Durante los รบltimos meses, los choques entre el gobierno y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educaciรณn (CNTE) se han incrementado dramรกticamente. En mayo, la Secretarรญa de Educaciรณn despidiรณ a mรกs de tres mil maestros que se fueron a un paro indefinido; la razรณn oficial fue que habรญan acumulado โcuatro inasistencias injustificadasโ. Al mes siguiente, fueron arrestados el secretario general de la secciรณn 22, Rubรฉn Nรบรฑez Ginรฉs y el secretario de organizaciรณn, Francisco Villalobos, ahora ya libres bajo cauciรณn. Y el 19 de junio la policรญa federal abriรณ fuego sobre manifestantes en el pueblo oaxaqueรฑo de Nochixtlรกn, una acciรณn que dejรณ un saldo de ocho muertos y cientos de heridos. Para cuando escribo estas lรญneas, continรบan los bloqueos en Oaxaca y Chiapas, las manifestaciones son frecuentes en Guerrero y Michoacรกn, y los maestros permanecen en huelga indefinida en la Ciudad de Mรฉxico.
Los maestros en huelga sostienen que las reformas propuestas por el presidente Peรฑa Nieto, centradas en una evaluaciรณn estandarizada, discriminan a los maestros de las regiones mรกs pobres e indรญgenas, ademรกs de que serรกn usadas para disminuir el poder de la muy poderosa CNTE y que estรกn diseรฑadas para dar inicio a una privatizaciรณn gradual del sistema educativo. Grupos de izquierda y proindรญgenas han entrado a respaldarlos, como el lรญder de Morena, Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador, el Frente Indรญgena y Campesino de Mรฉxico, y el Ejรฉrcito Zapatista de Liberaciรณn Nacional. Sin duda, los maestros y sus partidarios tienen algo de razรณn. Durante los รบltimos tres meses, las habilidades de negociaciรณn de Peรฑa Nieto han sido, segรบn se ha visto, tan poco finas como sus compras de bienes raรญces y sus conocimientos literarios. Particularmente en Oaxaca, el momento en el que han llegado las tรกcticas mรกs agresivas del gobierno no parece estar relacionado con la reforma educativa sino mรกs bien con el deseo de librar al Estado del poderoso sindicato de maestros, antes de la llegada de Alejandro Murat Hinojosa, amigo de Peรฑa Nieto. El despido masivo de maestros y el arresto de Rubรฉn Nรบรฑez fueron movimientos torpes y provocadores a propรณsito. El tiroteo de Nochixtlรกn es inexcusable. Ademรกs, el manejo de la crisis llegรณ con la acostumbrada mezcla de negaciones obstinadas, incompetencia e impunidad.
En sรญ mismas, las reformas estรกn mal pensadas, son vagas hasta el desconcierto y fueron aprobadas a toda prisa, sin haber sido sometidas a consultas con expertos o con la sociedad en general. Hay una total ausencia de herramientas para educar a ciudadanos indรญgenas. Las regulaciones no aciertan a diferenciar entre profesionalizaciรณn y evaluaciรณn de la enseรฑanza. Aunque en el papel exista un Instituto Nacional para la Evaluaciรณn de la Educaciรณn y se creรณ la Coordinaciรณn del Servicio Profesional Docente, estos organismos tienen criterios poco claros, y asรญ es difรญcil imponer un nivel mรญnimo de estรกndares de enseรฑanza a lo largo del paรญs. Y como la interpretaciรณn y la puesta en prรกctica de las nuevas reglas sigue estando a cargo del gobierno federal, el control sobre las plazas de los maestros podrรญa sencillamente pasar del sindicato a otros poderes no democrรกticos. La reforma del artรญculo 67 de la Ley General de Educaciรณn, que alienta a las organizaciones de padres de familia para que ayuden a pagar algunos gastos de las escuelas, podrรญa abrir la puerta a los rastreros modelos de privatizaciรณn que han servido para arruinar el sistema educativo de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, las reformas no responden a los verdaderos problemas de la educaciรณn en Mรฉxico. El รบltimo lugar que ocupa la educaciรณn pรบblica mexicana en la lista de paรญses de la Organizaciรณn para la Cooperaciรณn y el Desarrollo Econรณmicos (OCDE) se debe a que el gasto anual promedio por estudiante es del 19% del pib, muy por debajo del 27% promedio de la OCDE. La evaluaciรณn de los maestros, si no se atienden otras variables, no revertirรก la desigualdad ni habrรก de generar movilidad social.
