Nacido en Bรฉlgica en 1890, hijo de emigrantes rusos antizaristas => actividad revolucionaria anarquista adolescente en Francia => condenado a cinco aรฑos de cรกrcel a los 17 => expulsado a Espaรฑa => canjeado por soldados franceses, retenido por los bolcheviques en 1919 => se une a los bolcheviques => participa en la Guerra Civil y trabaja para la Comintern => se une a la Oposiciรณn de Izquierda tras la rebeliรณn de Kronstadt => detenido y encarcelado en Lublianka en 1928 => liberado => miembro de la oposiciรณn trotskista => detenido de nuevo en 1933 y exiliado a Siberia => liberado tras protestas internacionales y enviado a Francia en 1936 => se une al POUM y lucha en Espaรฑa => huye a Francia tras la victoria de Franco => sale de Francia en un barco de refugiados hacia Mรฉxico en 1941 => participa en actividades trotskistas en Mรฉxico=> muere en 1947.
ยฟCรณmo queda eso para una biografรญa? Increรญble, podrรญa decirse. Pero no inusual para la gente entre la que Serge se movรญa y vivรญa. Sus Cuadernos [Notebooks: 1936-1947; Carnets: 1936-1947], que no se escribieron para su publicaciรณn y solo se han descubierto en el siglo XXI, son una atractiva mezcla de reminiscencias histรณricas, reflexiones sobre el marxismo y el psicoanรกlisis, ataques al totalitarismo estalinista (el tรฉrmino se utiliza a menudo), defensa del socialismo democrรกtico, descripciones de Mรฉxico, crรญtica literaria e historia del arte. La mayorรญa de las entradas son de tamaรฑo medio, entre una y tres pรกginas. Pueden leerse por separado, aunque la cronologรญa es importante, ya que vemos cรณmo el propio pensamiento de Serge evoluciona con la guerra que observa desde lejos, en Mรฉxico.
Todo el Quiรฉn es Quiรฉn del mundo artรญstico y revolucionario de la Europa continental estรก incluido en estas anotaciones. No hay, al parecer, revolucionario, escritor o pintor significativo a quien Serge no conociera durante sus cuarenta aรฑos de febril actividad. De los lรญderes de la revoluciรณn rusa, Serge fue el mรกs cercano a Trotski. Aunque no siempre. Se uniรณ a la Oposiciรณn de Izquierda despuรฉs de Kronstadt, pero el ataque contra los marineros rebeldes fue dirigido nada menos que por Trotski. Serge tampoco estuvo de acuerdo mรกs tarde con la formaciรณn de la IV Internacional. Todavรญa en la Uniรณn Soviรฉtica fue encarcelado por trotskista y en Espaรฑa trabajรณ con el POUM, la milicia trotskista. Llegรณ a Mรฉxico tras el asesinato de Trotski. Las descripciones de Serge de la “tumba” de Coyoรกcan, el complejo donde Trotski viviรณ y fue asesinado, la total desolaciรณn de la casa que todavรญa tenรญa guardias armados y torretas, con Natalia, la viuda de Trotsky, demacrada, desamparada, los niรฑos muertos, completamente sola, son algunas de las partes mรกs conmovedoras de los Cuadernos.
Se describe la agitada actividad en torno a Trotski incluso despuรฉs de su muerte. Serge (no sabemos cรณmo) consiguiรณ reunirse en la cรกrcel โdonde recibe un trato principescoโ con el asesino de Trotski. He aquรญ una parte de la descripciรณn de Ramรณn Mercader (cuya identidad no se conocรญa entonces): “Alto, bien formado, vigoroso, flexible, incluso atlรฉtico. De cuello grueso… cabeza fuerte y bien formada. Un hombre con vigor animal. Una mirada huidiza, a veces dura y reveladora. Sus rasgos son afilados, carnosos, vigorosos. Muy bien vestido; chaqueta de cuero color cafรฉ; cara. Bajo ella una camisa deportiva de seda, a la moda, caqui. Pantalones de gabardina caqui con un pliegue pronunciado; zapatos amarillos; buenas suelas”.
Los hermanos enemigos, Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, estรกn presentes a lo largo del libro: el primero, coorganizador del fallido asesinato de Trotski que luego huyรณ a Chile gracias a Pablo Neruda; el segundo, inconsistente defensor de Trotski; ambos “reunidos” en el Partido Comunista Mexicano al que Diego Rivera se afiliรณ despuรฉs de la guerra en la ola de entusiasmo proestalinista que recorriรณ el mundo tras la victoria soviรฉtica sobre la Alemania nazi.
Al Quiรฉn es Quiรฉn de la Comintern (Willi Mลซnzenberg, Franz Mehring, Otto Rลซhle, Anton Pannekoek) le acompaรฑa la รฉlite intelectual rusa y de la Europa continental: Ossip Mandelstam, Anna Ajmรกtova, Maxim Gorki, Boris Pasternak, Andrei Tolstรณi, Andrรฉ Breton, Andrรฉ Gide, Antoine de Saint Exupรฉry, Romain Rolland, Stefan Zweig, Pablo Picasso. Cada uno de ellos es, a menudo de pasada, esbozado en unos pocos pรกrrafos: Andrei Tolstรณi, el amable conde que da fiestas fabulosas mientras la hambruna hace estragos y es conducido en el coche privado de Stalin; Anna Ajmรกtova, con “sus enormes ojos marrones en la cara de un niรฑo demacrado”; Andrรฉ Gide en busca de popularidad, quejรกndose de que Malraux intente eclipsarle, pero con la suficiente honestidad intelectual para escribir Regreso de la URSS; Romain Rolland, a quien Serge debe su liberaciรณn del exilio siberiano, pero que poco a poco adopta una posiciรณn proestalinista y se niega a condenar los procesos de Moscรบ; la vanidad desmesurada de Andrรฉ Breton, “una personalidad que no es mรกs que una pose”; el pequeรฑoburguรฉs Stefan Zweig; Picasso pintando para “galerรญas de arte que atienden a coleccionistas burgueses alimentados con desechos intelectuales”. “
Es un libro de los muertos. En una orgรญa de matanzas de inspiraciรณn ideolรณgica que envolviรณ a Europa, los que no fueron asesinados por Stalin, lo fueron por Hitler, y los que sobrevivieron a ambos murieron en guerras o se suicidaron. Casi nadie muriรณ en su cama.
