Imagen: Youtube Gobierno de México

Ni pasquín, ni inmundo

Ante la información dada a conocer por Reforma sobre el llamado "Caso Macuspana", el presidente tuvo la oportunidad de ejercer el derecho de réplica y compulsar cada dato, declaración o hechos relevantes. Prefirió la descalificación.
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El presidente López Obrador de nuevo se equivoca. Calificar al periódico Reforma de “pasquín inmundo” habla de un profundo desconocimiento y ratifica que su pecho no es bodega, pero sí una cueva de resentimientos y temores.

Pasquín es un texto anónimo, que se publica de manera sorpresiva en algún lugar público, que circula soterradamente y publica opiniones ridículas difíciles de comprobar. A todas luces, estas características no se ajustan al quehacer de Grupo Reforma como institución periodística.

Es entendible, pero no aceptable, su apuro por deslindarse del “Caso Macuspana”, en el que Concepción Falcón, esposa de su hermano Ramiro, el alcalde Roberto Villapando y el resto del cabildo con mayoría morenista renunciaron en medio de un caso de desvío de recursos federales por 223 millones de pesos. El faltante representa el 30% del presupuesto anual de Macuspana, de 737 millones de pesos, y corresponde al ejercicio de los años 2019 y 2020.

De seguro es difícil dar la cara en la mañanera, habiéndose ventilado, en menos de un mes, el caso de su hermano Pío recibiendo bolsas de billetes de David León y ahora la sospecha sobre la esposa de Ramiro, en su tierra natal.

Los millones, la renuncia del presidente municipal y del cabildo y la instauración de uno nuevo era información medianamente conocida y replicada en redes antes de que Reforma la convirtiera en información relevante y viral.

El presidente tuvo al menos media semana para hablar de los periódicos y sitios regionales que publicaron el “Caso Macuspana”, pero esos reportes periodísticos, al parecer, no les calaron lo suficiente como para insultarlos desde la mañanera. Ante el tamaño de los medios y su influencia, en Comunicación Social recurrieron a la máxima de no refutar o aclarar ninguna información, mientras no sea lo suficientemente fuerte como para aplicar control de daños.

¡Y palo! … El viernes 11 de septiembre, Reforma publicó como nota principal, bajo la firma de Benito Jiménez, reportero de amplia experiencia, la nota “‘Esfuman’ 223 mdp en terruño de AMLO”.

La información fue acompañada de dos fotos, una que presenta al alcalde de Macuspana y a Concepción Falcón, otra al presidente López Obrador con su cuñada Concepción.

Conociendo a Reforma, después de verificar que era cierta la información que corría en redes y periódicos locales, la pregunta en su sala de editores fue: ¿hemos dicho esto a nuestros lectores? ¿Es relevante?.

Evidentemente no habían publicado la información y sí era relevante para el perfil de sus audiencias, más en el contexto de la 4T y su narrativa anticorrupción. Con el sabor de que se les estaba pelando la nota entre las piernas, los editores eligieron publicar información útil y relevante para sus audiencias, sin pensar en las molestias de involucrados y a quiénes les quedara el saco.

Y de nueva cuenta acertaron.

“El Caso Macuspana” se hizo viral. Ahora se conoce en detalle la noticia y como residual, por tomar las decisiones periodísticas adecuadas, el presidente se sintió aludido y respondió airadamente a la publicación.

“Pasquín inmundo” fue el calificativo que recetó Andrés Manuel al periódico Reforma, sin refutar un solo renglón de la nota. Tuvo la oportunidad de ejercer el derecho de réplica y compulsar con información cada dato, declaración o hechos relevantes, y no lo hizo. ¿Lo cegó la ira? ¿Se le olvidó? ¿ O no traía parque?

No hay duda, ante la descobijada, le ganaron las ganas de descalificar como acto de defensa. Y de paso, convirtió su mañanera en una versión mal acabada de la Tremenda Corte de Tres Patines, al preguntar a Jesús qué le contestó el gobernador de Tabasco sobre el “Caso Macuspana”.

Y en medio de obviedades de su vocero, terminaron por dejar lo publicado exactamente igual.

En días recientes, Jorge Zepeda Patterson publicó un texto llamado “Pasquín inmundo”, en el que expresa su preocupación por el mal ánimo que el presidente y Reforma se tienen, a grado tal que ambos se hacen daño y se reducen para lograr cada cual su tarea: Andrés Manuel López Obrador la de gobernar, Reforma la de informar.

La tensión entre Grupo Reforma y el presidente en turno no es nuevo. En lo personal me tocó vivir que Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña nos dijeran de todo para expresar su molestia ante nuestras coberturas. Lo nuevo es que ahora el presidente, usando su investidura, recurre hasta al insulto, y en público.

No me preocuparía por la tarea de informar de Reforma: tras décadas de hacer periodismo, sigue fuerte y ganando audiencias… y los presidentes van y vienen.

Sí me preocupa la manera de gobernar del presidente.

Entonces… ni pasquín, ni inmundo.

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Fundador y ex director general editorial del diario Reforma. Director de dices.mx.


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