Foto: Michael Candelori/Flickr

Apocalipsis, no ahora

El virus populista pasarรก. Eso enseรฑa la experiencia: no es la primera vez, ni parece la mรกs grave, en que se conjugan todos los elementos disruptivos que caracterizan a nuestro tiempo.
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Los profetas del fin de Occidente se equivocan tanto como se equivocรณ el profeta del fin de la historia. El virus populista pasarรก. Eso enseรฑa la experiencia: no es la primera vez, ni parece la mรกs grave, en que se conjugan todos los elementos disruptivos (racismo, irracionalidad, xenofobia, autoritarismo, intolerancia, fascismo) que caracterizan a nuestro tiempo. Aparecieron con otros nombres y similares motivos en los aรฑos treinta, y fueron vencidos. Hoy contamos con un entramado de instituciones, leyes y libertades que tiene la suficiente fuerza para enfrentar y superar el trance.

A diferencia de Gran Bretaรฑa donde el virus no tiene un carรกcter particularmente autoritario, en Estados Unidos adopta la inesperada forma del cesarismo. La primera pagarรก carรญsimo su voto por el Brexit, pero con toda seguridad mantendrรก sus instituciones y libertades, tan antiguas como su historia. En cuanto a Trump, ha abierto tantos frentes (incluido el de su delirium tuitens, que le impide dormir) que su permanencia en el poder parece improbable mรกs allรก de los cuatro aรฑos. Quizรก antes, en las elecciones legislativas de 2018, la balanza comenzarรก a inclinarse por la sensatez.

Hay otras luces en la oscuridad. Alemania (que fue el azote de la humanidad durante tres dรฉcadas del siglo XX) es hoy la vanguardia indiscutida del orden liberal. Holanda (cuna del liberalismo moderno, aรบn antes que Inglaterra) se negรณ a elegir al lรญder de la ultraderecha. Y Espaรฑa (que no hace mucho parecรญa “genรฉticamente” impedida para la democracia liberal) ha puesto oรญdos sordos al canto populista de Podemos, grupo endogรกmico, telegรฉnico y narcisista que ignora los sacrificios de la Guerra Civil, los horrores de la dictadura y la difรญcil construcciรณn de la democracia. ยฟCaerรกn Francia e Italia como fichas en el dominรณ populista? Serรญa una tragedia, y quizรก arrastrarรญa con ella a la Uniรณn Europea, pero aรบn en ese caso, tras un sufrimiento considerable, los electores ejercerรกn el poder especรญfico de la democracia: echar por las urnas a un gobierno irresponsable o inepto.

Otra zona de esperanza o resistencia (ยฟquiรฉn lo dirรญa?) es Amรฉrica Latina. Aquรญ estamos de vuelta de los populismos. Lo prueba la batalla heroica y solitaria de los venezolanos (80% de ellos, nada menos) por recuperar su paรญs y sus libertades. ยฟCuรกnto sufrimiento tiene que vivir un paรญs para entender que no puede confiar su destino al poder personal sino a las instituciones? A veces una dรฉcada (como parece suceder en Ecuador o Bolivia), a veces setenta aรฑos, como atestigua hoy la lenta (pero acaso definitiva) superaciรณn del populismo peronista en Argentina. Y apostarรญa que Cuba, cuando llegue su momento republicano, no volverรก a consentir a un dictador. Paรญses que (por su antigua raigambre cรญvica) han esquivado el veneno populista, hoy tienen democracias consolidadas: Chile, Uruguay, Costa Rica, Colombia. A pesar de sus problemas econรณmicos, Brasil ha demostrado una vitalidad cรญvica notable al luchar contra la corrupciรณn.

ยฟCaerรก Mรฉxico en un rรฉgimen populista? Confรญo en que no. Si algo se desprende de nuestra crisis actual (marcada sobre todo por la impunidad, inseguridad y corrupciรณn) es la necesidad de consolidar un Estado de derecho que por su propia naturaleza no se construye ni consolida con actos mรกgicos y reyes taumaturgos sino con instituciones. Espero que quienquiera que llegue en 2018 encabece un gobierno รฉtico, respetuoso de las instituciones y libertades, que se empeรฑe en paliar (de manera productiva y no retรณrica) nuestros atรกvicos males. Y ese gobierno no tiene por quรฉ ser populista.

No vivimos el fin de la historia ni el fin de Occidente. Cada siglo han surgido profetas que los han anticipado y el Apocalipsis no llega. La libertad es una condiciรณn natural de las personas. Enfrentada al autoritarismo, la libertad (de prensa, de pensamiento) se supera y afina. Las instituciones legislativas, jurรญdicas, electorales, fiscales, federales, son mรกs sรณlidas que los lรญderes carismรกticos. La irrupciรณn de las mujeres en el escenario global en todos los รกmbitos es irreversible. Las redes sociales (con todos sus defectos) son espacios de sana anarquรญa que no se avienen al poder autoritario. La verdad objetiva (hoy puesta en entredicho por el grotesco Big Brother que rumia en la Casa Blanca) retomarรก el lugar que ha tenido desde que el hombre comenzรณ a razonar por sรญ mismo. Los populismos de izquierda o derecha revelarรกn que su รบnica verdad es la mentira.

(Publicado previamente en el periรณdico Reforma)

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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