Aunque me llamen mesiรกnico, voy a purificar al paรญs.
Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador
En el recuento de los โdรฉspotas electosโ de nuestro tiempo, hombres fuertes que anulan la divisiรณn de poderes, supeditan a los jueces, acotan la libertad de expresiรณn y buscan subvertir la democracia, la prensa internacional menciona a Vladรญmir Putin, Recep Tayyip Erdoฤan, Narendra Modi, Nicolรกs Maduro, Rodrigo Duterte, Jair Bolsonaro, Benjamรญn Netanyahu, Matteo Salvini y Donald Trump pero, salvo excepciones, suele olvidar a Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador. La omisiรณn es extraรฑa. AMLO (como se le conoce) tiene los mรฉritos suficientes para figurar en el elenco y aun destacar en รฉl, con una caracterรญstica inusual y desconcertante: se ve a sรญ mismo, y se comporta, como un redentor.
Nacido en 1953 en el estado de Tabasco, AMLO fue un miembro activo del PRI de 1976 a 1989, cuando se uniรณ al PRD, el nuevo partido de izquierda, donde subiรณ de rango hasta alcanzar su presidencia (de 1996 a 1999). En el 2000 fue electo jefe de Gobierno de la Ciudad de Mรฉxico. En 2006 perdiรณ la elecciรณn presidencial por un margen estrechรญsimo โ243,934 votos (0.62%)โ ante Felipe Calderรณn, y de inmediato se declarรณ โpresidente legรญtimoโ de Mรฉxico. A partir de ese momento se convirtiรณ en un crรญtico implacable de la agresiva e ineficaz guerra contra las drogas de Calderรณn. Perdiรณ de nuevo en 2012 ante Enrique Peรฑa Nieto, de cuya corrupta administraciรณn no fue menos crรญtico. En julio de 2018, en su tercer intento, AMLO fue electo presidente con 53.19% del voto. A fines de 2019, a un aรฑo de su arribo al poder, su รญndice de aprobaciรณn llegรณ al 72%.
Estaba claro que para muchos mexicanos AMLO representaba una esperanza de rectitud y renovaciรณn. Un amplio sector del paรญs estaba sencillamente harto del PAN y el PRI, que gobernaron de 2000 a 2018. Pero hay otra razรณn detrรกs de su popularidad: el aura religiosa que lo rodea. Hasta abril de 2020 (cuando, ya declarada la pandemia, decidiรณ suspender sus giras de manera temporal), Lรณpez Obrador habรญa recorrido semanalmente cada municipio de Mรฉxico en un esfuerzo que รฉl mismo, con sus habituales autorreferencias religiosas, ha llamado โapostรณlicoโ y que vastos sectores han sentido como tal: cercano, genuino y compasivo. Mientras Peรฑa Nieto jugaba golf los fines de semana, AMLO ha ido por los pueblos hablando con la gente y tomรกndose selfies. La โbuena nuevaโ que predica no es un mero cambio de gobierno y ni siquiera un nuevo rรฉgimen sino el advenimiento โen el sentido religiosoโ de una nueva era, libre de corrupciรณn y prometedora de igualdad, prosperidad y justicia.
El paralelo con el comandante Hugo Chรกvez es ilustrativo, aunque hay diferencias marcadas. AMLO no pretende convertirse en una celebridad internacional y ni siquiera latinoamericana (desde que tomรณ posesiรณn no ha viajado fuera del paรญs, y probablemente nunca lo haga). Indiferente y hasta alรฉrgico al dinero, nadie le ha conocido negocio ilรญcito (tampoco lรญcito). Austero en lo personal, ha impuesto una disciplina fiscal draconiana, aunque arbitraria, opaca y desordenada. No es particularmente nacionalista, como Chรกvez y la mayorรญa de aquellos โdรฉspotas electosโ, y mucho menos racista como Trump, a quien trata con una obsequiosidad sin precedentes en la digna historia de la diplomacia mexicana. Cada vez que Trump insulta a Mรฉxico y a los mexicanos, AMLO guarda un discreto silencio. No solo eso: se jacta de la amistad de Trump y cediรณ ante sus amenazas de aumentar unilateralmente los aranceles si Mรฉxico no cumplรญa con sus polรญticas punitivas de inmigraciรณn.
Pero entre Chรกvez y AMLO hay semejanzas perturbadoras. Chรกvez aparecรญa cada domingo en su maratรณnico programa Alรณ Presidente. AMLO aparece de lunes a viernes de 7 a 8:30 o 9 a. m. en Palacio Nacional o donde se encuentre de gira, en lo que ha llamado las โmaรฑanerasโ. No son propiamente conferencias de prensa. Son misas cรญvicas, sermones que se difunden masivamente en televisiรณn y en redes sociales, convirtiรฉndolo en la fuente principal y hasta รบnica de informaciรณn para sectores mayoritarios. Cuando rara vez acuden a esas maรฑaneras periodistas serios y formulan preguntas comprometedoras, el presidente los elude, los desacredita o desmiente, sosteniendo que รฉl tiene โotros datosโ (variedad mexicana de los alternative facts). Dado que en Mรฉxico las estaciones de radio y televisiรณn son concesionadas por el Estado, algunas han optado por evitar la confrontaciรณn directa con Lรณpez Obrador. Solo unos cuantos periรณdicos y revistas independientes sobreviven, ademรกs de voces crรญticas en sitios de internet y programas de radio y televisiรณn. El humor polรญtico, que tuvo una gran tradiciรณn en las carpas mexicanas, se refugia ahora en las caricaturas y las redes sociales. No hay programas de sรกtira polรญtica por televisiรณn. Un Stephen Colbert mexicano es impensable porque el presidente no lo tolerarรญa.
