Carlos Fuentes: una carta 2 de octubre

Una carta dirigida a Octavio Paz, a dos dรญas de los acontecimientos terribles de Tlatelolco.
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Ya me he referido en este blog a la nutrida y nutritiva correspondencia entre Octavio Paz y Carlos Fuentes. Circula ya como samizdat por todas partes โ€“a pesar de la disposiciรณn de Fuentes en el sentido de que permanecieran (las suyas) โ€œselladasโ€ hasta pasados cincuenta aรฑos de su muerteโ€“ y circula la especie de que se prepara una ediciรณn. Ojalรก que asรญ sea, pues, como escribiรณ Sergio Gonzรกlez Rodrรญguez, forman parte โ€œdel bien comรบnโ€.

Ya me he referido en este espacio a algunas cartas supersรณnicas en las que ambos escritores incuban libros, insultan presidentes, registran emociones, hacen proyectos comunes, critican y se critican, largan exabruptos ) y, desde luego, discuten la realidad mexicana.

La informaciรณn sobre los acontecimientos de 1968 (en Mรฉxico, pero tambiรฉn en Francia, Checoeslovaquia, Estados Unidos) es abundante. Comentarรฉ una carta exaltada de Fuentes, fechada en Parรญs el 4 de octubre, que comienza โ€œOctavio, Octavio, Octavio, no sรฉ cuรกndo he vivido un dรญa mรกs amargo…โ€

Reciรฉn enterado de lo ocurrido en Tlatelolco, Fuentes dice que โ€œVictoriano Huerta ha resucitado en Mรฉxico: desde ahora, nuestra historia puede resumirse entre dos corchetes: De la Ciudadela a la Plaza de las Tres Culturas.โ€ Una foto en la que se miran estudiantes inmovilizados por los granaderos lo lleva a pensar en โ€œtu inmortal Cacique de Cempoala, el sapo verde sentado de nalgas sobre Mรฉxicoโ€, aquel a quien Paz describiรณ en โ€œEl cรกntaro rotoโ€ (1955), en el que el cacique inmortal se halla

Tendido al pie del divino รกrbol de jade regado con sangre, 

         mientras dos esclavos jรณvenes lo abanican, 

en los dรญas de las grandes procesiones al frente del pueblo,  apoyado

        en la cruz: arma y bastรณn, 

en traje de batalla, el esculpido rostro de sรญlex aspirando 

        como un incienso precioso el humo de los fusilamientos,

los fines de semana en su casa blindada junto al mar, al lado de su querida

        cubierta de joyas de gas neรณn, 

ยฟsรณlo el sapo es inmortal?

 

Fuentes tambiรฉn piensa que el pasado en Mรฉxico es recurrente y, en especial, su lado violento. โ€œUn tigre duerme en las entraรฑas de Mรฉxico โ€“dice en la cartaโ€“, la necesidad de sangre es demasiado honda, la certidumbre de que sรณlo la sangre alimenta al sol, a los astros, a las plantas, es demasiado profundaโ€ฆ La gran metรกfora ha vuelto a encarnar.โ€ No sรณlo el pasado remoto, ni sรณlo el de Mรฉxico: ante el 68, considera que

cuarenta aรฑos despuรฉs de Germรกn de Campo, la autonomรญa universitaria es violada. Sesenta aรฑos despuรฉs de Huerta, la brutalidad del ejรฉrcito federal vuelve a asesinar estudiantes, mujeres, niรฑosโ€ฆ La Plaza de las Tres Culturas: los escalones de Odessa.

