Moscú – Han pasado más de 100 días desde que Rusia está en guerra con Ucrania, pero la última vez que el gobierno habló sobre la cifra de bajas en el ejército ruso fue en marzo, cuando 1,351 soldados rusos habían muerto. En aquel entonces, las autoridades ucranianas afirmaron que la cantidad de soldados rusos fallecidos había superado los 15,000; hoy dan una cifra superior a los 30,000. Sin embargo, estas cuentas no puede ser verificadas de manera independiente.
De vez en cuando, los líderes de regiones rusas anuncian los nombres de las tropas fallecidas en Ucrania después del 24 de febrero, y ofrecen sus condolencias a los familiares. Los medios de comunicación del Estado también publican pequeños obituarios para los soldados muertos. Ocasionalmente, publican comentarios de familiares que hablan sobre la personalidad del soldado y cuán orgullosos están de él. El 3 de junio, el medio independiente Mediazona confirmó más de 3,200 muertes, basándose en estas publicaciones y anuncios. La mayor parte de los fallecidos tenían una edad de entre 21 y 23 años, y cientos tenían menos de 20. Los obituarios de la prensa local, en algunas ocasiones, incluyen comentarios de parte de sus maestros, pues en varios casos había transcurrido poco tiempo desde que se graduaron. La mayoría de los soldados que han perdido la vida provenían de pequeños pueblos ubicados en las regiones más pobres de Rusia. Mediazona encontró solamente seis soldados de Moscú entre los fallecidos, aun cuando la capital representa el 9% de la población total de 147 millones. El alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin, no ha mencionado en ninguno de sus discursos algo sobre estos solados fallecidos.
En un inicio, Rusia enfatizó que los soldados conscriptos no participarían en la “operación especial”, sino solamente aquellos que formaran parte del ejército por contrato. (En Rusia, el servicio militar es obligatorio para hombres de edades entre 18 y 27 años, sin condiciones médicas serias, y deben permanecer en el ejército al menos por un año. Como líder del Comité de Defensa de la cámara baja del parlamento ruso, Vladimir Shamanov dijo hace un año que los jóvenes conscriptos representaban el 30% del ejército ruso, mientras que el 70% restante estaba conformado por personal profesional contratado). Sin embargo, en marzo, después de haberlo negado varias veces, los oficiales a cargo admitieron que algunos de los reclutados por conscripción habían sido enviados a Ucrania por error y prometieron castigar a los responsables. Una de las razones por las que tantos jóvenes se unen al ejército es el salario decente que ofrece, ya que provienen de pueblos con casi ninguna oportunidad. “En épocas de paz, las tropas contratadas ganan entre 30,000 y 70,000 rublos al mes (entre 500 y 1,100 dólares) o incluso más”, dice Sergei Krivenko, coordinador de la iniciativa de derechos humanos Citizen and the Army.
Los familiares de los soldados rusos muertos en Ucrania se muestran reticentes a hablar con los medios de comunicación. Después de que Vladimir Putin firmara una ley que castiga la difusión de “noticias falsas” sobre el ejército ruso con hasta 15 años de prisión, no está claro qué información se puede o no compartir. Además, las familias de los soldados caídos temen que, si hablan, no recibirán la compensación de 7.4 millones de rublos (unos 120,000 dólares) que les corresponde por derecho. “El gobierno está obligado a pagar este dinero. Sin embargo, para conseguirlo, las familias tienen que presentar muchos documentos. En la realidad rusa, este proceso se convierte en rogar a diferentes funcionarios para que firmen papeles, por lo que parece que depende más de su misericordia, aunque no debería ser así. Entonces, los familiares temen ofender a los funcionarios con cualquier acción pública y que las autoridades no les den lo que se les debe”, dice Krivenko.
Además, muchos no confían en los medios de comunicación extranjeros. “La prensa extranjera tergiversa los hechos y muestra todo desde un mal ángulo”, me dijo la hermana de un soldado caído, que se negó a ser entrevistada. “Debería pensar si es apropiado hablar sobre mi esposo, un patriota ruso, con un medio estadounidense”, dijo otra mujer que nunca me respondió. Sin embargo, encontré a otros dispuestos a hablar sobre familiares asesinados en Ucrania y lo que opinan sobre la “operación especial” y sus consecuencias.