Igual que Chรกvez, AMLO provoca deliberadamente la polarizaciรณn y el encono. Aquel azuzaba al โpueblo bolivarianoโ contra los โescuรกlidosโ y โpitiyanquisโ; este divide a los mexicanos entre โel pueblo buenoโ que lo vitorea en las plazas y los โconservadoresโ que se resisten al โcambio verdaderoโ. Lรณpez Obrador ha acuรฑado decenas de epรญtetos injuriosos para denigrar a sus โadversariosโ โen particular la prensa y los crรญticos independientesโ, cuya descalificaciรณn ejerce y promueve. Entre ellos: alcahuete, aprendiz de carterista, camajรกn, fifรญ, mafiosillo. Gabriel Zaid lo ha llamado โpoeta del insultoโ.
((Gabriel Zaid: โAMLO poetaโ, Reforma, 24 de junio de 2018.
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Otro factor que los une es el uso polรญtico de la historia. Chรกvez se sentรญa la reencarnaciรณn de Simรณn Bolรญvar en el siglo XXI al grado de ordenar su exhumaciรณn para rescatar su โverdaderaโ imagen que, gracias al Photoshop mรกs que a la antropologรญa forense, resultรณ distinta a los retratos de รฉpoca y asombrosamente similar a la suya. Menos macabro hasta ahora, AMLO ha llevado la obsesiรณn por la historia a extremos similares. La historia para รฉl es un orรกculo al que recurre con dos รณpticas convergentes en su propia persona: la โteorรญa de los grandes hombresโ y el libreto de la revoluciรณn social pacรญfica. Segรบn la teorรญa, la historia mexicana es un elenco de hรฉroes a quienes Lรณpez Obrador busca emular y superar. Segรบn el libreto, la historia es una promesa de redenciรณn social incumplida, desvirtuada, traicionada, que es preciso retomar en una โcuarta transformaciรณnโ, acaudillada por รฉl, cuyo fin serรก completar la obra de la Independencia, la Reforma y la Revoluciรณn.
Si Chรกvez solรญa incurrir ocasionalmente en el uso de simbologรญa cristiana, en AMLO el factor es esencial y en un paรญs tan religioso como Mรฉxico ha resultado decisivo. En un ensayo publicado poco antes de las elecciones de julio de 2006 lo caractericรฉ como โEl mesรญas tropicalโ.
((โEl mesรญas tropicalโ, Letras Libres, 90, junio de 2006.
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Como defensor de los pobres perseguido por los ricos, se equiparaba entonces (y lo sigue haciendo) con Jesucristo. Y la gente lo reconocรญa como tal. โEres nuestro mesรญasโ, decรญa un cartel que portaba un anciano indรญgena en un remoto pueblo de Oaxaca. El adjetivo โtropicalโ no era mรญo, era suyo. En uno de sus libros sobre Tabasco, AMLO equiparaba el carรกcter apasionado de los polรญticos tabasqueรฑos con la naturaleza del โtrรณpicoโ en aquella zona del sureste, con sus selvas infranqueables y sus rรญos tempestuosos.
Este mesianismo tropical se manifestรณ en los aรฑos treinta en el gobierno de Tomรกs Garrido Canabal, cuyo intento de arrasar iglesias, quemar santos y destruir toda presencia de la religiรณn catรณlica es el tema de la famosa novela de Graham Greene El poder y la gloria. Un similar borrรณn y cuenta nueva con el pasado intenta Lรณpez Obrador ya no solo en Tabasco sino en Mรฉxico: fundar desde el poder presidencial absoluto un Mรฉxico sin corrupciรณn, un Mรฉxico moral, un Mรฉxico puro. Para lograrlo, cuenta con miles de jรณvenes contratados por el gobierno. Son los llamados โservidores de la naciรณnโ que recorren el paรญs, โmoralizanโ a la poblaciรณn y levantan censos de necesidades sociales.