Aquรญ hay una importante discusiรณn pendiente. Hasta hace poco pudo haber ocurrido un amplio diรกlogo que incluyera a todos los sectores de la sociedad mexicana, pero una combinaciรณn de la pobre capacidad de negociaciรณn del gobierno y la intransigencia de los maestros ha echado por tierra un debate mรกs amplio. Los asesinatos de Nochixtlรกn generaron simpatรญa por los maestros, tal y como lo hizo el desalojo del zรณcalo oaxaqueรฑo en 2006. Pero, tambiรฉn como en 2006, el rechazo absoluto a debatir los privilegios sindicales y las estrategias, tediosamente familiares, de humillar pรบblicamente a algunos maestros, cerrar escuelas, obstruir las rutas de trรกnsito, limitar el turismo y provocar carencias en los ciudadanos de Oaxaca (por mรกs que las fuentes gubernamentales las hayan exagerado) estรกn logrando que los maestros pierdan apoyo. Si el gobierno del presidente Peรฑa Nieto no fuera tan incompetente en casi todo lo que hace, uno podrรญa imaginar que dirige al sindicato magisterial para desacreditar a la izquierda.
La CNTE se encuentra en el corazรณn de la total incapacidad de la izquierda para generar entusiasmo popular por la huelga. Durante una dรฉcada, la CNTE luchรณ contra el liderazgo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaciรณn (SNTE), y eventualmente expulsรณ a su dirigente Carlos Jonguitud Barrios durante una huelga, en 1989. Detrรกs de la hostilidad actual hacia la CNTE hay varios padres de familia que conservan simpatรญas y respeto por los maestros de los aรฑos ochenta. La CNTE estuvo al frente del movimiento de democratizaciรณn y a menudo formรณ alianzas con otros grupos sociales para impulsar reformas mรกs amplias.
Pero con la victoria de 1989 el panorama cambiรณ. El Estado de partido รบnico, consciente de la fuerza sustancial de la CNTE, comenzรณ a comprar su lealtad con extraordinarias concesiones. Por ejemplo, en 1992, el gobernador de Oaxaca firmรณ un acuerdo con la rama local de la CNTE que permitiรณ al sindicato tomar control de la designaciรณn y los ascensos de los maestros, y decidir sobre la distribuciรณn de los subsidios gubernamentales para vivienda, salud y becas. El acuerdo tambiรฉn contemplaba la creaciรณn de una fiscalรญa especial para investigar y perseguir los ilรญcitos en donde estuvieran involucrados los maestros.
A lo largo de los รบltimos veinte aรฑos, estos amplios poderes han generado una considerable corrupciรณn. La Fiscalรญa Especial para la Atenciรณn de Asuntos Magisteriales, en cuyas averiguaciones participan abogados escogidos por la CNTE, fue instituida originalmente para juzgar crรญmenes contra los maestros, pero ahora se utiliza para atender casos de maestros a los que se les imputan crรญmenes. La tasa de acciรณn judicial es baja, lo que ha conducido a acusaciones generalizadas de impunidad. El control del sindicato sobre las designaciones ha llevado a un nepotismo omnipresente. En Oaxaca, en 2013, la mitad de las plazas disponibles fueron heredadas a un familiar cercano y la otra mitad se destinรณ a los maestros que cada aรฑo inician su carrera.
La rama de Guerrero del sindicato institucionalizรณ la prรกctica de heredar la plaza en sus estatutos de 2012. Esta costumbre ha creado una genuina aristocracia laboral, donde los trabajos estables se pasan de generaciรณn a generaciรณn, sin siquiera el disimulo de la igualdad de oportunidades o la selecciรณn meritocrรกtica. Al mismo tiempo, ha creado tambiรฉn, de manera irรณnica, un mercado de trabajo para los maestros, aunque se trate de un mercado negro. Los hijos de maestros retirados que no quieren seguir las huellas de sus padres pueden vender sus plazas al mejor postor.
