Articular histĆ³ricamente el pasado no significa
conocerlo ācomo verdaderamente ha sidoā.
Significa adueƱarse de un recuerdo tal como
Ć©ste relampaguea en un instante de peligro.
Walter Benjamin, Sur le concept dāhistoire,
citado por Adolfo Gilly en Historia a contrapelo.
Era una tarde lluviosa. Revisaba las tesis de mis alumnos de la Facultad de Derecho de la UNAMĀ y los libros pendientes que debo entregar a la brevedad. Intempestivamente sonĆ³ el telĆ©fono. Normalmente no contesto llamadas de nĆŗmeros que no conozco. Sin embargo, dada la frecuencia de Ć©stas decidĆ hacerlo. La voz apagada de un hombre me dijo: āPedro, muriĆ³ Adolfo Gillyā, la noticia me cimbrĆ³.
Yo sabĆa que estaba enfermo. Me lo comentĆ³ Arturo Anguiano, antiguo camarada del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y profesor de la UAM-Xochimilco, con quien conversĆ© brevemente hace unos meses.
Con Adolfo tuve una relaciĆ³n distante y cercana. Me explico: en los interminables debates en el viejo PRT tuvimos diferencias acerca de varias cosas, incluso Ć©ramos de distintas corrientes. No obstante los ardientes y apasionados choques verbales que habĆa en las sesiones del ComitĆ© Central, siempre actuĆ³ como paciente profesor que trataba de explicar sus puntos de vista. No recuerdo ningĆŗn ataque personal a quienes sostenĆan opiniones distintas.
Tuvo que venir la coyuntura de 1988 y la candidatura de CuauhtĆ©moc CĆ”rdenas para que coincidiĆ©ramos en un agrupamiento. La interpretaciĆ³n de la ruptura de la Corriente DemocrĆ”tica del PRI implicĆ³ una profunda discusiĆ³n en la izquierda y, por supuesto, en el PRT.
Ya tenĆamos, por segunda ocasiĆ³n, como candidata presidencial a Rosario Ibarra, pero no podĆamos ignorar el suceso polĆtico que ya era noticia nacional. Ante ello se iniciĆ³ un debate interno que cristalizĆ³ en dos posturas: la mayorĆa del ComitĆ© PolĆtico y del ComitĆ© Central resolviĆ³ mantener la candidatura de Rosario; otro bloque, donde estaba Gilly, resolviĆ³ apoyar la candidatura de CĆ”rdenas. Nosotros hicimos pĆŗblica nuestra simpatĆa por el hijo del general, lo que implicĆ³ colocarnos, en lenguaje estalinista, āobjetivamenteā fuera del PRT.
En esos momentos habĆa realineamientos y rupturas de diversos grupos de izquierda. El Partido Mexicano Socialista (PMS) mantuvo a Heberto Castillo (quien despuĆ©s de un impresionante acto de masas, el 26 de mayo, en la explanada de Ciudad Universitaria, declinĆ³ a favor de CĆ”rdenas) y el PRT sostuvo a Rosario Ibarra.
En tanto, nosotros decidimos distinguirnos de los partidos satĆ©lite que para ese momento ya se habĆan montado en la figura de CuauhtĆ©moc y conformamos el Movimiento al Socialismo (MAS), agrupamiento de centro izquierda que convocĆ³ a muchos militantes sin partido. El MAS se dio a conocer en el desaparecido Cine Versalles, con la presencia de CĆ”rdenas.
DespuĆ©s de una breve discusiĆ³n se acordĆ³ que no hubiera mesa de honor en el acto fundacional y Ćŗnicamente existiera un orador: Adolfo Gilly, quien hizo un discurso emotivo y conceptual.
En esos tiempos de rupturas, Adolfo aportĆ³ su talento y sensatez para elaborar una mĆnima plataforma que nos permitiera encarar los ataques que vinieron de los supuestos āpurosā que nos llenaron de insultos por apoyar a un expriista. IrĆ³nicamente, varios de nuestros detractore s de esos tiempos son ahora adoradores de otro expriista.
Adolfo fue una pieza clave para la construcciĆ³n de un polo de izquierda a favor de CĆ”rdenas y escribiĆ³ muchas cuartillas del impacto de su campaƱa. Lo acompaĆ±Ć³ en varios puntos del paĆs y hablĆ³ defendiendo el apoyo de un sector de la izquierda. El tiempo transcurriĆ³ y cada quien tomĆ³ distintos rumbos.
DespuĆ©s de varios aƱos hablĆ© con Ć©l para que hiciera el prĆ³logo de mi libro acerca del movimiento Yo soy 132. AceptĆ³, pero estaba abrumado de trabajo. Pasaron los dĆas, la presiĆ³n editorial ganĆ³. Se disculpĆ³ por no entregarme a tiempo su texto.
Nos vimos en la facultad de Ciencias PolĆticas de la UNAM. Hablamos de todo, nos dimos un fuerte abrazo y nunca mĆ”s lo volvĆ a ver, aunque sabĆa de sus andanzas. Su vida fue interrumpida, pero no su visiĆ³n revolucionaria. Ahora, se fue para quedarse. DejĆ³ sustanciales textos y camaraderĆa. Con eso me quedo. ~
es doctor en Ciencias penales y PolĆtica criminal, y catedrĆ”tico en la Facultad de Derecho de la UNAM y el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Su libro mĆ”s reciente es Lo que la pandemia nos dejĆ³. 13 abordajes multidisciplinarios (PorrĆŗa, 2021).