Un discurso no es, como muchos lo mal entienden, una colecciรณn de frases o un listado de cifras. Un discurso, es ante todo, una herramienta dirigida a cambiar o reforzar actitudes, a desafiar o afianzar ideas preconcebidas, a detonar, a partir de la palabra, la acciรณn. Un buen discurso te hace salir a la calle a exigir algรบn derecho o a protestar contra el abuso. Un buen discurso te hace ver que es hora de abandonar el activismo de Twitter y comenzar a contribuir en serio con alguna ONG. Te vuelve defensor o detractor apasionado de un gobierno o te convence de que un candidato merece tu voto como la mejor opciรณn para dirigir los destinos de tu paรญs.
Para lograr ese efecto persuasivo, la retรณrica tiene tres herramientas: la razรณn (logos), la emociรณn (pathos) y la personalidad e identidad de quien dice el discurso: el ethos. Y esos tres elementos tienen que estar alineados para que el discurso convenza. Por eso, los lรญderes exitosos no solo apelan a la razรณn o a las emociones en abstracto, sino que frecuentemente usan sus historias de vida (su identidad, su ethos) para potenciar su retรณrica y explicar por quรฉ estรกn convencidos de la justicia de una causa. Barack Obama es un caso ilustrativo, pero otro ejemplo reciente lo tenemos justo ahora en Brasil, donde los ciudadanos irรกn a las urnas este 5 de octubre. La contienda entre dos mujeres se ha puesto muy interesante. Les cuento rรกpido.
De un lado estรก la actual Presidente, Dilma Rousseff, heredera polรญtica de Lula quien enfrenta la difรญcil tarea de sacarle brillo a un discurso que a muchos brasileรฑos ya no les parece realista ni atractivo: el de un Brasil de grandes logros econรณmicos y sociales perfilado como inevitable potencia mundial. Del otro lado estรก Marina Silva: mujer carismรกtica de raza negra, origen muy humilde (fue analfabeta hasta los 16 aรฑos, recolectora de caucho y trabajadora domรฉstica), evangรฉlica y ambientalista progresista. Marina fue Ministra del Medio Ambiente de Lula y renunciรณ al cargo por estar en contra de las polรญticas de desarrollo del gobierno y sus efectos sobre la Amazonia. Dejรณ el Partido de los Trabajadores, al que pertenecen Lula y Dilma, y quedรณ en tercer lugar en la elecciรณn presidencial pasada.
El Partido Socialista nominรณ a Eduardo Campos como su candidato presidencial y a Marina Silva a la vicepresidencia. Pero el destino dio un giro inesperado con la trรกgica muerte de Campos en un accidente aรฉreo. El partido eligiรณ entonces a Marina como abanderada. Ella logrรณ subir rรกpidamente en las encuestas, llegando a estar durante varias semanas en empate tรฉcnico con Dilma. Esta contraatacรณ con una eficaz campaรฑa negativa, en la que sugiere que Marina es lobo con piel de oveja, es decir, neoliberal de derecha disfrazada de “progre” de izquierda. Para demostrarlo, puso un anuncio de televisiรณn donde se afirma que la propuesta de Marina de dotar de autonomรญa al Banco Central Brasileรฑo le quitarรญa al gobierno la capacidad de controlar los precios, lo que dejarรญa a la gente, literalmente, sin comida en la mesa. Esto impactรณ a Marina en las encuestas y Dilma continuรณ el ataque, seรฑalando que como presidenta, su rival desaparecerรญa el programa “Bolsa Familia” de apoyos econรณmicos a las familias mรกs pobres.
La respuesta llegรณ hace unos dรญas en un acto de campaรฑa donde Marina Silva dio un poderoso discurso que le ha dado la vuelta al mundo porque el mensaje es claro, contundente y sincero:
“¡Dilma!” le dice Marina Silva a su contrincante, “Vamos a combatir tus mentiras con nuestras verdades y propuestas. […] Vamos a mantener Bolsa Familia. ¿Y saben por quรฉ? Porque yo sรฉ lo que es pasar hambre. […] Todo lo que mi madre tenรญa para dar a sus ocho hijos era un huevo y un poco de harina y sal con unas rebanadas de cebolla. Recuerdo que le preguntaba a mi madre ¿No vas a comer? Y ella y mi padre decรญan que ya habรญan comido. Cuando era niรฑa, les creรญ. Pero despuรฉs, entendรญ que habรญa veces que ellos pasaban mรกs de un dรญa sin comer. Alguien que ha vivido una experiencia asรญ no puede cancelar Bolsa Familia. Esto no es un discurso: es una vida.”
Vale la pena ver el video para darse cuenta de la gran fuerza emocional con la que una mujer con grandes posibilidades de dirigir el destino de la sรฉptima economรญa mรกs grande del mundo estรก hablando en primera persona de lo que es pasar hambre. Obviamente, cualquier polรญtico tratarรญa de convencer al electorado con la misma promesa de no cancelar Bolsa Familia y no faltarรก el que piense que si le cambia el nombre al programa, hasta convencerรก a la gente de que este serรก mejor. Pero en este caso la promesa y el convencimiento racional adquieren otras alturas gracias al poder de la empatรญa y la emociรณn, porque la oradora estรก haciendo uso de una historia de vida muy triste que narra una situaciรณn en la que millones de personas se ven reflejadas en Brasil. Marina, asรญ, se vuelve su discurso. Creo que este es un buen ejemplo de cรณmo el ethos potencia las palabras.
De acuerdo con las รบltimas encuestas, la diferencia entre Dilma y Marina se ha abierto a 13 puntos en primera ronda, pero es casi seguro que se enfrenten en una segunda vuelta en la que los nรบmeros las ponen en empate tรฉcnico. Serรก, sin duda, una elecciรณn interesante.
Especialista en discurso polรญtico y manejo de crisis.