AMLO estรก genuinamente persuadido de su papel. En su vocabulario no existe la palabra ciudadano. Solo existe un ente colectivo llamado โpuebloโ. El 47% de los ciudadanos que asistieron a las urnas pero no votaron por รฉl no son โpuebloโ; tampoco el 36.58% del padrรณn que no votรณ. Y รฉl solo representa al pueblo, defiende al pueblo, encarna al pueblo, es el pueblo. Busca โhacer historiaโ (lema de su campaรฑa) mediante una โrevoluciรณnโ pacรญfica que recobre y acreciente la preponderancia polรญtica, econรณmica, social, educativa e ideolรณgica que tuvo el Estado en tiempos del PRI durante buena parte del siglo XX. Se trata, claramente, de una restauraciรณn, de una vuelta a aquel pasado, pero con elementos inรฉditos. Los presidentes del PRI gozaban de una concentraciรณn desmesurada del poder, pero nunca fueron dueรฑos del partido (que era una confederaciรณn de organizaciones obreras, campesinas, burocrรกticas, y una mรกquina electoral). Su carisma personal era lo de menos, lo importante era su investidura institucional. Y tenรญan el lรญmite infranqueable de un sexenio. AMLO es distinto. Es dueรฑo de Morena, su partido. Es poderoso por sus facultades constitucionales pero tambiรฉn por su investidura y carisma. Es un redentor en el poder. Y los redentores no suelen obedecer lรญmites legales, institucionales o temporales.
En mi ensayo de 2006 quise advertir los peligros de esta voluntad centrada en un caudillo purificador. De conseguir el triunfo, que en ese momento me parecรญa inevitable (encabezaba las encuestas), temรญ que AMLO revirtiera los modestos progresos de institucionalizaciรณn que habรญa logrado la democracia mexicana desde su nacimiento en 1997, cuando el PRI habรญa fallado en obtener la mayorรญa en la Cรกmara de Diputados, con lo que daba por concluidas siete dรฉcadas ininterrumpidas de control en el Congreso. Por primera vez en nuestra historia moderna contรกbamos con un Instituto Federal Electoral confiable y autรณnomo, un Congreso plural, un poder judicial independiente y plena libertad de expresiรณn (habรญa sido restringida hasta la dรฉcada de los ochenta). Todo esto correrรญa peligro por el acceso al poder de un caudillo fuerte, mรกs aรบn si se veรญa a sรญ mismo, y era visto por la gente, como un redentor. La desilusiรณn de las expectativas mesiรกnicas โpensรฉโ sobrevendrรญa inevitablemente, pero en el trance Mรฉxico podรญa perder aรฑos irrecuperables.
AMLO ha gobernado con una energรญa revolucionaria cuya fuente es aquel impulso mesiรกnico de salvar al paรญs. Antes del estallido de la Covid-19 me preguntaba si Mรฉxico habรญa perdido un aรฑo. Ahora temo que pierda los cinco restantes.
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AMLO actรบa movido por lo que รฉl llama โideales y principiosโ que le parecen inobjetables porque emanan de รฉl, de su autoproclamada superioridad moral, y lo liberan de considerar las consecuencias prรกcticas de sus actos, que no puede imaginar negativas y por tanto no necesita calibrar, vigilar o eventualmente corregir. Pero los efectos de sus acciones en el primer aรฑo no eran alentadores y ahora, en plena pandemia, se han vuelto trรกgicos.
Las paradojas del programa social siempre han sido significativas. โPor el bien de Mรฉxico, primero los pobresโ proclamaban los anuncios espectaculares con su imagen, a principio de este siglo. Ese mensaje poderosรญsimo se traduce ahora en un vasto plan de apoyo econรณmico directo a los mexicanos pobres. Se trata de una buena idea que AMLO ensayรณ con personas de la tercera edad en su gestiรณn como jefe de Gobierno de la Ciudad de Mรฉxico (2000-2005). El actual reparto en efectivo busca llegar a mรกs de veinte millones de personas, pero tiene graves vicios de origen. Para comenzar, es innecesariamente focalizado. En vez de canalizar los recursos universalmente, el proceso se lleva a cabo, al menos en parte, con la intermediaciรณn de los โservidores de la naciรณnโ que califican discrecionalmente a los beneficiarios del programa, lo cual no solo se presta a arbitrariedad y corrupciรณn, sino que ha constituido una violaciรณn de la ley electoral. Hasta hace poco, los โservidoresโ no se presentaban como empleados del Estado mexicano sino como representantes de Morena โel partido de Lรณpez Obradorโ y del propio presidente, que aparece asรญ como el dador universal.
AMLO concibiรณ el plan de lanzar varios โproyectos de bienestarโ: plantar 266 millones de รกrboles entre 2019 y 2020 en el sureste, crear cientos de universidades pรบblicas, brindar millones de becas para jรณvenes que no estudian ni trabajan y construir las primeras 1,300 sucursales del Banco del Bienestar, que extenderรญa microcrรฉditos a los pobres. Todos estos proyectos han fracasado o se han detenido a causa de la improvisaciรณn o la inviabilidad. Su financiamiento provenรญa de recortes arbitrarios al presupuesto y ajustes en programas vitales. Dos ejemplos: utilizรณ el 57.7% del Fondo de Estabilizaciรณn de los Ingresos Presupuestarios, una reserva creada por las anteriores administraciones para compensar cualquier caรญda en los ingresos del gobierno, e hizo lo mismo con los fondos destinados para desastres como huracanes, terremotos y enfermedades catastrรณficas.