Daria Kajya, de 22 años, me contó que su prometido, Vladislav Yakshamin, de 28 años, murió en Ucrania el 15 de abril. Ella es originaria de Moscú, pero durante cuatro años ha vivido con Vladislav a más de 80 kms de distancia en la ciudad de Ivanovo. Planeaban casarse a finales de junio. Daria también mencionó que el bisabuelo de Vladislav era de Ucrania y luchó en el frente oriental de la Segunda Guerra Mundial. Estas fueron las palabras de Daria:
Fue la segunda misión de Vladislav en el extranjero, después de Siria. Primero, lo enviaron a un simulacro a finales de enero y luego fue enviado directamente a Ucrania. Allí la conexión era mala. En su cumpleaños, el 30 de marzo, hicimos una videollamada por primera vez y vi cómo había cambiado su aspecto. No dijo mucho; no estaba permitido. Me pudo decir que comieron, que durmieron en los tanques o vehículos y que fueron al banya (sauna), que era un evento especial para ellos. Él y sus colegas quedaron atrapados en un bombardeo en el óblast de Járkov (óblast se refiere a la división territorial en Ucrania, equivalente a una región), pero aún no está claro cómo murió exactamente, porque diferentes comandantes dicen cosas diferentes. Era chofer y estaba en un vehículo. Según una versión, abandonó el vehículo para intentar ayudar a sus compañeros de tropa heridos y murió en el intento.
Cuando me llamaba, siempre me decía: “Todo está bien. Volveré a casa pronto”. Una vez traté de convencerlo de que regresara. Le dije: “No tienes obligaciones, ni hipoteca militar ni préstamos, no tienes deudas con nadie. Entonces, si la situación se vuelve tensa, puedes renunciar y volver a casa”. Pero él me respondió: “Nosotros no dejamos a nuestra gente”.
No me gusta la política. No veo las noticias. Apenas empecé a leer algunas solo cuando comenzó la “operación militar especial”. Leí RIA Novosti (una agencia de noticias estatal) y algunos canales de Telegram con noticias sobre nuestro ejército. No puedo decir nada desde el punto de vista político, pero mientras Vladislav estaba allí, solo podía apoyarlo y estar a su lado. Ahora no sé qué pensar. Ya peleamos lo suficiente, creo. Ojalá ya no hubiera más pérdidas en nuestro ejército y en general. Los maridos de mis amigas también han sido enviados a Ucrania.
En cuanto a las sanciones, era evidente que habría consecuencias por “la operación especial”. No culpo a nadie excepto a los países que introdujeron medidas sin llegar al fondo del asunto. Sin embargo, cada uno tiene sus opiniones. Espero que las sanciones ayuden a restaurar y desarrollar la producción local, que fue dejada de lado debido a los productos importados.
Según VCIOM, una encuestadora financiada por el estado ruso, al 30 de mayo, 72% de los rusos apoyaba la “operación militar especial”. El 2 de junio, la organización encuestadora independiente Levada Center reportó un número aún mayor de quienes respaldan las acciones de las fuerzas armadas rusas en Ucrania: 77%. La organización también encontró que solo 56% de los rusos sigue de cerca la situación en torno a Ucrania y que 53% cree que los informes en la televisión estatal son objetivos.
Un ruso que pidió permanecer en el anonimato me dijo que su amigo, un militar de 25 años llamado Artyom, originario de la región de los Montes Urales, murió en Ucrania el 21 de marzo. Él dijo que no ve la televisión, pero que aprueba la “operación militar especial”:
Artyom fue asesinado en la autoproclamada, “República Popular” de Lugansk. Murió de una… herida de bala en el pecho. En diciembre, fue enviado al extranjero (a otro país que no era Ucrania) y en marzo fue a Ucrania. Llamó una vez a la semana o cada dos semanas. No se nos permitía preguntarle nada excepto tal vez, “¿Cómo estás?”. Más que nada, él nos hacía preguntas.
Cuando Artyom se fue a Ucrania, no les dijo a sus padres que estaba allí para no preocuparlos, pero me lo dijo a mí. Artyom y yo somos personas optimistas. Siempre pensamos que vamos a superar cualquier cosa. Antes de que lo enviaran a Ucrania, me envió un mensaje de texto diciendo que todo estaría bien. Al principio no quería ir, pero luego pensó que estaría bien porque los compañeros de tropa con los que iba eran gente decente. Esa fue la razón por la que fue.
No veo las noticias en televisión. La mayor parte del contenido es mentira; solía leer actualizaciones de noticias en Telegram, pero no estoy siguiendo nada en este momento. Apoyo a Vladímir Putin. Creo que llevar a cabo “la operación especial” ha sido lo correcto. Rusia está luchando contra los nacionalistas en Ucrania. Artyom y yo somos patriotas. Hablando de pérdidas de civiles y la destrucción de ciudades, ¿qué puedo decir al respecto? No hay guerra sin bajas, era algo inevitable.
