La dificultad para acceder a la vivienda es uno de los grandes problemas de nuestro país. La población ha crecido y se construye poco, en parte por el trauma del estallido de la burbuja inmobiliaria. Por cuestiones de trabajo, servicios, forma de vida y economía del conocimiento, hay lugares mucho más codiciados que otros. Es un asunto difícil de tratar desde el punto de vista político y administrativo, y un terreno en el que existen prejuicios ideológicos que se mantienen inalterables frente al contacto con la realidad.
Los impedimentos para acceder a la vivienda, particularmente graves para los jóvenes, son un factor de desigualdad y un obstáculo para muchas otras cosas, desde la emancipación a la formación de una familia. En este número Jorge Galindo analiza algunas de las aristas del problema y estudia cómo podemos pasar de un paradigma de escasez a uno de abundancia, y Ricardo Dudda relata la peculiar odisea de un joven buscando un hogar en Madrid.