Incluso antes de la pandemia, esta desecaciรณn del gasto pรบblico en รกreas esenciales afectaba seriamente a instituciones pรบblicas fundamentales para los mexicanos pobres, como el Instituto Mexicano del Seguro Social y dieciocho Institutos Nacionales de Salud y hospitales de alta especialidad (cuyo presupuesto para 2020 tuvo un recorte de 4 mil millones de pesos). Todos ellos sufrรญan una importante escasez de medicamentos y material hospitalario, que Lรณpez Obrador achacรณ a la โcorrupciรณnโ de la industria farmacรฉutica y a los mรฉdicos, pero no a sus irracionales medidas de austeridad. Aรบn mรกs grave fue el caso del Seguro Popular (creado en 2003, reconocido internacionalmente) cuya desapariciรณn, a cambio de una instituciรณn (el Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar, Insabi) que ha operado hasta el momento sin reglas, fue muy criticada. Lรณpez Obrador ha negado que el desabasto de medicinas se deba a sus medidas, pero el hecho es que, de la noche a la maรฑana, 53 millones de personas se quedaron sin una cobertura de salud.
((La afiliaciรณn al Seguro Popular era voluntaria y para acceder a sus servicios solo se requerรญa residir en territorio nacional, no ser beneficiario de alguna otra instituciรณn de seguridad social y, en su caso, cubrir una cuota familiar. Esta cuota se determinaba de acuerdo con el decil de ingreso del hogar: los deciles I-IV estaban exentos, mientras que en el decil V se cobraba un monto de $2,074.97 anuales por familia (informaciรณn de 2019) y a partir de ahรญ era proporcional. El resto del costo real del seguro era subsidiado por los gobiernos estatales y federal. El afiliado tenรญa el derecho a recibir servicios integrales de salud y la atenciรณn de mรกs de 1,600 enfermedades e intervenciones (detalladas en un catรกlogo) y la cobertura en sesenta padecimientos de alto costo (incluidos en el Fondo de Protecciรณn contra Gastos Catastrรณficos). Los medicamentos, estudios y anรกlisis eran tambiรฉn cubiertos por el Seguro, siempre y cuando estuvieran en su catรกlogo.
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Ahora, en medio de la Covid-19, esas decisiones revelan sus terribles consecuencias. Mรฉxico carece del equipo bรกsico y medicamentos para afrontar la pandemia, y es uno de los paรญses que ha realizado menos pruebas: solo 0.6 por cada mil habitantes, cuando la media para los paรญses de la ocde es de 27.7. Aunque el nรบmero de infecciones y muertes sigue subiendo dรญa con dรญa โal 17 de junio habรญa alrededor de 160 mil casos confirmados y mรกs de 19 mil decesosโ el gobierno sencillamente niega la realidad. Semanas despuรฉs del estallido, Lรณpez Obrador seguรญa viajando por el paรญs, organizando encuentros masivos e invitando a la gente a reunirse libremente, celebrar y abrazarse. (Volviรณ a hacerlo a mediados de junio.) Despuรฉs de que The New York Times, The Wall Street Journal y El Paรญs denunciaran en mayo que la cifra real de personas infectadas o muertas en la Ciudad de Mรฉxico era al menos tres veces mรกs elevada que las oficiales, AMLO los atacรณ al estilo trumpista: โperiรณdicos famosos, pero sin รฉticaโ. En una de las maรฑaneras, lanzรณ un encantamiento mรกgico al virus con amuletos e imรกgenes sagradas.
Si desde hace tiempo estaba claro que el desmantelamiento del sistema sanitario afectarรญa precisamente a los mexicanos que votaron por AMLO, ยฟpor quรฉ no hubo protestas masivas? Si bien desde comienzos de 2020 han aumentado las muestras de inconformidad โlas mรกs visibles en redes sociales, que representan sobre todo a las clases medias urbanasโ, la respuesta no es simple. Un factor clave es la omnipresencia de la propaganda estatal en la radio y en la televisiรณn. Pero no menos decisiva es la antigua y arraigada cultura polรญtica de millones de personas que desconocen el sentido de la representaciรณn polรญtica, ignoran el significado de la rendiciรณn de cuentas y ven al presidente como el legรญtimo propietario del poder, mรกs legรญtimo aรบn si trabaja sin descanso visitando todos los rincones del paรญs, hablรกndoles al corazรณn como ningรบn presidente anterior lo habรญa hecho.
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En la esfera econรณmica, los โideales y principiosโ de AMLO se reducen a privilegiar el papel del Estado sobre el mercado, cuyas funciones desprecia o no entiende. Pero su polรญtica es ambigua. Por un lado, con un desdรฉn por los especialistas similar al de Trump, Johnson y Bolsonaro, ha diezmado el gasto pรบblico en รกmbitos cruciales como la salud, la educaciรณn superior, la cultura y la investigaciรณn cientรญfica. Por otro, pretende fortalecer a las compaรฑรญas estatales de petrรณleo y energรญa y estรก en camino de devolverles el carรกcter monopรณlico del que gozaron hasta no hace mucho.
