Granta en EspaƱol
NĆŗmero 13, otoƱo 2012, 294 pp.
Esto es lo que hay: un objeto –un objeto que mide veintiĆŗn centĆmetros de alto por quince centĆmetros de largo, pesa cuatrocientos cuarenta gramos, cuesta doscientos cincuenta pesos en librerĆas mexicanas y tiene una cubierta rosa salpicada aquĆ y allĆ” por unas cuantas esferas azules y no pocas letras rojas y negras.
En la tapa: el nombre de la revista, el nĆŗmero de la ediciĆ³n y veintitrĆ©s equis que se suceden mecĆ”nicamente hasta que aparece la ¿abreviatura? M E X.
En la contra: un cĆ³digo de barras, una direcciĆ³n electrĆ³nica (www.duomoediciones.com) y una descripciĆ³n, bastante inane, de los textos que se incluyen (“Fabio MorĆ”bito presenta al diablo”, “La envidia fraterna segĆŗn Ćlvaro Uribe”, “La fĆ³rmula de la tranquilidad de Guadalupe Nettel”…).
Adentro: veintitrĆ©s anuncios publicitarios y el mismo nĆŗmero de intervenciones literarias, presentadas en aparente desorden, sin distinciones nacionales o genĆ©ricas. Ahora una pieza teatral de Hugo Hiriart. Ahora una viƱeta histĆ³rica de Pablo Soler Frost. Ahora un cuento de Marie Darrieussecq. Ahora una ficciĆ³n autobiogrĆ”fica de Valeria Luiselli. Ahora un relato de Alain-Paul Mallard, y una crĆ³nica de Stanley Booth, y un apunte de Richard Ford, y un recuerdo de Sandra Cisneros, y una pieza de David Miklos, y una narraciĆ³n de VerĆ³nica MurguĆa, y un manifiesto de Roberto BolaƱo.
¿QuĆ© hacer? ¿De quĆ© manera leer este artefacto? ¿Como un nĆŗmero mĆ”s de una revista literaria que, en sincronĆa con el espĆritu de los tiempos, no pretende otra cosa que ofrecer un poco de entretenimiento? ¿Como una antologĆa de cierta literatura mexicana? (¿QuĆ© literatura?) ¿Como una intervenciĆ³n en un campo literario especĆfico? (¿QuĆ© campo?). Es inĆŗtil recorrer las pĆ”ginas de este volumen en busca de pistas o aclaraciones: no las hay –no hay siquiera una nota que explique los criterios de la selecciĆ³n. Para encontrarse con alguna declaraciĆ³n de los editores Valerie Miles y Aurelio Major, es necesario ir mĆ”s allĆ” y visitar la pĆ”gina web de la revista o atender una entrevista aparecida en Milenio. AhĆ uno descubre: que la literatura mexicana ha sido absorbida desde hace algunos aƱos por el tema del narcotrĆ”fico y la violencia, que sin embargo tiene “otra cara”, que es hora de mostrar esa cara al mundo y que este nĆŗmero de Granta es –¡gracias, Granta!– una muestra de esa otra literatura mexicana.
TodavĆa hasta hace no mucho tiempo la mayor parte de las obras literarias se enunciaba desde un sitio preciso y, por lo mismo, era mĆ”s o menos fĆ”cil ejercer el oficio crĆtico. Uno tomaba una obra y la leĆa dentro del marco nacional que le correspondĆa, revisaba sus afinidades y tensiones con un determinado canon, atendĆa la manera en que reafirmaba o deconstruĆa ciertos tropos locales y el modo en que interpelaba a una comunidad de lectores de contornos mĆ”s o menos discernibles. Hoy, estĆ” claro, ese tipo de acercamiento es ya insuficiente, y en algunos casos, sencillamente imposible. Por ejemplo, si hubiera que fijar Granta en un solo sitio, ¿dĆ³nde serĆa? La marca es inglesa, la versiĆ³n en castellano se edita en Barcelona, el grupo editorial que la financia es italiano y el ejemplar que tengo enfrente fue impreso en algĆŗn rincĆ³n de MĆ©xico. MĆ”s importante, ¿a quĆ© pĆŗblico se dirige un nĆŗmero como este? En rigor, no a los lectores mexicanos pues, a estas alturas, ninguno de ellos necesita que se le descubran los nombres de Hugo Hiriart, Fabio MorĆ”bito o Ćlvaro Uribe y solo los mĆ”s inocentes se creerĆ”n ese cuento de que la literatura escrita en el paĆs padece una fijaciĆ³n con el narco y de que, por lo mismo, toda escritura que no se ocupe de ese tema es marginal y contrahegemĆ³nica. Siendo honestos, tampoco apela a ningĆŗn otro pĆŗblico nacional, y menos a una comunidad pequeƱa y concreta, sino a ese etĆ©reo pero rentable auditorio panhispĆ”nico que ciertas editoriales espaƱolas insisten en alimentar y regir desde Madrid y Barcelona. Es decir: se dirige a todos, se dirige a nadie.
Alguien dirĆ” que, mĆ”s allĆ” de las transformaciones del circuito editorial, las instrucciones de todo volumen literario siguen siendo las de siempre: acercar la cara a la pĆ”gina y pasear los ojos de izquierda a derecha y de arriba abajo. ¿De verdad? HĆ”gase el intento de leer estos textos, del primero al Ćŗltimo, concienzudamente, y tarde o temprano se experimentarĆ” una cierta sensaciĆ³n de banalidad. ¿QuĆ© hace uno leyendo tan en serio un objeto como este? Es como ir a la inauguraciĆ³n de una bienal de arte y obstinarse en contemplar exhaustivamente cada pieza y en ignorar todas las demĆ”s dimensiones del evento –los intereses econĆ³micos que lo animan, el performance de los asistentes, el cĆ³digo que los rige, las relaciones que se crean y desvanecen en el momento. Es obvio que lo que importa aquĆ y allĆ” no son tanto las obras –logradas o fallidas, potentes o blandas– como las inclusiones y exclusiones que la selecciĆ³n genera: quiĆ©n quedĆ³ dentro y quiĆ©n quedĆ³ afuera. En el caso de Granta se conoce el objetivo de esas selecciones, no distinto al de tantos premios y festivales literarios: cotizar a ciertos autores y publicitarlos en el mercado. No por nada Mario Bellatin –capaz como ningĆŗn otro narrador mexicano de pensar a la vez la literatura y la instituciĆ³n literaria– respondiĆ³ a la convocatoria de los editores de manera genial: entregando una pĆ”gina en blanco. ¡El texto es irrelevante!
Esto propongo: no abrir el volumen o, en todo caso, picotearlo con cuidado, sin dejarse absorber por la mancha de tinta, sin ceder a la costumbre de fascinarse con las palabras. En vez de pegar la nariz a la pĆ”gina, sugiero tomar distancia y pensar. SĆ, pensar. Pensar este nĆŗmero de Granta no como una pieza literaria Ćŗnica sino como un producto cultural situado entre otros muchos productos culturales similares, inscrito en un determinado sistema editorial y con funciones primordialmente comerciales. Pensarlo como un fruto tĆpico de cierta globalizaciĆ³n literaria, a la vez dinĆ”mico e insulso, libre de ataduras genĆ©ricas y lastres nacionalistas pero desprendido tambiĆ©n de toda comunidad de lectores y, por lo mismo, incapaz de incidir en un sitio y explotar aquĆ y ahora. Pensarlo como un objeto. Vamos, como una mercancĆa. ~
es escritor y crĆtico literario. En 2008 publicĆ³ 'Informe' (Tusquets) y 'Contra la vida activa' (Tumbona).