Aunque allรก por los aรฑos del Siglo de Oro el teatro era un espectรกculo popular, lo cierto es que algunos de sus autores mรกs reconocidos aspiraban a agradar al pรบblico culto, no al popular. Refiriรฉndose a los epรญtetos de la comedia, Tirso de Molina escribiรณ que era โsustento de los discretosโ, asรญ como โmanjar de diversos precios que mata de hambre a los necios y satisface a los sabiosโ.
Cuando Hamlet sirve de portavoz a Shakespeare sobre la manera en que han de actuarse sus versos, dice: โOh, it offends me to the soul to hear a robustious periwig-pated fellow tear a passion to tatters, to very rags, to split the ears of the groundlings, who for the most part are capable of nothing but inexplicable dumb shows and noiseโ.
En la traducciรณn de Leandro Fernรกndez de Moratรญn leemos: โA mรญ me desazona en extremo ver a un hombre, muy cubierta la cabeza con su cabellera, que a fuerza de gritos estropea los afectos que quiere exprimir, y rompe y desgarra los oรญdos del vulgo rudo; que sรณlo gusta de gesticulaciones insignificantes y de estrรฉpitoโ.
Tibia la traducciรณn cuando traduce โoffends me to the soulโ como โdesazona en extremoโ, pero luego toma osadรญa al pasar de โgroundlingsโ a โvulgo rudoโ. Shakespeare se refiere al pรบblico bajo, que paga poco y se halla de pie en el suelo de tierra, en el ground, frente al escenario.
Verdad es que tambiรฉn hace falta ese pรบblico para llenar los teatros y pagarse las habas. Con ironรญa, Ben Johnson les llamaba โthe understanding gentlemen of the groundโ. ยฟPero quรฉ tanto habรญa de ceder el autor o hasta dรณnde algรบn actor pondrรญa de su propia cosecha para complacer al pรบblico de gusto ramplรณn? Para Fernรกndez de Moratรญn, la escena de Hamlet en el cementerio no era sino material para esos groundlings. โSi parece extraรฑo que los sepultureros hagan papel en una tragedia, mรกs lo parecerรก que un prรญncipe trame conversaciรณn con ellos, sufra sus necedades se divierta en revolver los huesos y moralizar sobre las calaveras. ยกY quรฉ imรกgenes amontona el autor! Horrendas, asquerosas, repugnantes, ridรญculas. ยกY quรฉ estilo tan ajeno del decoro trรกgico!โ.
La tragedia era para hacernos penar con dioses, reyes, prรญncipes y nobles, no con sepultureros, cocineros, palafreneros y demรกs gente baja. Estos pertenecรญan a la comedia.
En su fรกbula del oso, la mona y el cerdo, Tomรกs de Iriarte advierte que โsi el sabio no aprueba, ยกmalo!, si el necio aplaude, ยกpeor!โ. No son aรฑos de ideas democrรกticas en las que manda una mayorรญa y el artista โse debe a su pรบblicoโ. Quizรกs por ahรญ navegaban las ideas de Adam Zagajewski cuando dijo, tras la caรญda del comunismo en Polonia: โLa democracia no nos salvarรก de la vulgaridadโ.
Al tenor de su siglo XV, el papa Baldassarre Cossa asegurรณ que nada habรญa tan lejano a la verdad como โel dictamen del vulgoโ. Muy distinto a la idea contemporรกnea de la sabidurรญa de las masas y el pueblo sabio; si bien esta sabidurรญa es para un ejercicio polรญtico o comercial, y no para uno literario. Por eso, aunque los literatos necesitan el aplauso, se entiende como virtud que no se busque el aplauso.
Un antiguo crรญtico de teatro seรฑalรณ: โBuscar el aplauso halagando los mรกs groseros instintos del pรบblicoโฆ es prostituir el arte sin prestar servicio alguno a la bellezaโ. Y otro: โMuchos de los que escriben para el teatro sostienen que es peligroso pretender encauzar el gusto del pรบblico, y que lo que se debe hacer es satisfacer sus caprichosโฆ Los poetas que asรญ piensan deben fijarse en lo que ocurre a los graciosos que, buscando el aplauso, acaban pareciendo payasos en vez de autores cรณmicosโ.
Gaspar Melchor de Jovellanos proponรญa que el mal gusto triunfaba en el teatro en parte por la baja calidad de los actores. โLa profesiรณn histriรณnicaโฆ se ejerce en casi todo el reino por personas de รญnfima extracciรณn, sin cultura, sin educaciรณn y sin conocimientos algunosโ. Ademรกs, los teatros estรกn regenteados por personas โa quienes el interรฉs y la avaricia gobierna enteramenteโ.
Pero asรญ como he escrito lo anterior, hay textos de estos y otros grandes dramaturgos que dicen lo contrario, pues el arte estรก para violar, desconocer o erradicar sus reglas. El mรกs conocido, seguramente es el Arte nuevo de hacer comedias, de Lope de Vega, en el que se divorcia del rigor clรกsico y expone un sacrilegio para los puristas:
y escribo por el arte que inventaron
los que el vulgar aplauso pretendieron;
porque, como las paga el vulgo, es justo
hablarle en necio para darle gusto.
Habรญa que quitarse de encima la Poรฉtica de Aristรณteles, que puso grilletes a los escritores durante varios siglos; y asรญ escribiรณ Bernardo Tasso, padre del mรกs famoso Tasso: โSi Aristรณteles naciera en esta era, y viese el graciosรญsimo poema del Ariosto, no sรฉ si advirtiendo lo mucho que deleita, mudarรญa de opiniรณnโ. En su texto, Lope dice โsobre el consejo de Aristรณtelesโ que โya le perdimos el respetoโ.
El empleo de la palabra โvulgoโ en Espaรฑa se ha dado tradicionalmente para diferenciar a esa gente de los nobles. Con esto en la cabeza, otro crรญtico decimonรณnico se preguntaba: โยฟCuรกntos nobles hay que no saben mรกs que el vulgo? Y si saben mรกs, no por eso comprenden aquellas cosas que disponen el รกnimo al deleite de la poesรญaโ.
Al contrario de la tradiciรณn clรกsica, hoy dรญa es el vulgo el que protagoniza la tragedia, mientras que los nobles estelarizan las comedias mรกs chocarreras. ~
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.