Uno de sus dogmas consiste en ver al petrรณleo como una especie de savia existencial de Mรฉxico y a Pรฉmex como la palanca central del desarrollo. El resultado ha sido la prohibiciรณn de facto de la inversiรณn privada en la exploraciรณn, producciรณn y distribuciรณn de petrรณleo y otras fuentes de energรญa, lo que ha puesto a la economรญa mexicana en riesgo. A comienzos de 2020, la inminente devaluaciรณn crediticia de Pรฉmex hacรญa temer un descenso paralelo en la calificaciรณn del paรญs. Lo primero ha ocurrido ya. Con mรกs de 100 mil millones de dรณlares en deuda, todas las agencias han degradado como โbonos basuraโ las obligaciones de Pรฉmex. La razรณn es clara. Tras haber comunicado en 2019 pรฉrdidas netas de 18 mil 300 millones, en el primer trimestre de 2020 la pรฉrdida alcanzรณ los 23 mil 600 millones de dรณlares. A pesar de estos datos y de una caรญda del 50% en los precios mundiales del petrรณleo, Lรณpez Obrador doblรณ sus apuestas: se propone invertir 8 mil millones de dรณlares en la refinerรญa Dos Bocas en Tabasco.
El desprecio de Lรณpez Obrador a la ecologรญa es tan acentuado y cรญnico como el de Trump y Bolsonaro. La construcciรณn de una refinerรญa, de llegarse a concluir, serรก un elefante blanco que para colmo privilegiarรก el uso de hidrocarburos en lugar de las energรญas renovables. Las empresas productoras de energรญa eรณlica y solar que iban a empezar la prueba final para operar en la red nacional han visto cรณmo se cancelaban sus permisos, mientras que la Comisiรณn Federal de Electricidad estรก favoreciendo las inversiones en carbรณn y combustรณleo sobre centrales geotรฉrmicas o hidroelรฉctricas.
No menos irracional en tรฉrminos econรณmicos y criminal en lo ecolรณgico es la construcciรณn del Tren Maya. Contra la voluntad de los pueblos indรญgenas que desde tiempos ancestrales habitan la zona (incluidos los que forman parte del Ejรฉrcito Zapatista de Liberaciรณn Nacional), y a despecho de provocar un desastre ecolรณgico mayor (nada menos que la destrucciรณn de las reservas de la biรณsfera del sureste mexicano, la venerada laguna de Bacalar, y la extinciรณn de especies como el jaguar), el tren recorrerรก como un fantasma la penรญnsula de Yucatรกn.
Quizรกs el error mรกs visible del gobierno fue la cancelaciรณn del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de Mรฉxico. Una tercera parte ya estaba casi completada y se habรญan gastado 60 mil millones de pesos. Se le ha sustituido con una quimera: la remodelaciรณn del aeropuerto militar de Santa Lucรญa que las autoridades aeronรกuticas mundiales y las aerolรญneas nacionales y extranjeras han considerado tรฉcnicamente inviable.
AMLO prometiรณ que la economรญa mexicana crecerรญa a un ritmo anual del 4%. En 2019, por primera vez desde la crisis global de 2008, registrรณ un crecimiento negativo del 0.1%. En 2020, el cuadro ha empeorado severamente. El peso se devaluรณ 26% durante el primer trimestre del aรฑo. En el mismo periodo, la economรญa cayรณ un 2.4% y, segรบn JPMorgan, Moodyโs y Bank of America, se prevรฉ que al cierre del aรฑo se desplome un 8.5%. De acuerdo con la Encuesta Telefรณnica de Ocupaciรณn y Empleo del Inegi, para abril 12 millones de mexicanos dejaron de laborar y perdieron sus ingresos debido a la pandemia. Segรบn Coneval, nueve millones de mexicanos caerรกn en la pobreza.
La principal razรณn del estancamiento econรณmico era evidente incluso antes de la Covid-19: la inversiรณn privada, que supone alrededor de 90% del total, se habรญa detenido. Era y sigue siendo un problema de confianza, originado en la naturaleza iliberal de la cuarta transformaciรณn. En un aรฑo, el presidente habรญa conseguido una inรฉdita concentraciรณn de poderes, que no se limitaba a las restricciones a la libertad de expresiรณn, sino que incluรญa tambiรฉn la sumisiรณn del Congreso (donde Morena y sus aliados tienen mayorรญa en ambas cรกmaras) asรญ como de varias legislaturas estatales, presidentes municipales y no pocos gobernadores (cuyos presupuestos dependen de fondos federales en un 80%). Entre las principales instituciones autรณnomas, AMLO controla la Comisiรณn Nacional de los Derechos Humanos y la Comisiรณn Reguladora de Energรญa, cuyo presidente dimitiรณ seรฑalando โpuntos de vista y enfoques tรฉcnicos incompatiblesโ.
((Con el pretexto de la austeridad presupuestal, el 10 de junio el senador de Morena Ricardo Monreal propuso desaparecer tres รณrganos autรณnomos โla Comisiรณn Federal de Competencia Econรณmica, la Comisiรณn Reguladora de Energรญa y el Instituto Federal de Telecomunicacionesโ y crear en su lugar un Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar.
