En el evangelio de Marcos, el mesรญas dice: โEl que no es contra nosotros, por nosotros esโ. En Mateo, pronuncia una frase aparentemente parecida, pero mรกs radicalizada e intolerante: โEl que no es conmigo, contra mรญ esโ, y agrega: โEl que conmigo no recoge, desparramaโ. La primera funciona para un aspirante en campaรฑa; la de Mateo ya lleva el descaro de quien ostenta el poder. Son palabras con antojo de dividir el mundo en los buenos mรญos y los malos otros.
He venido para poner en disensiรณn al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serรกn los de su casa. El que ama a padre o madre mรกs que a mรญ, no es digno de mรญ; el que ama a hijo o hija mรกs que a mรญ, no es digno de mรญ.
Un tanto insolente el mesรญas y, como dice Esquilo: โLa insolencia es hija de la impiedadโ.
Por mucho que se esmeran los creyentes en armar un discurso coherente de los evangelios, lo cierto es que el personaje principal pasa del amor al revanchismo, de la mansedumbre a la intransigencia, de las bendiciones a las maldiciones. A la iglesia del pasado le gustaba hacer รฉnfasis en ciertas amenazas, como la de ser โechados a las tinieblas; allรญ serรก el lloro y el crujir de dientesโ. Ahora las bienaventuranzas o el amor al prรณjimo funcionan mejor, pues ya no se cree en el infierno, o sรญ, cuando el infierno son los otros.
Quizรกs el comportamiento mรกs difรญcil de racionalizar o justificar del nazareno lo vemos en este pasaje: โAl dรญa siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenรญa hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegรณ a ella, nada hallรณ sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesรบs dijo a la higuera: Nunca jamรกs coma nadie fruto de tiโฆ Y luego se secรณ la higueraโ.
Esto hace pensar en aquel ensayo de Montaigne titulado โCรณmo el alma descarga sus pasiones sobre objetos falsos, cuando los verdaderos le faltanโ, el cual comienza asรญ:
Uno de nuestros gentilhombres, sumamente propenso a la gota, cuando los mรฉdicos le instaban a abandonar por entero el disfrute de las carnes saladas, solรญa responder con mucha gracia que, en los ataques y tormentos de la enfermedad, querรญa tener a quiรฉn echarle la culpa, y que, gritando y maldiciendo contra la salchicha o contra la lengua de buey y el jamรณn, sentรญa un gran alivio.
Herรณdoto cuenta que uno de los caballos de Ciro se metiรณ desbocado al rรญo Gindes, y โla corriente lo engullรณ en sus aguas y lo arrastrรณโ. Entonces Ciro injuriรณ al rรญo y decidiรณ โdejarlo tan menguado que, en lo sucesivo, hasta las mujeres podrรญan atravesarlo fรกcilmente sin mojarse la rodillaโ. Se hallaba en medio de una expediciรณn militar, pero durante varios meses puso ociosamente a sus soldados a cavar trescientos sesenta canales por los que desviรณ las aguas para restarle fuerza al rรญo.
Tambiรฉn Jerjes por frustraciรณn mandรณ insultar y dar latigazos al mar cuando una tormenta le destruyรณ un puente.
โยฟQuรฉ causas no inventamos para las desgracias que nos afectan?โ, escribe Montaigne. โยฟA quรฉ no echamos la culpa, con razรณn o sin ella, para tener algo contra lo cual luchar?โ
El papa Esteban VI tambiรฉn sentรญa la necesidad de inventarse enemigos tan inanimados e inofensivos como un cadรกver. Por eso mandรณ desenterrar a uno de sus predecesores, el papa Formoso, que ya contaba con nueve meses de muerto. Le armรณ un juicio por cuantos delitos se le ocurrieron. El acusado no pudo defenderse y fue declarado culpable. Al cuerpo putrefacto le cortaron los tres dedos que habรญa usado en vida para bendecir y lo echaron al rรญo Tรญber con lastre y en pelota.
Ver enemigos donde no los hay es crear enemigos.
El mar se vengรณ de Jerjes y se tragรณ a su ejรฉrcito.
Ciro se burlรณ de un rรญo diciendo que โhasta las mujeres podrรญan atravesarloโ, y fue justo una mujer quien lo matรณ, decapitรณ y le metiรณ la cabeza en un odre lleno de sangre.
El cadรกver del papa Formoso emergiรณ a la superficie, impulsรณ una revuelta, y su verdugo, el flamante papa Esteban VI, acabรณ estrangulado.
La higuera seca se mantuvo en pie mรกs tiempo que quien la secรณ.
El gentilhombre enfermo de gota acabรณ por saber que una lengua de buey no para de maldecir.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.