Ucrania, verano de 2022

Hablar de โ€œcansancio de la guerraโ€ es absurdo y perverso a partes iguales. Rusia sigue cometiendo violaciones de derechos humanos y actos terroristas en Ucrania.
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Finales de julio. En el vรญdeo, contrastado por Bellingcat, un soldado ruso castra con un cรบter a un prisionero ucraniano (luego le ejecutan). El dรญa siguiente, 28 de julio, llega la noticia de la masacre de 53 prisioneros de guerra ucranianos en el penal de Olenivka, en el Donbรกs ocupado. Portadas de medios como El Paรญs abren con la imagen de una estancia de amasijos de hierros y cadรกveres calcinados, con la coletilla de โ€œRusia y Ucrania se acusan mutuamenteโ€. Curiosamente, todos los guardias se salvaron y ningรบn edificio de alrededor muestra daรฑos, como revelan imรกgenes tomadas por satรฉlite. Los indicios apuntan a Rusia, quizรก a travรฉs de un explosivo incendiario. Muchos prisioneros venรญan de la acerรญa de Azovstahl, Mariรบpol. Se rindieron como parte de un teรณrico intercambio de prisioneros en un acuerdo con participaciรณn del Comitรฉ Internacional de Cruz Roja. Ya entonces un amigo allรญ me enviรณ este wasap lรบgubre: โ€œtodos morirรกn con dolor, malditos rusosโ€.

Seguidamente un bombardeo ruso contra una parada de autobรบs de Bajmut, Donรฉtsk (hay muchas entradas en Google solo sobre bombardeos contra paradas: Toretsk, Jรกrkiv, Mykolaiv…) dejaba mรกs imรกgenes de civiles muertos, postrados en posiciones inverosรญmiles en torno a la marquesina. A uno le sonaba el mรณvil sin parar. Cada masacre deja imรกgenes para el recuerdo. La del bombardeo de Vinnytsia, el 14 de julio, es un carrito de bebรฉ ensangrentado y los vรญdeos de Lisa, una niรฑa con sรญndrome de Down correteando en torno al carrito y su madre Irina ese dรญa (Lisa muriรณ en el acto, Irina sobreviviรณ).

Ya en abril otro amigo de Kyiv comparaba estos ataques rusos con actos terroristas: โ€œUcrania tiene como mรญnimo uno cada dรญaโ€. He hecho nรบmeros preliminares. Por ejemplo, si 193 personas murieron en el 11M, Ucrania, solo en vรญctimas civiles, sufre mensualmente varios 11Ms y 7Js (el atentado de Londres en 2005, donde hubo 52 vรญctimas). Amigos y amigas en Kyiv y Odesa โ€“por no hablar de Jรกrkiv o Mykolaiv, los nuevos Mariรบpolโ€“ cuentan cรณmo se van a la cama sin saber si esa noche โ€œte tocarรกโ€. Los nรบmeros serรญan infinitamente peores sin las defensas aรฉreas, que los rusos no lograron eliminar en los primeros bombardeos (siguen intentรกndolo).

Human Rights Watch ha documentado crรญmenes de guerra rusos y, potencialmente, contra la humanidad en el sur ocupado por Rusia (Jersรณn y Zaporiyia). En concreto: torturas (algunas con resultado de muerte), desapariciones forzosas de civiles y prisioneros de guerra, asรญ como detenciones de representantes democrรกticos y sociedad civil. Habla de un โ€œabismo de miedoโ€. Otro informe de la OSCE confirma una โ€œpauta clara de serias violaciones del derecho internacional humanitario atribuibles mayormente a las fuerzas rusasโ€, asรญ como violaciones de derechos humanos, tales como asesinatos de civiles, incluidos periodistas, defensores de derechos humanos o alcaldes, y/o sus desapariciones forzosas, deportaciones a gran escala de ucranianos a Rusia (muchos niรฑos entre ellos), etc.

La dimensiรณn real de las barbaridades rusas, con sus millones de historias individuales, como las niรฑas violadas en pueblos y aldeas ocupadas, serรก peor. Lo terminaremos sabiendo, no todo. Pero en estas circunstancias hablar en este Occidente de vacaciones sobre โ€œcansancio de la guerraโ€ es absurdo y perverso a partes iguales.