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El Banco de Mรฉxico (fundado en 1925) sigue siendo autรณnomo, asรญ como el Instituto Nacional Electoral (INE, fundado en 1990 bajo el nombre de Instituto Federal Electoral, IFE), que ha operado de manera profesional desde su primer examen real en las elecciones de 1997. No obstante, la situaciรณn del INE es delicada: AMLO recortรณ su presupuesto, lo descalifica en las maรฑaneras y no es remoto que busque imponer a los consejeros incondicionales necesarios para dominarlo. Es dudoso que pudiera hacer lo mismo con el Banco de Mรฉxico, pero no tanto con la Suprema Corte, donde ya cuenta con un apoyo sustancial.
Todas esas acciones, ademรกs de una ley punitiva que iguala la evasiรณn fiscal con el crimen organizado, habรญan tenido consecuencias en el sector empresarial antes de la crisis de la Covid-19, no solo en las grandes empresas, sino tambiรฉn en cientos de miles de pequeรฑos negocios y en cerca de cinco millones de microempresas. Un sector significativo de Mรฉxico se ha modernizado lo suficiente como para entender que el poder presidencial absoluto representa un peligro claro y presente para la libertad, palabra que significativamente AMLO casi no menciona en sus discursos, pero cuya fragilidad es un factor clave en el clima de desconfianza.
La situaciรณn ya era grave, pero la pandemia ha ahondado la brecha entre AMLO y el sector privado. En vez de aplicar las medidas fiscales y econรณmicas que la mayorรญa de los paรญses han instrumentado para ayudar a compaรฑรญas y salvar empleos, el presidente decretรณ: โque quiebren las que tienen que quebrarโ. En una maรฑanera reciente declarรณ que las medidas habituales de crecimiento econรณmico, como el PIB, son inรบtiles: lo que importa es el bienestar espiritual del pueblo.
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En 2019 Mรฉxico registrรณ 35,558 muertes violentas, un nivel de violencia no muy lejano al que se registrรณ en el decenio que durรณ la Revoluciรณn mexicana. Antes de la pandemia, la inseguridad y el crimen eran las preocupaciones principales de las familias. Todavรญa a finales de la dรฉcada de los noventa, los mexicanos sentรญamos vivir en un paรญs razonablemente pacรญfico hasta que un conjunto de factores (entre ellos la absorciรณn de los cรกrteles colombianos por los mexicanos y el levantamiento en 2004 de la veda de armas de alto calibre en Estados Unidos) contribuyรณ a crear la tormenta perfecta. A diferencia de los gobiernos del PRI, que en el siglo XX tenรญan poder suficiente para negociar con los cรกrteles e imponerles condiciones (a cambio de buenas tajadas del negocio), los gobiernos de este siglo โdebilitados por el efecto centrรญfugo del poder en toda democraciaโ fallaron en enfrentar la nueva circunstancia. Irresponsablemente, Vicente Fox no la considerรณ prioritaria. Temerariamente, Felipe Calderรณn encabezรณ la llamada โguerra contra el narcoโ que apresรณ a algunos grandes capos, pero tuvo el efecto perverso de multiplicar el nรบmero de grupos criminales, expandir su cobertura territorial, sus giros delictivos y su letalidad. (Ademรกs, el secretario de Seguridad Pรบblica durante su sexenio, Genaro Garcรญa Luna, enfrenta hoy dรญa cargos en Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotrรกfico.) Imperdonablemente, Enrique Peรฑa Nieto optรณ por la actitud del avestruz, apostรกndolo todo a unas reformas estructurales en materia energรฉtica, hacendaria y educativa que รฉl mismo terminรณ por desprestigiar con imperdonables actos de corrupciรณn, y que AMLO rรกpidamente derogรณ.
Lรณpez Obrador ha dicho que la polรญtica de sus antecesores frente al crimen habรญa sido equivalente a โpegarle un garrotazo a lo tonto al avisperoโ. Pero su soluciรณn ha resultado cuando menos ineficaz. Su lema โabrazos, no balazosโ dicta una suerte de pacifismo unilateral frente a los grupos delictivos. Maniatadas, confundidas por la clemencia del gobierno hacia los criminales, las fuerzas del orden atraviesan por un estado de desmoralizaciรณn, al tiempo que los grupos criminales, y aun los delincuentes comunes, asaltan, secuestran, extorsionan y asesinan en las calles y plazas del paรญs, con confianza e impunidad. Mientras tanto, los muertos, sobre todo los feminicidios, se acumulan.
Casi todo crimen permanece impune. Las historias ampliamente difundidas de la captura abortada en Culiacรกn del hijo del Chapo Guzmรกn, el exjefe del cรกrtel de Sinaloa, y el terrible asesinato de la familia LeBarรณn son evidencias de que algunas regiones del paรญs estรกn, de facto, bajo el mandato del narcotrรกfico. A finales de marzo, AMLO tuvo un gesto de buena voluntad hacia Guzmรกn, quien mantiene una condena perpetua en una prisiรณn estadounidense: viajรณ varias horas en una gira de trabajo a Badiraguato, la ciudad natal del Chapo, y estando ahรญ saludรณ pรบblicamente a su madre. No es de sorprender que hace unas semanas los editores de Reforma dieran a conocer la llamada que un supuesto miembro del cรกrtel de Sinaloa habrรญa hecho al diario para amenazarlo con โvolarโ sus oficinas si no dejaban de difamar a Lรณpez Obrador.