Culpo a Europa por las sanciones. Sin embargo, alrededor del 80% de los rusos no se han visto afectados por ellas. Viven como antes. Los autos y los departamentos se han vuelto más caros, pero los precios de los alimentos y otras cosas no han subido.
Muchos rusos cuyos familiares murieron luchando en Ucrania pusieron banderas rusas en sus fotos de perfil en las redes sociales, así como los símbolos militares “Z” y “V” para expresar su apoyo a la “operación”. El proyecto Sibir.Realii de Radio Free Europe contó la historia de Valentina Berezovskaya, una mujer de un pequeño pueblo siberiano que se quejó de que no podía obtener una compensación después de que su hermano, que mantenía económicamente a ella y a sus hijos, fuera asesinado en Ucrania. A pesar de la falta de ayuda del gobierno, le dijo al medio que aprueba las acciones de Rusia en el país vecino. Traté de comunicarme con ella en las redes sociales de Odnoklassniki, donde escribió su nombre como Valentina BereZoVskaya, pero me dijo que era demasiado doloroso para ella hablar sobre su hermano.
La mayoría de los perfiles de familiares de luto en las redes sociales son privados. En las páginas que permiten comentarios de extraños, hay muchos mensajes crueles de bots, supuestamente de Ucrania; los bots repiten los mismos mensajes en diferentes publicaciones.
Cuando los padres de algunos soldados llevan sin saber nada de sus hijos por un largo tiempo, utilizan la red social más grande de Rusia, VKontakte, para buscarlos. Alexander Krasotkin, el padre de Dmitriy Krasotkin, un joven que había sido enviado a Ucrania, compartió una publicación en la comunidad de la unidad militar rusa en la que sirvió su hijo el 29 de marzo: “No he sabido nada de mi hijo desde el 22 de febrero. Dijo que el 23 de febrero se suponía que debía ser llevado a Kharkiv. El 26 de marzo recibí una llamada de la unidad militar. Dijeron que mi hijo no estaba. Estoy buscando a aquellos que recibieron las mismas llamadas”. Al menos cuatro personas le contestaron diciéndole que estaban en la misma situación. El 28 de abril, Krasotkin le dijo a Mediazona que su hijo había muerto. Lo supo por los compañeros de su hijo; según él, los funcionarios rusos fueron incapaces de proporcionarle información. Su preocupación era recuperar el cuerpo de su hijo, que quedó en Kharkiv. “Si tuviera la oportunidad, iría a pelear yo mismo. Estoy esperando a que nuestras tropas tomen Kharkiv, luego iré allí”, dijo a Mediazona. (Krasotkin no respondió a mi solicitud de comentarios).
Aun así, hay familias que desaprueban lo que Rusia está haciendo en Ucrania y desearían que sus familiares no hubieran sido enviados a servir allí, como Yelena, la hermana de Aleksei, un joven de 24 años del pequeño pueblo de Shumikha en la región de los Urales. Su hermano murió en Ucrania, dejando a una esposa y un hijo de 2 años. Ella comparte:
Era su segundo contrato. La última vez que la familia lo vio fue el 16 de enero y luego lo enviaron al simulacro. Posteriormente, Aleksei fue enviado a Ucrania. Por supuesto, no queríamos que fuera allí, pero no sabíamos dónde estaba. El 24 de febrero nos llamó, dijo… (que) miráramos las noticias y se desconectó. La última vez que llamó a su esposa fue el 1 de marzo y dijo que todo estaba bien. Era una persona muy alegre y servicial. El 5 de marzo murió después de que su vehículo fuera alcanzado por un bombardeo.
No estamos viendo las noticias ahora; realmente duele. Todavía no nos hemos calmado y lloramos todos los días. Además, tratábamos de no ver las noticias en ese entonces para no pensar demasiado, ya que nos preocupábamos mucho.
No apoyo la operación militar especial porque mueren jóvenes inocentes. No hablamos de eso en la familia, pero creo que nuestros padres y la esposa de Aleksei tampoco lo aprueban. Deseo que todo acabe pronto.
Si bien se presume que Rusia no quiere mostrar sus pérdidas en Ucrania y no actualiza la información sobre las bajas en el ejército, es difícil ocultar las tumbas recién cavadas en los cementerios de todo el país y controlar lo que dicen públicamente los familiares de los muertos en la guerra. Muchas familias prefieren solidarizarse con las tropas caídas, no desestimando sus sacrificios. Pero muchos no comentan porque entienden que la operación especial es “injusta, ilegal y sin sentido”, dice Krivenko. “Decirlo en voz alta y procesarlo querrá decir que la tropa murió en vano. Esto es increíblemente difícil de soportar”.
Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.