En tiempos recientes, segรบn reportes:
โข El Gobierno ha tratado de imponer una hegemonรญa comunicacional [con] su propia versiรณn de los hechos y creando un ambiente que restringe los medios de comunicaciรณn independientes.
โข Estas polรญticas van acompaรฑadas de una retรณrica pรบblica, utilizada tambiรฉn por autoridades de alto rango, que desacredita y ataca de manera constante a quienes critican al Gobierno o se oponen a รฉl.
โข La oposiciรณn polรญtica, los activistas de derechos humanos y los periodistas, entre otros, son con frecuencia blanco de discursos que los tildan de โtraidoresโ y โagentes desestabilizadoresโ.
โข Los medios de comunicaciรณn progubernamentales difunden ampliamente esta retรณrica.
โข Las autoridades han atacado especialmente a determinadas personas y grupos, entre ellos a miembros de la oposiciรณn polรญtica y a quienes se considera que constituyen amenazas para el Gobierno por su capacidad para articular posiciones crรญticas y movilizar a otras personas.
Cualquier sensible lector se habrรญa confundido, pues ya se empieza a advertir en el aire esa pulsiรณn. Pero no me refiero al gobierno mexicano. Son citas directas del alarmante Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Venezuela โel llamado Informe Bacheletโ, que ha reconfirmado lo que desde hace aรฑos se denuncia sobre el Estado totalitario bolivariano. Afortunadamente es solo en estos pรกrrafos de la secciรณn sobre libertad de prensa (hay muchas otras dedicadas a la salud, la alimentaciรณn y la democracia) donde un mexicano podrรญa leer una advertencia. Los siguientes hechos son por el momento lejanos:
โข Han tenido que cerrar docenas de medios impresos y el Gobierno clausurรณ emisoras de radio e hizo que dejaran de emitir canales de televisiรณn.
โข Aumentaron las detenciones de periodistas, incluyendo de periodistas extranjeros quienes fueron expulsados o dejaron el paรญs inmediatamente despuรฉs de su liberaciรณn.
โข Actualmente hay centenares de periodistas venezolanos exiliados. Internet y las redes sociales se han convertido en los principales medios de comunicaciรณn e informaciรณn de la poblaciรณn, limitando aรบn mรกs el acceso a la informaciรณn independiente de las personas que no tienen acceso a internet.
โข La velocidad de la internet estรก disminuyendo paulatinamente, incluyendo por la falta de inversiรณn en infraestructura. Asimismo, en los aรฑos recientes, el Gobierno ha bloqueado sitios web de noticias independientes y ha bloqueado regularmente las principales redes sociales.
โข El ACNUDH documentรณ varios casos de detenciones arbitrarias de personas por expresar opiniones en redes sociales. En los รบltimos diez aรฑos, la ONG Espacio Pรบblico ha registrado detenciones arbitrarias y cargos penales contra 55 personas por publicaciones en medios sociales โ 24 de ellos en 2018.
Pero si algo sugiere el Informe es que los ataques a la libertad de expresiรณn han ido en aumento en (al menos) los รบltimos dos aรฑos. Sabemos que el poder es expansivo por naturaleza y jamรกs se autocontiene. En el populismo autoritario, esa inercia encuentra rienda suelta. Y en Venezuela, lo que empezรณ con discursitos de apariencia inocua sobre adversarios y traidores desde el pรบlpito presidencial terminรณ en terror.
Que nadie acuse a un mexicano de exagerar. Lo ingenuo es subestimar.
Es periodista, articulista y editor digital