AMLO decretรณ la desintegraciรณn de la Policรญa Federal por considerarla corrupta. La Guardia Nacional absorbiรณ sus funciones, pero un contingente de esta nueva corporaciรณn se ha canalizado a la vergonzosa tarea de detener y controlar a los migrantes centroamericanos en la frontera sur, y a mantenerlos en condiciones infrahumanas en la frontera norte. En un intento por aplacar a Trump, AMLO convirtiรณ a Mรฉxico en un muro fronterizo. Con respecto a la migraciรณn, AMLO cambiรณ el enfoque humanitario (que รฉl mismo predicaba en el pasado) por una estrategia de disuasiรณn y deportaciรณn implacable pero muy apreciada por la Casa Blanca. โAunque vengan de Marte, los deportaremosโ, dijo Francisco Garduรฑo, comisionado del Instituto Nacional de Migraciรณn, hombre que estaba a cargo del sistema federal de prisiones. Para deleite de Trump, las tropas de la Guardia Nacional chocaron con los migrantes centroamericanos y los deportaron en cantidades rรฉcord.
Ademรกs de una negociaciรณn seria y firme con Estados Unidos sobre el trรกfico de armas, y la despenalizaciรณn de algunas drogas, la verdadera salida a estos problemas es la construcciรณn ardua, penosa y prolongada de un Estado de derecho. Aunque Mรฉxico se ha regido desde 1824 por constituciones no muy distintas a la estadounidense, casi siempre han sido letra muerta. La justicia en todos sus ramos y funciones ha dependido del poder ejecutivo. La transiciรณn a la democracia en 1997 comenzรณ a modificar esta condiciรณn, y era de esperarse que cualquier gobierno continuara con ese esfuerzo de institucionalizaciรณn judicial en todos los รกmbitos y niveles: policรญas, cรกrceles, procuradurรญas, jueces, magistrados y ministros. Por desgracia, AMLO ha puesto un alto a este proceso y, de maneras cruciales, lo ha revertido. El crimen, por su parte, ha continuado en aumento: en abril de 2020 se registraron 2,492 homicidios, que lo convirtieron en el tercer mes mรกs violento en lo que va del sexenio, despuรฉs de marzo de este mismo aรฑo y junio de 2019 que superaron los 2,500. Para colmo, en los tiempos de la Covid-19, AMLO pasรณ de โabrazos, no balazosโ a la posiciรณn contraria. En sus campaรฑas electorales proclamaba que, si de รฉl dependiera, disolverรญa el ejรฉrcito. Ahora aprobรณ un decreto sin precedentes que da al ejรฉrcito control nacional de la seguridad por los casi cinco aรฑos que le quedan en el poder.
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A comienzos de 2020, el 53% de las personas consideraban que la corrupciรณn habรญa aumentado, a pesar de lo que presume el presidente. La percepciรณn es engaรฑosa. Por su propia naturaleza, la corrupciรณn no puede combatirse desde dentro del gobierno sino desde fuera, mediante instituciones de transparencia y un aparato de justicia que persiga y sancione los delitos. A ese propรณsito obedeciรณ la creaciรณn en 2003 del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Informaciรณn y Protecciรณn de Datos Personales (INAI) que ha provisto al ciudadano de informaciรณn sobre el destino del dinero pรบblico en cualquier dependencia. El desempeรฑo del INAI ha sido sobresaliente, y a รฉl han recurrido los medios y las redes sociales para destapar varios actos corruptos de Peรฑa Nieto y sus colaboradores que podrรญan haber pasado inadvertidos e impunes. Por desgracia, AMLO no cree en el INAI. Ha dicho que es โpura simulaciรณnโ. En consecuencia, ha recortado sus recursos y pronto podrรญa estar en posiciรณn de controlarlo o incluso eliminarlo. Ahora no existe la menor transparencia en el uso del dinero pรบblico y, al mismo tiempo, la asignaciรณn discrecional de contratos a amigos del presidente es mรกs frecuente y abierta que en los tiempos de Peรฑa Nieto. En el cercanรญsimo cรญrculo de AMLO hay varias figuras estelares del antiguo rรฉgimen priista que, bajo su amparo, cometieron ilรญcitos probados: fraudes electorales, fraudes a sindicatos, fraudes al erario. Pero el perdรณn presidencial los ha vuelto intocables. Casos que en el pasado habrรญan provocado renuncias inmediatas o escรกndalos superlativos, hoy simplemente se archivan por orden del supremo tribunal que encarna el presidente.
