Foto: Luis E Salgado/ZUMA Press Wire

Tres lecciones de la respuesta del gobierno ante Otis

Mรฉxico ha sido pionero en la formulaciรณn de marcos para la atenciรณn de desastres. Pero la respuesta del gobierno ante el huracรกn Otis ha sido lenta y desarticulada, ignorando los procedimientos establecidos en la ley.
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En dรญas recientes, el gobierno del presidente Lรณpez Obrador ha emitido una serie de comunicados para dar a conocer la situaciรณn en Acapulco despuรฉs del paso del huracรกn Otis y seรฑalar las labores de ayuda humanitaria que se llevan a cabo. Entre lo informado, el propio presidente ha mencionado la entrega de despensas y agua, el censo de daรฑos en viviendas y el despliegue de los planes Marina, DN-III-E y GN-A para el auxilio a la poblaciรณn afectada, ademรกs de la recuperaciรณn del sistema elรฉctrico, la lenta pero constante rehabilitaciรณn de carreteras y  otras acciones.

La respuesta gubernamental ha estado bajo el ojo crรญtico de la sociedad, por lo que abundan las opiniones sobre lo que deberรญa y no deberรญa hacerse para atender la situaciรณn. No obstante, ya que las fuentes oficiales de informaciรณn que nos actualizan son los comunicados que emite la Secretarรญa de Seguridad y Protecciรณn Ciudadana, los datos que se presentan en la maรฑanera y las intermitentes comunicaciones en redes sociales del presidente, en ellos nos centraremos para analizar la respuesta ante el desastre.

En la pรกgina oficial de la SSPC se han publicado 20 comunicados oficiales, el primero fechado al 24 de octubre, y el รบltimo, hasta la redacciรณn de este texto, al 2 de noviembre. De la informaciรณn disponible resalta el despliegue de personal por parte de la Sedena, la SEMAR y la Guardia Nacional, que suman casi 20 mil unidades, sin contar el personal de otras dependencias que ya estรกn operando en la zona. Pero tambiรฉn hay omisiones o fallas importantes. Por ejemplo, llama la atenciรณn que fue hasta el informe del 28 de octubre (cuatro dรญas despuรฉs de que Otis tocara tierra) que se menciona la integraciรณn de las autoridades estatales y locales en el Comitรฉ Nacional de Emergencias (CNE), cuando deberรญan estar presentes desde el primer momento de acuerdo con la Ley General de Protecciรณn Civil. Asimismo, encontramos que el 26 se emitiรณ la declaratoria de emergencia para Guerrero por Otis, pero fue hasta el 2 de noviembre que se emitiรณ la declaratoria de desastre para 47 municipios de Guerrero, como puede consultarse en el Diario Oficial de la Federaciรณn. El que la declaratoria llegue casi diez dรญas despuรฉs de que Otis tocara tierra deja ver que la toma de decisiones en la Coordinaciรณn Nacional de Protecciรณn Civil no es unificada, รกgil ni consistente. Ademรกs, retrasa el proceso de recuperaciรณn temprana, ya que la Ley Federal de Protecciรณn Civil indica que deberรกn pasar otros diez dรญas para tener los recursos disponibles despuรฉs de la declaratoria. Esto se suma a la declaratoria similar para la tormenta tropical Max, que afectรณ a varios estados del Pacรญfico, incluyendo Guerrero, tan solo unos dรญas antes.

El lenguaje importa

De un tiempo para acรก se ha normalizado que los secretarios trabajen โ€œporque el presidente asรญ lo instruyรณโ€, buscando fortalecer la figura presidencial, como se puede apreciar en las comunicaciones recientes. No obstante, en tรฉrminos de institucionalidad y estructura, esto solo demuestra que se ignoran (por desconocimiento o voluntad) los procedimientos, normas y protocolos establecidos en la Ley General de Protecciรณn Civil. Esta seรฑala con claridad, en los artรญculos 32 y 33, quiรฉn actรบa, cuรกndo y cรณmo. El Comitรฉ Nacional de Emergencias es quien encabece la respuesta, de modo que esta no dependa de decisiones individuales. El discurso que predomina actualmente muestra funcionarios sometidos, incapaces de seguir procedimientos, sino solo โ€œinstruccionesโ€. Es decir que, siendo Mรฉxico pionero en la promulgaciรณn de marcos para la atenciรณn a desastres, que deberรญan funcionar por sรญ mismos, se ha vuelto un paรญs que no los aplica. En un desastre, lo que menos se quiere es ralentizar la respuesta por temas burocrรกticos y decisiones individuales.

