Cristรณbal Pera
La persona culta. Anatomรญa de una especie en peligro de extinciรณn
Mรฉxico, Cal y Arena, 2014, 216 pp.
El cuerpo es un tema inagotable. En la Tiranรญa del culto al cuerpo (2010), Susie Orbach nos invita a visitar la pรกgina web de Miss Bimbo “para crear una muรฑeca virtual, mantenerla extremadamente delgada con pรญldoras de adelgazamiento y comprar implantes de pecho y estiramientos faciales”.
En la tiranรญa de la vida real, hombres y mujeres son vรญctimas de un bombardeo intenso para cultivar el cuerpo y hacer de รฉl un santuario, de ser posible, inmune a las enfermedades. Desde el Viagra y sucedรกneos hasta la testosterona que se dispensa como agua bendita en los gimnasios para fortalecer el cuerpo, sin olvidar las cremas antienvejecimiento y las pรญldoras “naturistas” elaboradas exclusivamente para incrementar la libido y el placer sexual en la mujer, la “nueva medicina” no ceja: ofrece incontables artilugios para que los cuerpos deambulen por las calles y atraigan a otros cuerpos.
Al doctor Cristรณbal Pera le preocupa el cuerpo. No solo el del enfermo o el que ha penetrado incontables veces por medio del bisturรญ y otras tantas durante las cรกtedras que impartiรณ en la Universidad de Barcelona. Le afligen la enfermedad y la salud y, desde la filosofรญa, la sociologรญa y la literatura –basta repasar las innumerables citas que reรบne en sus libros–, le inquietan temas que inciden en la vida del cuerpo. Asรญ lo expresa en Desde el cuerpo. Ensayos sobre el cuerpo humano, la salud y la mirada mรฉdica (2012), textos cuya suma obliga a mirar el cuerpo desde incontables perspectivas.
En el epรญlogo de La persona culta, el libro mรกs reciente de Pera, Manuel Cruz destaca “…el perfil de un tipo de profesional de la medicina que, mรกs allรก de su estricto รกmbito de competencia, dirigรญa sobre su prรกctica una mirada amplia, interrogadora, intentando abarcar en la reflexiรณn aspectos de muy variada naturaleza, que los planteamientos habituales sobre la prรกctica mรฉdica acostumbraban a desatender”. La obligaciรณn primigenia de los mรฉdicos es mirar, escuchar, atender y palpar. Ese ejercicio tiende a desaparecer. A Pera esas pรฉrdidas le inquietan: por eso diseca el cuerpo con bisturรญ y palabras.
El bisturรญ de Pera, arropado por su investidura de profesor emรฉrito, disecciona, en los veintidรณs ensayos que integran este volumen, la vida del cuerpo sano y del cuerpo enfermo a partir de la palabra cultura, alusiรณn presente en los tรญtulos de todos ellos. Gracias a los elementos que conforman la cultura, sugiere Pera, el hombre culto podrรญa aparcar las amenazas que se ciernen sobre el mundo y sobre el ser culto, una “especie en peligro de extinciรณn”.
Mucho se ha discutido acerca de las obligaciones de las personas cultas o de los intelectuales –tรฉrmino presto a debate– en el devenir del mundo y en los compromisos de quienes poseen el Verbo –Sartre dixit– hacia sus congรฉneres y con la tierra. Afirmar que cultura y sabidurรญa funcionan como antรญdoto contra el Mal es errรณneo. Basta mirar el mundo y recorrer presente y pasado: ¿cuรกntos hombres cultos o intelectuales intentaron o intentan detener matanzas y humillaciones, viejas y actuales, llevadas a cabo en los gulags, en los campos de concentraciรณn, en las historias de los migrantes o en el genocidio que hoy presenciamos in vivo en Darfur?
Los enunciados previos impiden –a pesar de que la definiciรณn de Pera es correcta y pragmรกtica– concordar con รฉl: la persona culta “se fundamenta en una radical exigencia: la libertad de pensamiento que le permita adoptar una actitud crรญtica, ante el mundo y ante las cosas que en este han sucedido y suceden, reacia a toda actitud dogmรกtica, que le lleve a hacerse y hacer preguntas, y a expresar libremente lo que piensa, sin represiรณn alguna”. Lo que no convence de su definiciรณn son los supuestos alcances y obligaciones de la mayorรญa de los intelectuales: no dudo que el cuerpo del mundo estarรญa menos enfermo si quienes tienen la fuerza de las ideas no se sometieran ni se aliaran con los dueรฑos del poder: polรญticos, banqueros, lรญderes religiosos…
Cristรณbal Pera es un hombre culto: sus libros lo demuestran y sus textos se agradecen, por los temas y por la sencillez del lenguaje. La lectura, a pesar de que un buen nรบmero de los ensayos desglosan aspectos intrincados, fluye e invita. Siempre vinculados con la cultura, tรณpicos como la ambigรผedad, la conversaciรณn, la ideologรญa, la civilizaciรณn, el ocio, la identidad y el gรฉnero construyen el universo del autor.
Cuando los temas no son finitos los “buenos libros” no terminan, sino que invitan y cuestionan: reflexionar sobre masas, geopolรญtica, educaciรณn, curiosidad, inter alia, provoca; el autor siembra y estimula al lector para que profundice en algunos incisos. Virtud del libro es su construcciรณn: los ensayos pueden leerse por separado, son independientes (es una pena que la editorial no incluyese รญndice onomรกstico). Virtud de Pera es su preocupaciรณn por el tema, que mรกs que un tema es un universo: le inquieta la supervivencia en el siglo XXI de la persona culta; propone pensar “desde el cuerpo” y no “desde fuera del cuerpo”, es decir, releer el mundo a partir de las interacciones entre la cultura y la erudiciรณn, las palabras, la provocaciรณn, la geopolรญtica. Con sobrada razรณn le agobia que el “hombre culto“ sea devorado por los derroteros del mundo contemporรกneo –poco afecto a la cultura y atado a lo que Zygmunt Bauman denomina “tiempos lรญquidos”.
Hacia el final del volumen, Pera escribe: “Para que en una persona prenda la llama de la aventura de trabajar sobre sรญ mismo, para ‘construirse’ como culta, ha de ser educada en esa exigencia radical que es la libertad de pensamiento, la que le permitirรก enfrentarse al mundo en su actitud crรญtica.” A esa sentencia le faltan renglones: la cultura es un bien excluyente, los pobres no tienen acceso a รฉl ni a su cuerpo porque la mirada, ergo, su supervivencia, no sobrepasa el presente.
La mayorรญa de las personas cultas proviene de extractos econรณmicamente altos. Muchos no tienen compromiso social. No denuncian, no rompen con el poder. Obligaciรณn de la cultura deberรญa ser mejorar la situaciรณn de sus congรฉneres sumidos en la miseria, circunstancia esta que hace inaccesible la cultura y la protesta y facilita la tiranรญa del poder. Esos avatares aguardan una nueva mirada del doctor Pera. ~
(ciudad de Mรฉxico, 1951) es mรฉdico clรญnico, escritor y profesor de la UNAM. Sus libros mรกs recientes son Apologรญa del lรกpiz (con Vicente Rojo) y Cuando la muerte se aproxima.