"El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente".
Lord Acton
Hoy que Mรฉxico ha abierto un parรฉntesis de alegrรญa y esperanza para recibir al Papa Francisco, importa recordar el legado de Lord Acton. Historiador y conciencia crรญtica de su tiempo, viviรณ desgarrado entre sus dos identidades –el catolicismo y el liberalismo– que asumรญa con igual profundidad, pasiรณn y compromiso. Sus predicamentos no son ajenos a nuestro tiempo.
Hijo de un barรณn inglรฉs y una dama de la nobleza alemana, John E. E. Dalberg-Acton (1834-1902) no fue admitido en Cambridge por motivo de su religiรณn. Se formรณ en Mรบnich con el teรณlogo Ignaz von Dรถllinger, quien lo inspirรณ a escribir una ambiciosa historia de la libertad. Polรญglota, viajero, diplomรกtico, bibliรณfilo, erudito, miembro del Parlamento, amigo y consejero รกulico de Gladstone (el mรกs liberal de los primeros ministros britรกnicos), entre 1859 y 1872 editรณ en Londres importantes revistas de pensamiento catรณlico liberal. Nada en este recuento sugiere heterodoxia alguna, salvo su circunstancia: la batalla liberal de Acton fue el contrapunto directo al papado mรกs ortodoxo y antiliberal del siglo XIX: el de Pรญo IX.
El largo pontificado de Pรญo IX (1846 a 1878) comenzรณ con una franca apertura a las corrientes liberales, pero las revoluciones de 1848 (que revivieron las furias jacobinas de la Revoluciรณn francesa y Napoleรณn) lo llevaron a un repliegue de sus posiciones doctrinales y polรญticas. En 1864, la encรญclica Quanta cura se acompaรฑรณ con un Syllabus de ochenta "errores", el รบltimo de los cuales era pretender que "el Romano Pontรญfice pueda y deba reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilizaciรณn". En 1870 el Concilio Vaticano I decretรณ el dogma de la Infalibilidad del Papa.
Algunos creemos que el liberalismo (la vocaciรณn de limitar el poder, la defensa de la conciencia individual, el derecho y la tolerancia) es hijo de la modernidad y que sus padres fundadores fueron Spinoza, Locke, Constant, Burke, Stuart Mill. Para Acton el liberalismo (o al menos el valor supremo de la libertad individual) proviene del medioevo cristiano: "Desde San Atanasio a San Ambrosio hasta Erasmo y Moro -apuntรณ en 'Libertad en el cristianismo'- cada etapa escuchรณ la protesta de un hombre honrado en defensa de la libertad de conciencia". Acton veneraba el legado de la Carta Magna inglesa, la obra de Marsilio de Padua (crรญtico de la teocracia, precursor de la tolerancia religiosa), el derecho a la insurrecciรณn contra el tirano y el Habeas Corpus. La voluntad de acotar el poder de los monarcas -explicรณ- tambiรฉn fue religiosa: "en 1246 el Papa Inocencio IV declarรณ su perplejidad ante una naciรณn que toleraba en silencio el poder tirรกnico del rey".
Acton abominaba lo que sobrevino despuรฉs: las alianzas de monarcas y prelados caracterรญsticas del Renacimiento y sus avatares en los siglos siguientes. "Se cometรญan hechos atroces en los que la pasiรณn religiosa era el instrumento de las pasiones polรญticas". Sin renunciar un รกpice a su fe catรณlica (aunque hubo intentos de excomulgarlo), Acton justificรณ las objeciones de Lutero, repudiรณ la Inquisiciรณn y lamentรณ la persecuciรณn de la Iglesia a la libre investigaciรณn cientรญfica y la crรญtica histรณrica. Por largos meses cabildeรณ en Roma contra la proclama de Infalibilidad. Su lucha fue infructuosa pero trascendente.
En 1868, Acton escribiรณ un texto sobre Mรฉxico donde hizo la crรญtica del poder terrenal de la Iglesia y mostrรณ comprensiรณn ante la Reforma (obra, por cierto, de catรณlicos liberales). Su famosa frase sobre el poder y la corrupciรณn se refiere tambiรฉn a los Papas.
Han pasado casi 150 aรฑos desde aquellos hechos. La Iglesia ha impulsado cambios formidables en el รกmbito de la justicia social, sobre todo en los papados de Leรณn XIII y Juan XXIII. Pero fue cรณmplice del totalitarismo hitleriano. En tรฉrminos polรญticos, sรณlo Juan Pablo II se ajusta al legado catรณlico liberal que predicaba Lord Acton: su defensa de la libertad individual y polรญtica fue un factor clave en la derrota del totalitarismo soviรฉtico. Y sin embargo, fue antiliberal en temas como la prohibiciรณn del aborto y el uso de anticonceptivos.
El popular Papa Francisco ha dado un aire de apertura a su pontificado pero no es liberal. Admirablemente, ha seguido la senda de la justicia social predicada por sus grandes predecesores y ha alzado la voz en el Capitolio americano contra la avaricia del mercado. Pero ha guardado silencio ante las tiranรญas de su propio continente: la dictadura cubana –la mรกs antigua del continente– y el despรณtico gobierno venezolano, que inflige a su pueblo una tragedia humanitaria. Un Papa que cree en la libertad cristiana (de cada individuo, de cada conciencia, de cada alma) deberรญa al menos criticar a esos regรญmenes.
Por fortuna, en su valiente mensaje mexicano se escuchรณ un eco inconfundible de Lord Acton: tanto en la vida polรญtica como en la eclesiรกstica, "el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente".
(Publicado previamente en el periรณdico Reforma)
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.