Si robas para dar un golpe de Estado, guárdate los tickets

Los independentistas catalanes quieren la independencia a cualquier precio, siempre y cuando el precio lo paguen otros.
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Si vas a robar dinero público para dar un golpe de Estado, es importante que pidas la factura. Es una innovación que debemos a la ley de amnistía  aprobada por las Cortes y redactada por sus beneficiarios directos (los delincuentes, para escapar al castigo, y el PSOE, para mantenerse en el poder). Como sabes, quedan amnistiados los actos “cometidos con la intención de reivindicar, promover o procurar la secesión o independencia de Cataluña, así como los que hubieran contribuido a la consecución de tales propósitos”. Esto comprende actos tipificados como malversación, pero “excluye expresamente aquellos que implican un enriquecimiento personal o beneficio patrimonial”. Es una ley para políticos. Algunos argumentan que en este caso la persona encargada de decidir el destino de los fondos públicos se los apropia para un interés particular y que por tanto hay ánimo de lucro: hace falta ser retorcido. ¿Qué quieren? ¿Que uno pague el golpe de Estado con su propio dinero? Sería el colmo. Queremos la independencia a cualquier precio, siempre y cuando el precio lo paguen otros.

Por suerte, la ley es comprensiva. Si, por ejemplo, usas dinero de los impuestos de los españoles para imprimir unos flyers que digan “España nos roba” -¡en color, no seas cutre!- o para comprar un espray con el que hacer una pintada en el portal de la casa de los padres de un político antiindependentista y vas a coger un taxi porque hay una reunión para organizar un referéndum ilegal pero de pronto te entran ganas de ir al baño y justo antes te metes en una cafetería y pides un agua y meas, es fundamental que pidas factura y tickets por si en el futuro se aprueba una ley de impunidad. Si desvías dinero destinado a cooperación y ayuda al desarrollo y se lo das a unos colegas activistas o lo empleas para traer a tres o cuatro académicos despistados y contarles la opresión estatal, ya sabes: guárdatelo todo. Sé cuidadoso: suponiendo que la nueva norma pueda ser una guía para el futuro, el dinero que robes debe ser de los ciudadanos españoles pero no de los ciudadanos europeos, porque la amnistía no te cubre si se perjudican los “intereses financieros europeos”. En este caso, los intereses financieros españoles no son intereses financieros europeos: si la cuestión te parece confusa es porque lo es. Lo más sencillo es verlo como una versión española de la excepción cultural francesa: cada nación o plurinación tiene sus tradiciones. Lo de los tickets es engorroso, pero muchos autónomos y trabajadores por cuenta ajena lo hacen. Puede recordar a una banda de atracadores que desgrava el gasto en las herramientas para realizar el butrón y la gasolina para la huida. Pero quizá sea más preciso verlo como una variante peculiar del Estado emprendedor: la del que financia generosamente los ataques que se realizan contra él.

Publicado originalmente en El Periódico de Aragón. 

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Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).


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