En los รบltimos dรญas, la respuesta del presidente Lรณpez Obrador a situaciones de emergencia ha vuelto a poner en relieve su insensibilidad ante la tragedia humana. Ante las graves inundaciones de su estado natal, que han dejado una triste estela de destrucciรณn, el presidente dijo con naturalidad que no se presentรณ a los sitios afectados para no mojarse, porque se podรญa enfermar. Lo vimos recorriendo la zona en helicรณptero, mientras explicaba que รฉl decidiรณ inundar las zonas mรกs pobres de manera deliberada. Su tono era casual, como si estuviera hablando de problemas de mantenimiento de su propia finca.
Y mientras la opiniรณn pรบblica volvรญa a polarizarse agriamente entre detractores y defensores del presidente, Mรฉxico llegรณ a su cita con una cifra brutal: 100 mil muertos oficialmente reconocidos por la pandemia de coronavirus. Pasรฉ varios dรญas pensando quรฉ cosa novedosa podrรญa decir a los lectores sobre este desastre desde la perspectiva de la comunicaciรณn y el discurso. No encontrรฉ mucho. Pido disculpas por la autoreferencia, pero en este espacio seรฑalรฉ desde marzo que el gobierno no estaba siguiendo una comunicaciรณn profesional. Critiquรฉ en abril la insensibilidad del discurso presidencial. En mayo, seรฑalaba aquรญ que el presidente estaba siguiendo su propio โmanual de manejo de crisisโ, en el que lo importante no era salvar vidas, sino evitar rendir cuentas. En otros espacios tambiรฉn expuse en julio y agosto argumentos sobre cรณmo la polรญtica de comunicaciรณn del gobierno se alejaba de los mejores estรกndares internacionales y hundรญa mรกs a Mรฉxico en esta tragedia.
ยฟQuรฉ mรกs podrรญa decir ahora, si la obra, el guion y los actores siguen siendo los mismos desde que se iniciรณ esta catรกstrofe? Ese es el problema. Esta misma obra de teatro seguirรก en cartelera mientras haya pรบblico dispuesto a verla y aplaudirla. Sin importar las crรญticas de los medios o la desesperaciรณn de la comunidad mรฉdica y cientรญfica; sin importar ir contra la OMS, o la cantidad de muertos, el presidente Lรณpez Obrador ya nos dijo que no piensa cambiar ni el rumbo, ni la estrategia, ni el equipo. Lo hace porque puede; porque ve las mismas encuestas que nosotros vemos, y se da cuenta de que gobierna a un pueblo incapaz de decirle โbasta, no te dimos el poder para estoโ
Despuรฉs de casi dos aรฑos de analizar su discurso como presidente, estoy convencido de que Lรณpez Obrador no es un lรญder preocupado por el aquรญ y el ahora. AMLO se ve a sรญ mismo como un hรฉroe patrio elevado al bronce en vida, y entiende su ascenso al poder como el cuarto acontecimiento mรกs importante de la historia de Mรฉxico. Para รฉl, los pequeรฑos y grandes hechos cotidianos que impactan la vida de la gente comรบn y corriente serรกn pies de pรกgina o, cuando mucho, pรกrrafos anecdรณticos que darรกn algo de color y contexto al gran relato de โla cuarta transformaciรณnโ. Del mismo modo que las fechas y cifras de muertos por terremotos, inundaciones y pestes del siglo XIX quedaron olvidadas ante las guerras protagonizadas por los hรฉroes a los que admira, AMLO cree que las tragedias de nuestros dรญas serรกn opacadas por la luz de sus โvictoriasโ como presidente. ยฟQuiรฉn se va a acordar de otra inundaciรณn en Tabasco, de otra balacera en Culiacรกn, o de otra mujer asesinada en algรบn barrio marginal, cuando Mรฉxico estรก viviendo el fin del โmodelo neoliberalโ y el inicio de la โeconomรญa moralโ? ยฟQuiรฉn va a juzgar a un paรญs โpobreโ por tener tantos muertos por la pandemia, si lo importante es que โse acabaron los privilegios de los de arribaโ y โse purificรณ la vida pรบblicaโ?
En este afรกn insano por poner los apellidos โLรณpez Obradorโ en la lista de grandes presidentes que memorizarรกn los niรฑos del siglo XXII, el fin justifica los medios. Para escribir la historia por anticipado, el presidente nos ordena no escuchar a los cientรญficos, no ver lo que pasa en los hospitales, no tocar a los enfermos ni oler el humo de los crematorios. El presidente nos estรก ordenando negar nuestros sentidos, abandonar el razonamiento y anestesiar nuestra empatรญa. Nos ordena dejar de ser humanos y mexicanos para ser, antes que nada, lopezobradoristas militantes, convencidos seguidores de la โcuarta transformaciรณnโ.
Sรญ, habรญa y hay muchas buenas razones para el enojo y la frustraciรณn con el pasado. Pero hace mucho rebasamos el punto en el que podรญamos justificar la ceguera ante el presente con ese descontento. Si 100 mil muertes que podรญan evitarse son el precio que tenemos que pagar por tener un presidente que, supuestamente, โno robaโ, entonces estamos pagando un precio 100 mil veces demasiado elevado. De nada sirve un presidente que โama a los pobresโ si los pobres estรกn muertos. Nuestras ganas de ver al presidente โcastigarโ al โPRIANโ no pueden darse a costa de tanto sufrimiento. Decir que โtodos los presidentes son igualesโ o aferrarse a la falacia de que โantes estรกbamos peorโ no sirve de nada si hay 100 mil mexicanos que nos faltan. Y dudo que โtener la razรณnโ nos sirva de consuelo si el virus, desatado como estรก, se lleva a un amigo o a un familiar.
El problema ya no es solo AMLO. El problema somos nosotros. Mientras las encuestas sigan reflejando que cuenta con la aprobaciรณn de la mayorรญa, el presidente seguirรก usando ese dato como licencia para consolidar su proyecto personal de poder, al que, por cierto, los ciudadanos no estamos invitados. Es muy probable que รฉl nunca rinda cuentas por todo el dolor provocado a nuestro paรญs. Pero los mexicanos de esta generaciรณn sรญ tendremos que responder muchas preguntas a los del maรฑana, empezando por: โY tรบ, ยฟestabas de acuerdo con todo eso? ยฟY quรฉ hiciste al respecto?โ
Especialista en discurso polรญtico y manejo de crisis.