ยฟQuรฉ hay de la polรญtica? Serge no presenta una visiรณn coherente de la misma, ni cabe esperar esto en un diario. Para รฉl, el mundo se compone de cuatro fuerzas polรญticas: la capitalista conservadora, la estalinista, la socialista democrรกtica y la fascista. La derrota en la guerra parece haber eliminado el fascismo. El destino de Europa y del mundo depende de la interacciรณn de las tres restantes. El capitalismo estรก en quiebra ideolรณgica y el desarrollo de la tecnologรญa requiere planificaciรณn. Por tanto, estรก condenado. El estalinismo asciende. Destruye la libertad y el alma humanas y ha mancillado todos los ideales comunistas. Hay que oponerse a รฉl a toda costa; intransigentemente. El socialismo democrรกtico es, en opiniรณn de Serge, la รบnica alternativa humana, pero ยฟpuede vencer cuando Stalin estรก a punto de conquistar media Europa? (Serge tenรญa razรณn en eso, aunque a menudo se equivocara en una serie de predicciones hechas durante la guerra). Como a todo observador y participante contemporรกneo en esta lucha, nos quedan las posibilidades. Nadie sabe cuรกl serรก la correcta.
No obstante, los dilemas esenciales y las principales fuerzas que configuraron la posguerra se describen con notable clarividencia. Si consideramos el periodo 1945-1990, puede describirse efectivamente como la lucha entre estas tres ideologรญas que evolucionaron con el tiempo: el capitalismo hacia un Estado mรกs liberal, el socialismo democrรกtico hacia una posiciรณn procapitalista que Serge no podrรญa haber imaginado, y el estalinismo hacia una variante mucho mรกs suave del sovietismo a lo Breznev.
Sin embargo, hay fuerzas que Serge subestimรณ. Sobre todo debido a sus antecedentes histรณricos. Como deberรญa dejar claro la lista muy parcial de personas mencionadas aquรญ, el mundo ideolรณgico en el que se movรญa Serge era el de la Europa continental, el de cinco grandes naciones: Rusia, Alemania, Francia, Espaรฑa e Italia. El mundo anglosajรณn apenas estรก presente; especialmente ausente estรก Gran Bretaรฑa. El Tercer Mundo es inexistente. En algunos comentarios dispersos, Serge extraรฑamente no vio el enorme potencial revolucionario de รfrica, India, China, Indonesia. Estos paรญses no existen para Serge. Merece la pena leer sus descripciones de Mรฉxico, cuando viaja por el paรญs, por sus atisbos de vida rural y urbana en los aรฑos cuarenta, pirรกmides y civilizaciones perdidas, pero son observaciones de un turista. Mientras que su compromiso con Europa es estrecho y apasionado, su compromiso con Mรฉxico solo se refleja a travรฉs del papel que Mรฉxico desempeรฑa en los conflictos europeos y, en particular, en la Guerra Civil espaรฑola. Hay una total escasez de observaciones polรญticas o sociales sobre el propio Mรฉxico.
Me gustarรญa terminar con las observaciones de Serge sobre dos fascistas a los que conociรณ personalmente en la รฉpoca en que eran comunistas: Jacques Doriot (“le gustaba a Zinoviev”) y Nicola Bombacci. Ambos fueron asesinados en represalia al final de la guerra. Bombacci fue uno de los quince ejecutados junto a Mussolini. Su transiciรณn del comunismo al fascismo se explica por la necesidad de una actividad inquieta, una gran capacidad de organizaciรณn y ambiciรณn. Pero hay un pequeรฑo detalle ideolรณgico interesante: ambos, piensa Serge, podrรญan haber visto el fascismo dentro del esquema marxista como una artimaรฑa de la historia en la que el capitalismo decrรฉpito adopta al fascismo como forma de salvarse; sin embargo, el fascismo, al imponer un fuerte dominio estatal sobre el sector privado, lo transforma gradualmente y crea una economรญa que, en una evoluciรณn futura, puede ser fรกcilmente asumida por los trabajadores. En su opiniรณn, los antiguos comunistas veรญan el fascismo como una forma de acabar con el capitalismo.
PD. La ediciรณn del libro roza lo catastrรณfico (la traducciรณn, sin embargo, es buena y fluida). Decenas de personas mencionadas por Serge no estรกn identificadas; las que lo estรกn, lo estรกn en notas finales minimalistas; muchos acontecimientos a los que se alude en los Cuadernos quedan sin explicaciรณn; la introducciรณn es breve y poco รบtil. Es evidente que el editor ha ahorrado dinero.
Publicado originalmente en el blog del autor.
Branko Milanovic es economista. Su libro mรกs reciente en espaรฑol es "Miradas sobre la desigualdad. De la Revoluciรณn francesa al final de la guerra frรญa" (Taurus, 2024).