Una guerra genocida

He argumentado en El Paรญs que esta es una guerra genocida de Rusia contra Ucrania, idea que crece a nivel internacional. Los responsables del rรฉgimen ruso incitan pรบblica y directamente a la destrucciรณn de la naciรณn ucraniana (lo que remite al art. III de la Convenciรณn del Genocidio). Hablan de โ€œsolucionar la cuestiรณn ucranianaโ€ y โ€œdesucranizar el territorioโ€ de โ€œla antiguaโ€ Ucrania. Deshumanizan a los ucranianos, justificando su eliminaciรณn. Lo mismo hicieron los nazis o Miloลกeviฤ‡ y sus secuaces serbobosnios. El oficialismo ruso suena a Radio Hutu, Ruanda, 1994.

La pauta de atrocidades rusas es consecuencia de esta lรณgica y encaja con los actos, definidos en la Convenciรณn, que corroboran la intenciรณn de destruir, totalmente o en parte, un grupo nacional, รฉtnico, racial o religioso. Es irrelevante para esta calificaciรณn que el agresor lo consiga, aunque Rusia avanza hacia su objetivo, tambiรฉn mediante el eliticidio (la imagen de la alcaldesa de Motyzhyn, con su hijo en una fosa comรบn, su marido en un pozo), y cercenando el futuro del pueblo ucraniano. La fotografรญa de la madre sacada en camilla de las ruinas de la maternidad en Mariรบpol es la metรกfora de uno de los objetivos del liderazgo ruso: que no puedan nacer niรฑos y niรฑas ucranianos (madre y bebรฉ murieron) โ€“y, si no, deportar los mรกs posibles para rusificarlos. En los territorios que Rusia anexionarรก en otoรฑo salvo que los recupere antes Ucrania, los nuevos funcionarios rusos (recordemos a Eichmann: todo genocidio requiere no solo terrorismo militar sino tambiรฉn funcionarios escrupulosos) reparten pasaportes rusos, eliminan el currรญculum ucraniano y destruyen todo signo de la existencia de Ucrania.

El Kremlin parece haber concluido que no puede ganar una guerra normal, con lo que aumenta su espiral de brutalidad, un signo de desesperaciรณn. Asimismo, escala la guerra hรญbrida en torno a dos vectores: el gas y la narrativa de que โ€œUcrania no puede ganarโ€. (El otro vector era la hambruna mundial; la resistencia ucraniana en el Noroeste del Mar Negro, y no solo la diplomacia, ha sido clave para que remitan esa operaciรณn). La victoria rusa no es inevitable: Ucrania puede ganar, como en su dรญa Vietnam, Argelia o Afganistรกn, todos ellos frente a potencias nucleares (EEUU, Francia, URSS), pero Moscรบ quiere que pensemos lo contrario.

Uno dirรญa que la elecciรณn es clara ante una guerra de agresiรณn imperialista colonial, amparada en una narrativa fascista, de una potencia nuclear oligรกrquica frente a un paรญs mรกs pequeรฑo que quiere ser una democracia normal. Una guerra con esas violaciones de derechos humanos, incluida violencia sexual. Con milicianas que luchan por defender sus ciudades, pueblos y familias frente a un invasor totalitario y asesino. Una guerra donde a veces gritan โ€œNo pasarรกnโ€, y a menudo โ€œDo peremogi!โ€ (ยกHasta la victoria!), o โ€œSmert rascismu!โ€ (ยกmuerte al fascismo ruso!).

Pues no: julio termina con un lรญder de Podemos cuestionando las sanciones y el โ€œfuror bรฉlicoโ€, y con la ministra Belarra (contraria al envรญo de armas a Ucrania) reivindicando โ€œla pazโ€. Un mensaje calcado al de Marine Le Pen, casi el mismo dรญa. Agosto empieza con Jeremy Corbyn criticando, en una cadena asociada a Hezbollah, la entrega de armamento a Ucrania. Ninguno hacรญa referencia a las peores violaciones de derechos humanos en suelo europeo desde Bosnia, ni tenรญa a bien pedir la retirada rusa de Ucrania.

