Keynes (en realidad, se podrรญa decir que motiva todo el libro). Pero el โejรฉrcito de reservaโ de Marx es una caracterรญstica siempre presente, y por tanto a largo plazo, del capitalismo. Los capitalistas lo necesitan para disciplinar el trabajo, y si, en algunos perรญodos, el ejรฉrcito de reserva se reduce, disminuyendo asรญ el poder relativo de la clase capitalista, inmediatamente se ponen en marcha fuerzas que lo devolverรกn a la vida: las inversiones que ahorran trabajo. En Marx, el ejรฉrcito de reserva nunca puede desaparecer. En cambio, en Keynes, el desempleo cรญclico debe reducirse idealmente a cero. Es algo que el capitalismo, gestionado con criterio, puede eliminar. De nuevo, los horizontes son diferentes: para Marx, es la caracterรญstica estructural a largo plazo, para Keynes, es la interacciรณn a corto plazo entre las variables econรณmicas clave.
Marx fue el primer estudioso de los rasgos histรณricos fundamentales del capitalismo, Keynes, el รบltimo cameralista. Marx era un historiador que creรญa que la economรญa da forma a la historia, Keynes, el mรกs inteligente asesor del poder. En El Capital, tenemos una Biblia del capitalismo; en la Teorรญa General, tenemos El Prรญncipe para la gestiรณn econรณmica del capitalismo.
Branko Milanovic es economista. Su libro mรกs reciente en espaรฑol es "Miradas sobre la desigualdad. De la Revoluciรณn francesa al final de la guerra frรญa" (Taurus, 2024).