El sindicato tambiรฉn controla la asignaciรณn y los ascensos de los maestros. La diferencia entre los salarios de los maestros principiantes y los de los veteranos es la mayor en la OCDE, asรญ que los maestros ambiciosos quieren ascender por este notablemente inclinado escalafรณn de salarios lo mรกs rรกpido posible. La mayorรญa de los maestros tambiรฉn preferirรญan los trabajos mejor pagados que hay en la ciudad que las agotadoras labores de las regiones rurales. Mรกs allรก de premiar la pasiรณn o la competencia, el sindicato utiliza la asignaciรณn y el ascenso como medios de control. Los maestros solo pueden obtener un ascenso o una asignaciรณn mรกs urbana una vez que han cumplido con ciertos deberes del sindicato, incluyendo votar por la persona indicada, asistir a las marchas, firmar peticiones y gritar las consignas correctas en las muy orquestadas asambleas โdemocrรกticasโ.
La CNTE, cuyas amenazas e incentivos pueden movilizar a miles, es ahora una fuerza polรญtica poderosa. Ya que las huelgas y la rebeliรณn se han convertido en la moneda corriente del sindicato, los maestros aspirantes compiten por promoverse como emprendedores de izquierda. Estas actitudes han daรฑado dolorosamente la educaciรณn en el sur de Mรฉxico. Durante tres dรฉcadas, los maestros de Oaxaca han pasado el mes de mayo en huelga, acampando a las afueras de la ciudad de Oaxaca y exigiendo mejores salarios y mayores donaciones del gobierno. En 2006, maestros en huelga cerraron el centro de la ciudad y, por siete meses, se negaron a dar clase. Los estudiantes de Oaxaca han estado este aรฑo sin clases por mรกs de dos meses. De hecho, un niรฑo nacido en Oaxaca en el aรฑo 2000 ha perdido cerca de un aรฑo de su educaciรณn (una quinta parte) por las huelgas de los maestros.
Estos paros no solo han afectado a los niรฑos oaxaqueรฑos sino a la sociedad mexicana en su conjunto. Ya que la oferta irregular e insuficiente de la educaciรณn pรบblica ha orillado mรกs y mรกs a ciertos padres a buscar la educaciรณn privada, la movilidad social de las clases baja y media baja ha declinado abruptamente. Los niรฑos que no pueden pagar la educaciรณn privada se rezagan aรบn mรกs. Aquellos que apenas pueden pagarla utilizan el precioso capital extra de sus familias. Las largas huelgas han provocado migraciones masivas. El actual cierre de Oaxaca quizรก las provoque de nuevo. De acuerdo con un estudio del antropรณlogo Jeffrey Cohen, autor de The culture of migration in Southern Mexico, el movimiento de maestros del 2006 en Oaxaca obligรณ a miles a hacer el peligroso viaje a Estados Unidos con el propรณsito de ganar el dinero necesario para pagar la educaciรณn privada de sus hijos o lograr que estos entraran al sistema educativo estadounidense. En resumen, la CNTE ha hecho gran parte del trabajo de Peรฑa Nieto. La mayorรญa de los mexicanos, muchos de los cuales luchan cada dรญa en la economรญa informal, se sienten en este momento bastante alejados del movimiento magisterial. Esos mexicanos piensan que la reforma educativa es una prioridad alta y un 69% desaprueba las acciones de los maestros. En Oaxaca, Morena โque ha manifestado su apoyo al sindicato de maestrosโ alcanzรณ un humillante tercer lugar en las รบltimas elecciones, por detrรกs de un candidato priista que hizo carrera fuera de la polรญtica oaxaqueรฑa y un aspirante impopular de la alianza PAN-PRD.