Hagamos contrafactuales. Si se dejaran de enviar armas a Ucrania, Rusia escalarรญa libre y sรกdicamente. Ucrania sucumbirรญa mรกs, quizรกs no totalmente, pero su resistencia serรญa aรบn mรกs desesperada y sus ciudades y civiles quedarรญan aรบn mรกs indefensos ante los misiles rusos (una peticiรณn central ucraniana son defensas antiaรฉreas). Mรกs poblaciรณn asesinada o internada, mรกs deportados y subyugados. Si hoy muchos regresan a su paรญs, habrรญa muchos mรกs refugiados. Si se fuerza a Ucrania hoy a un alto el fuego (que Rusia tampoco quiere), Rusia se consolidarรญa dentro del paรญs y, nada mรกs regenerar fuerzas, volverรญa a atacar Kyiv, Odesa y otros centros clave. Sin el sur, Ucrania resultarรญa difรญcilmente viable, a pesar de ser candidata a la UE (ยฟEspaรฑa sin sus fachadas mediterrรกnea y atlรกntica?).

Habrรญa mรกs mujeres violadas. La violaciรณn es una comparaciรณn รบtil, ademรกs de una imagen habitual en las referencias rusas sobre Ucrania. Lo que dicen Belarra, Echenique, Corbyn y otros es que dejemos de dar spray de pimienta a la mujer repetidamente violada โ€“salvando lo que aportan EEUU, Polonia, Noruega y algรบn otro, esa es la traslaciรณn prรกctica de la ayuda militar europeaโ€“ para repeler al agresor. Que ambos solventen sus diferencias. Es paradรณjico que en ese sector de izquierda cercano a movimientos feministas casi no se alcen voces contra las violaciones de mujeres ucranianas que relatan The Guardian y otros medios.

ยฟPor quรฉ se producen estos posicionamientos? Uno: no les interesa la realidad, sino la dialรฉctica teรณrica. Si la Ucrania sujeto del Maidรกn concitaba sus fobias, no cabe esperar que la que resiste reรบna sus filias. Les incomoda porque les pone contra el espejo, pero es el relato lo que cuenta, aunque converjan con โ€œgeoestrategasโ€ derechistas (los de โ€œKyiv caerรก en dos dรญasโ€, โ€œRusia no pegarรก un tiroโ€, etc.). Si Ucrania cae, mejor: constatarรญa en su cabeza el fracaso de EEUU y la OTAN (el destino y opiniรณn de ucranianos y ucranianas son cuestiones secundarias). Dos: es el empecinamiento del error, una huida hacia delante, como escribรญa Antonio Garcรญa Maldonado. Se equivocaron en la primera agresiรณn contra Ucrania en 2014. Ahora, con honrosas excepciones, profundizan en ese error trรกgico. Si entonces no querรญan ver, ahora han elegido ser ciegos y sordos ante Bucha, Mariรบpol y un largo etcรฉtera. Tres: es un problema de valores. Apoyar la Ucrania libre no es de izquierdas o derechas: es de conciencia. Lo de estos polรญticos e intelectuales es una muestra de antivalores y bancarrota moral. Su antifascismo es un paripรฉ: muchos ucranianos hacen mรกs mรฉritos antifascistas. Si piensan asรญ en una cuestiรณn tan bรกsica como Ucrania, ยฟpor quรฉ he de tomarles en serio en ningรบn otro tema?

A lo mejor no importan tanto. Ante una agresiรณn genocida histรณrica se han mostrado inรบtiles. No sirven, no tienen nada que aportar y menos mal: sus polรญticas, de ser decisivas, resultarรญan desastrosas para Ucrania y Europa. Quizรก por eso los ciudadanos les ponen en su lugar (Corbyn lo sabe), pero serรฉ optimista: aรบn pueden ser mรกs nefastos. De lo que no tengo duda es de que son cรณmplices polรญticos y morales del que, si les hacemos caso y no lo impedimos, serรก el crimen de crรญmenes en Europa desde hace generaciones.

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Borja Lasheras es Senior Fellow del Center for European Policy Analysis (CEPA).


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