La sensaciรณn de hallarse en una pesadilla circular, y que la de las Tres Culturas es una plaza de los sacrificios reciclada por el neocacique gordo Dรญaz Ordaz, se cruza en las cartas. Sin haber leรญdo la de Fuentes, el 8 de octubre en Nueva Delhi, el furioso Paz le habla de โ€œlos ritos sangrientos del Gran Sacerdote en la Plaza de Tlatelolcoโ€ y se (le) pregunta: โ€œยฟno es terriblemente simbรณlico, mรญtico, todo esto?โ€. Dos aรฑos mรกs tarde, en Posdata, Paz vuelve a esa circularidad fatal:

el gobierno regresรณ a periodos anteriores de la historia de Mรฉxico: agresiรณn es sinรณnimo de regresiรณn. Fue una repeticiรณn instintiva que asumiรณ la forma de un ritual de expiaciรณn; las correspondencias con el pasado mexicano, especialmente con el mundo azteca, son fascinantes, sobrecogedoras y repelentes. La matanza de Tlatelolco nos revela un pasado que creรญamos enterrado estรก vivo e irrumpe entre nosotros.

La carta de Fuentes culmina asรญ:

Soy consciente de nuestra responsabilidad: los jรณvenes estรกn haciendo lo que nosotros hemos predicado. ยฟDebemos regresar y convertirnos, quizรกs, en los Garcรญa Lorca de la nueva revoluciรณn mexicana? ยฟO permanecer lejos y tratar de ser los Joyce de una Irlanda de piedra, cobre e insomnio? ยฟen actores y artistas? ยฟpresentes ausentes o ausentes presentes? Quisiera ser lรบcido, Octavio, lรบcido como tรบ lo eres con soberana facilidad. Quisiera analizar, saber. Sรฉ, sรฉ, que una etapa de nuestra vida histรณrica se ha clausurado para siempre, pase lo que pase. Creo que este pobre hombre miope, resentido, pequeรฑo, vengativo, dispรฉptico que por estricto escalafรณn ha llegado a la Presidencia, serรก sacrificado por el sistemaโ€ฆ pero ยฟquรฉ vendrรก en su lugar?  La opciรณn es radical: la dictadura militar de derecha que pide [Miguel] Alemรกn descaradamenteโ€ฆ o el liberalismo burguรฉs, el sistema reformado, mรกs abierto, mรกs flexible, que parece representar [el secretario de la presidencia Emilio Martรญnez] Manatou: el kennedysmo mexicano. No se necesita ser marxista para repetir que el desequilibrio entre la forma polรญtica anacrรณnica y la materia social, econรณmica y cultural viva de Mรฉxico era ya demasiado grande. Llevamos aรฑos repitiรฉndolo. Pero para nuestros polรญticos y burgueses, los intelectuales son โ€œloquitosโ€โ€ฆ hasta que medio millรณn de jรณvenes mueren porque han leรญdo a Octavio Paz. Es magnรญficoโ€ฆ es angustiosoโ€ฆ es terribleโ€ฆ Me siento impotente y poderoso. No sรฉ hacer otra cosa que un llamado, que maรฑana publicarรฉ en Le Monde, a los intelectuales y artistas extranjeros, sobre todo Arthur Miller y Maurice Bรฉjart, para que se abstengan de asistir a la Olimpiada Cultural: increรญble ironรญa en un paรญs que oficialmente mata estudiantes, encarcela profesores, rodea los institutos de cultura de tanques y practica el terrorismo total contra los intelectuales.

       Escribe cuanto antes. No sรฉ si tomar un aviรณn maรฑana, esperar el desenlace, resignarme a esperar que el sedimento de todo esto me dรฉ, acaso, unas cuantas palabras, pรกginas, librosโ€ฆ ยฟLa presencia del arte o el arte de la representaciรณn? Eh voila, Octavio, eh voila bien le problรฉmeโ€ฆ [sic] Escribe. Lo que tรบ digas o hagas serรก definitivo para mรญโ€ฆ para tantos mexicanos que creemos en tiโ€ฆ Perdona, no es chantaje, y lo sabes. Te pido una comunicaciรณn privada, no te pido la demagogia, tรบ eres mรกs que esoโ€ฆ

Te quiere y admira,  

Carlos

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Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.


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