La integraciรณn del ejecutivo, el legislativo y el judicial en un solo poder que distorsiona la verdad pรบblica y se apropia de la historia, ยฟno constituye la mรกs grave corrupciรณn del mandato recibido? Eso es lo que, sin mencionar una sola vez a AMLO, sugiere Gabriel Zaid en su reciente libro El poder corrompe (2019). A su juicio, โantes de ser rapiรฑa, irresponsabilidad, injusticia, la corrupciรณn es una imposturaโ. En el caso de AMLO, la impostura especรญfica consiste en convertir su representaciรณn legal en una encarnaciรณn mรญstica:
El poder tiende a corromper el sentido de la realidad, por eso atrofia la razรณn. La corrupciรณn degrada a las personas que abusan de lo que representan, por el abuso mismo, no por los beneficios que reciben. Las degrada incluso cuando no se benefician, cuando abusan โpara salvar la instituciรณnโ […] que asรญ destruyen. Simultรกneamente, la corrupciรณn degrada a los cรณmplices activos o pasivos y a toda la sociedad, destruyendo los significados y los sรญmbolos.
Lรณpez Obrador, cuya bandera ha sido siempre la lucha contra la corrupciรณn, ha abusado de su representaciรณn en los sentidos que indica Zaid, y en esa medida โigual que Trump y todos los โdรฉspotas electosโโ ha corrompido la instituciรณn presidencial, asรญ como los significados y sรญmbolos de la democracia.
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Ningรบn gobernante de la historia moderna de Mรฉxico ha acumulado el poder que tiene y ejerce Lรณpez Obrador. Ninguna fuerza polรญtica puede en este momento competirle. El PRI estรก merecidamente liquidado, el PAN carece de liderazgo, proyecto y organizaciรณn, y los restantes partidos de oposiciรณn casi no cuentan. Antes de la pandemia parecรญa probable que el partido de AMLO arrasarรญa en las elecciones de 2021 para escoger una nueva Cรกmara de Diputados y quince gobernadores. Ese resultado le darรญa una ventaja significativa en las elecciones presidenciales de 2024, en las que Lรณpez Obrador podrรญa reelegirse directamente (para lo que tendrรญa que cambiar la Constituciรณn, lo que no es imposible) o perpetuarse a travรฉs de un tercero โun aliado incondicional e incluso un parienteโ, como hizo Putin en Rusia. En ese caso, la democracia mexicana no solo habrรญa perdido aรฑos irrecuperables. Se habrรญa perdido ella misma.
A mediados de 2020, cuando el 59% de los mexicanos
((Encuesta realizada por el Gabinete de Comunicaciรณn Estratรฉgica, 14 de mayo de 2020.
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desaprueba la gestiรณn presidencial de la pandemia, ese escenario parece menos claro. Si los partidos de oposiciรณn โa pesar de su debilidad, desorientaciรณn y falta de liderazgo nacionalโ logran unir esfuerzos antes de las elecciones intermedias, Morena podrรญa perder la mayorรญa en la Cรกmara de Diputados. En ese escenario, descartada la (no imposible) opciรณn venezolana de dominar al รณrgano electoral, alterar las elecciones o suspender el Congreso, la democracia mexicana respirarรญa en la segunda parte del mandato de AMLO.
AMLO ha terminado por cumplir las profecรญas que anticiparon su semejanza con Hugo Chรกvez. El de Lรณpez Obrador ha sido un gobierno destructor, pero lo que a Chรกvez le tomรณ quince aรฑos, a AMLO le llevรณ quince meses. Ha destruido de manera sistemรกtica โse dirรญa que deliberadaโ la economรญa y el empleo, ha arrasado con instituciones pรบblicas valiosรญsimas, ha dilapidado una parte sensible del patrimonio nacional, ha envenenado la atmรณsfera pรบblica, ha minado el equilibrio de poderes, se ha mofado de las leyes y las libertades y, finalmente, ha abandonado a su suerte a millones de mexicanos. โPor el bien de Mรฉxico, primero los pobresโ suena hoy como una broma cruel. Hace meses, antes de la Covid-19, pensรฉ que el escenario apocalรญptico de una crisis integral โeconรณmica y social, de seguridad y violenciaโ era improbable. Ese escenario, cuya gravedad no habรญamos imaginado, alentarรญa la migraciรณn a Estados Unidos y ningรบn muro o ejรฉrcito podrรญa detenerla. Por desgracia, esa pesadilla, aunada a la terrible mortandad que dejarรก la pandemia, parece cercana.
Mรฉxico no se perderรก. La tarea de reconstruirlo serรก titรกnica. La esperanza estรก en la convergencia de los partidos con la nueva, valiente, activa y alerta sociedad civil. Juntos podrรญan fomentar la apariciรณn de liderazgos intachables. Juntos podrรญan recobrar la Cรกmara de Diputados en 2021. Juntos podrรญan ganar la elecciรณn presidencial en 2024. Juntos podrรญan formar un gobierno que encare los enormes problemas del paรญs, viejos y nuevos, de forma honesta y responsable, sin expectativas mesiรกnicas, preservando la democracia y la libertad con las instituciones de un Estado regido por el imperio de la ley. ~
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Una versiรณn de este texto aparecerรก publicada en
The New York Review of Books el 2 de julio de 2020.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.