La frase se repite en conversaciones y muros de Facebook cada vez que muere algรบn autor de cierta fama: โLa mejor manera de honrarlo y recordarlo es leyรฉndoloโ. Y es cierto, si bien a veces las circunstancias particulares de su vida o temperamento toman protagonismo frente a su obra, ensombreciรฉndola o dejรกndola relegada a segundo plano.
Eso ha ocurrido, sobre todo, en el caso de mujeres escritoras. โSe conoce mรกs la dramaturgia de Luisa Josefina Hernรกndez que sus novelas, la personalidad excรฉntrica de La China Mendoza, la curiosa trayectoria de Tita Valencia, que fue tambiรฉn una extraordinaria pianista. ยฟPero sus libros?โ, se pregunta Socorro Venegas, directora general de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, en una nota publicada en la revista digital Literal. Partiendo de esa idea, lo demรกs se desencadenรณ rรกpidamente: el aรฑo pasado, entre ella y la joven escritora Ave Barrera dieron forma e impulso a la primera tanda de la colecciรณn Vindictas, compuesta por libros de Tita Valencia, Luisa Josefina Hernรกndez, Marรญa Luisa Mendoza, Tununa Mercado y Marcela del Rรญo. Ademรกs de servir como rescate contra el olvido, intenciรณn que su tรญtulo deja clara, la colecciรณn estรก publicada con la idea de abrir un diรกlogo entre generaciones, gracias a los prรณlogos a cargo de escritoras nacidas en los ochenta: Ave Barrera, Claudina Domingo, Jazmina Barrera, Nora de la Cruz y Lola Horner.
De la colecciรณn, hasta el momento, he leรญdo solamente dos tรญtulos: El lugar donde crece la hierba (1956), de Luisa Josefina Hernรกndez, y Minotauromaquia. Crรณnica de un desencuentro (1976), de Tita Valencia. Ambas fueron galardonadas en su momento con el premio Xavier Villaurrutia, pero la razรณn por la que escogรญ empezar por ahรญ no fue รฉsa, sino que las dos novelas estรกn construidas bajo una estructura epistolar que cuestiona la idea de para quiรฉn se escribe, por quรฉ, desde dรณnde.
Minotauromaquia. Crรณnica de un desencuentro es mucho mรกs abierta en su intenciรณn autobiogrรกfica. Queda claro que entre remitente y destinatario se desarrollรณ una historia explรญcita de amor (y luego de desamor, como suele suceder) que Valencia narra sin tapujos, permitiรฉndose dar โun testimonio escuetamente cabal en tรฉrminos de legitimidad amorosaโ, segรบn cuenta ella misma en entrevista con La Razรณn. ยฟCuรกl es el laberinto en este libro de dolor y contradicciones? ยฟQuiรฉn persigue a quiรฉn, quiรฉn huye hacia dรณnde? โยฟHuir de ti, yendo hacia ti?โ, se pregunta Valencia para unas pรกginas despuรฉs lanzar la estocada final: โSe posee aquello a lo que se renunciaโ.
Valencia recibiรณ por Minotauromaquia el Villaurrutia en 1976, ante lo cual la crรญtica estallรณ contra el libro y a favor, en palabras de la propia autora, del โhonor literario masculinoโ. Por eso, dice, aunque siguiรณ escribiendo otros gรฉneros, a esta novela no la siguiรณ ninguna otra: un ejemplo perfecto de una voz inteligente, relevante, de estilo atrevido y con temรกtica vigente que quedรณ silenciada.
Si bien tiene una estructura epistolar โla narradora se dirige todo el tiempo de manera frontal a un interlocutor determinado que en ese entonces era un secreto a voces y que ya todos sabemos quiรฉn esโ la reflexiรณn de Valencia sobre el amor femenino como un amor mutilado, incompleto, fallido, es en el fondo una especie de soliloquio en el que la voz que cuestiona sabe que es probable que sus cavilaciones no terminen por llegar a su destinatario. En ese sentido, encuentra eco en El lugar donde crece la hierba, el libro mรกs antiguo de la colecciรณn hasta ahora, en donde la tambiรฉn dramaturga Luisa Josefina Hernรกndez hace una especie de crรณnica de sus dรญas en cautiverio en la misteriosa casa en la que se encuentra escondida y de las conversaciones que durante ese periodo sostiene โen persona, sueรฑos o a travรฉs de cartasโ con tres hombres: su esposo, del que se distancia a cada pรกgina, el extraรฑo que la ha recibido como inquilina y Enrique, su gran amor de juventud. En el relato, cargado de melancolรญa por volver a un sitio de calma que posiblemente no exista, se confunden las presencias de estos tres personajes masculinos โhombres de carne y hueso, pero tambiรฉn sus recuerdos y fantasmasโ que rondan la casa real y la otra, la intangible, que es la mente y el cuerpo de la narradora. Quizรก รฉse es tambiรฉn el lugar donde crece la hierba: un sitio interior al que solo se tiene acceso a travรฉs de la imaginaciรณn, pero del cual brota la voz que desafรญa al silencio y que esta colecciรณn se empeรฑa en hacer que escuchemos.
El lugar donde crece la hierba tambiรฉn hace un feroz cuestionamiento de la maternidad, un tema inusual en las autoras de esa รฉpoca y que apenas en los รบltimos aรฑos ha tomado cierta vigencia. โยกQuรฉ segura estarรญa yo visitando las tumbas de mis hijos! ยกQuรฉ tranquilidad saber que no los he tenido, quรฉ dicha, quรฉ descanso!โ. Y mรกs adelante, con honestidad brutal, โโฆ porque en el รบnico momento de mi vida que supuse que iba a tener un hijo sentรญ odio por รฉl y lo neguรฉ con mi cuerpo y con todas las fuerzas de mi espรญrituโ.
La prisiรณn que habita la narradora de esta novela es, de algรบn modo, la que habita cualquier mujer que se haya sentido encerrada en el poder masculino que, aparentando protecciรณn, limita sus libertades; es decir que es la prisiรณn de todas nosotras. Por eso, lamentablemente, hay futuro en โVindictasโ, una colecciรณn que no deberรญa ser necesaria y sin embargo lo es, y en ese sentido se une a la serie de esfuerzos que se han hecho desde instituciones pรบblicas, editoriales, periรณdicos y revistas por rescatar del olvido a escritoras extraordinarias (por mencionar sรณlo algunos ejemplos, Liliana Pedroza publicรณ en la editorial de la Universidad Autรณnoma de Nuevo Leรณn la antologรญa de cuentos escritos por mujeres Historia secreta del cuento mexicano 1910-2017 y una nota publicada recientemente en El Paรญs, โTrece libros para ampliar el boomโ, incluye los comentarios de trece escritoras latinoamericanas que proponen un libro escrito por una mujer que consideran que todos deberรญamos leer).
La lista avanza, como la hierba, tomando el lugar del olvido. Nos toca leer para hacerla crecer, darle espacio.
(Ciudad de Mรฉxico, 1984). Estudiรณ Ciencia Polรญtica en el ITAM y Filosofรญa en la New School for Social Research, en Nueva York.ย Esย cofundadora deย Ediciones Antรญlopeย yย autora de los libros Las noches sonย asรญย (Broken English, 2018), Alberca vacรญaย (Argonรกutica, 2019) y Una ballena es un paรญs (Almadรญa, 2019).