Por otro lado, en este y cualquier desastre, una persona muerta es mucho y no deberรญa minimizarse jamรกs, sin importar cuรกnto se compare con otros desastres. Soslayar el nรบmero de fallecidos, por respeto a los familiares de las vรญctimas, no deberรญa ser.

Una estructura institucional lenta y desarticulada

En los comunicados tambiรฉn se puede observar que no hay una evaluaciรณn de la infraestructura afectada desagregada por sector, con algunas excepciones, como la CFE. Por el contrario, se nos ofrecen datos sueltos, duplicados y a veces contradictorios, como es el nรบmero de fallecimientos que se reportan; 48 en el informe del 29, 45 en el del 30 de octubre y 46 en el del 2 de noviembre. Si bien se indicรณ que hay dos hospitales generales afectados, y el conteo de viviendas afectadas estรก en proceso, no se ha dicho nada sobre planteles educativos, instalaciones gubernamentales y otros servicios bรกsicos que deberรญan cubrirse en una evaluaciรณn integral. Olvidemos el tema de infraestructura cultural.

El anunciado plan de recuperaciรณn para Guerrero, que contempla 20 puntos, parecerรญa centrarse en la recuperaciรณn econรณmica, que, si bien es fundamental, no es el รบnico aspecto que requiere atenciรณn. Quedan fuera, por ejemplo, temas de educaciรณn como escuelas y clases, o de cultura, como centros culturales y actividades sociales que son fundamentales en la recuperaciรณn psicosocial de la poblaciรณn a mediano y largo plazo, por mencionar algunos puntos.

Los informes muestran de nueva cuenta una estructura institucional hipercentralizada que no funciona como un sistema nacional, como en teorรญa es el Sistema Nacional de Protecciรณn Civil, que deberรญa operar a partir de protocolos, planes y estrategias previamente construidas. Este Sistema se ha vuelto, por el contrario, un รณrgano lento, centralizado y con poca autonomรญa, que solo funciona cuando el presidente asรญ lo quiere. Los desastres de gran magnitud requieren de un enfoque multisectorial, multidimensional e interinstitucional รกgil, con todos los actores sentados en la misma mesa, incluyendo los sectores privados y de la sociedad civil. No hay que olvidar que eventualmente el gobierno federal deberรก salir de la zona de desastre y dejar el mando a los actores locales y estatales.

Informaciรณn incompleta

En otro escenario, una evaluaciรณn de necesidades posterior al desastre, integral, sistemรกtica y multisectorial permitirรญa que todas las acciones de respuesta sean acordes con las necesidades reales de la poblaciรณn. Por otra parte, es necesario un mayor y mejor flujo de la informaciรณn. La transparencia en el manejo de las emergencias promueve procesos democrรกticos y de inclusiรณn que contribuyen a proteger vidas y patrimonios. Ademรกs, la informaciรณn construye confianza, evita conflictos, y permite a todos tomar decisiones responsables e inteligentes. Al mismo tiempo, facilita que la sociedad en general identifique espacios donde pueda ayudar. Esto se logra con informaciรณn real y concreta, que acelera y mejora los procesos de recuperaciรณn.

Finalmente, la comunicaciรณn hacia el conjunto de la poblaciรณn ha sido muy deficiente. Los comunicados no siguen siquiera un mismo formato, un orden numรฉrico y abordan de forma desordenada la informaciรณn. Los desastres son fenรณmenos que nos afectan a todos de una o de otra manera. Por lo tanto, todos tenemos derecho a saber lo que estรก sucediendo con claridad y veracidad. La informaciรณn que se nos ha ofrecido hasta ahora, tanto por la vรญa presidencial como por la SSPC ha sido insuficiente, desordenada y confusa. ~

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es licenciado en Restauraciรณn de Bienes Culturales por la Escuela Nacional de Conservaciรณn, Restauraciรณn y Museografรญa, estudiรณ Gestiรณn de Riesgos aplicados al Patrimonio Cultural en la Universidad de Ritsumeikan, en Japรณn, y es maestro en Riesgo, Desastres y Resiliencia por la University College de Londres.


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