La razรณn es que, a diferencia de muchos partidarios de la izquierda que se han mostrado como efรญmeros turistas revolucionarios u opulentos habitantes de la capital oaxaqueรฑa, los mexicanos comunes conocen a los maestros. Saben que mientras sus hijos carecen de una educaciรณn normal y estรกn obligados a luchar por un trabajo, los hijos de los maestros ejercerรกn su profesiรณn sin ningรบn problema. Saben que los trabajos permanentes de los maestros les otorgan crรฉditos (y que, en ocasiones, terminan sirviendo para comprar automรณviles nuevos como los que se han visto obstruyendo las calles aledaรฑas al hotel subsidiado de los maestros en Oaxaca). Saben que a pesar de que los maestros principiantes reciben salarios bajos, si son sindicalistas leales, pueden ascender en la jerarquรญa de los salarios con bastante rapidez. Quizรก no conozcan las cifras exactas, pero pueden intuir que, a pesar de sus manifestaciones, muchos maestros no son, en comparaciรณn, pobres. (De acuerdo con la OCDE, los ingresos promedio de los maestros eran, en 2012, de dieciocho mil pesos al mes, aunque en el nivel bรกsico y las zonas rurales esta cifra sea mucho mรกs baja. En contraste, dos tercios de los mexicanos ganan menos que el salario nacional promedio al mes: 2,260 pesos. El empleo precario y la desigualdad econรณmica son vergonzosos, pero no afectan directamente a los maestros.) Y, a diferencia de los letrados de izquierda, que envรญan a sus hijos a costosas escuelas privadas, saben que la educaciรณn pรบblica mexicana necesita de algรบn tipo de reforma, aunque no por fuerza una privatizadora.
A pesar de la impopularidad de la CNTE y la disparidad entre los intereses de los maestros y los de la poblaciรณn en general, la izquierda mexicana ha apoyado en grupo el movimiento de los maestros. Para muchos, la movilizaciรณn de la CNTE se ha convertido en un sรญmbolo de resistencia ante el programa general de reformas de Enrique Peรฑa Nieto. El novelista Paco Ignacio Taibo II se ha pronunciado a favor de la Coordinadora, lo mismo el analista John Ackerman, que ha considerado los recientes movimientos gubernamentales parte de una โcontrainsurgenciaโ. Para los lรญderes de Morena, los maestros son las vรญctimas de la guerra de clases neoliberal instigada tanto por el Estado como por los medios de comunicaciรณn.
Del lado estadounidense no han faltado comentaristas que se han unido a la discusiรณn de manera bienintencionada. David Bacon, desde The Nation, dice que las estrategias gubernamentales recientes han constituido โserias violaciones de los derechos humanos y laboralesโ. Para Lynn Stephen, que escribiรณ a favor del movimiento de la APPO de 2006, las manifestaciones se centran en โla pobreza, la creciente desigualdad del paรญs y la impunidadโ. Esta manera de cubrir el movimiento de los maestros no es solo un espectรกculo aparte sino que tiene dos efectos cruciales. Por un lado, ha contribuido a cancelar cualquier debate sobre la evaluaciรณn educativa. Es posible que si la CNTE hubiera efectuado al menos un cambio interno (como suprimir la herencia de plazas) muchos habrรญan confiado en el sindicato para sugerir alternativas a las reformas. Pero la ciega adherencia de la izquierda ha respaldado el poder y la autoconfianza de la CNTE, permitiendo que las prรกcticas antidemocrรกticas continรบen mientras todos los crรญticos son repudiados como โsirvientes de la prensa amarillistaโ. Entre los canales de televisiรณn de derecha y los comentaristas de izquierda no hay un terreno comรบn. Asรญ como la poblaciรณn no alineada de la guerra sucia de Amรฉrica central y del sur, los ciudadanos mexicanos se encuentran atrapados entre lo que Jorge Ivรกn Puma Crespo ha denominado โlos dos diablosโ, un establishment neoliberal y una administraciรณn sindical corrupta e indiferente.
Es triste admitirlo pero la intransigencia de la izquierda es tambiรฉn una de las razones por las que las reformas de Peรฑa Nieto habrรกn de triunfar. Hace tres aรฑos, Peรฑa Nieto aprovechรณ la falta de modernizaciรณn en la paraestatal, pero tambiรฉn en alguna medida la impopularidad del sindicato petrolero, para hacer pasar las reformas de Pemex y una revisiรณn mucho mรกs daรฑina del artรญculo 67, sin que se desatara el descontento general. Ahora confรญa en una desaprobaciรณn similar para intentar aniquilar a la CNTE de raรญz.
La ceguera de la izquierda con respecto a los lรญmites de la CNTE resulta conocida. Ya en otros momentos claves de la historia de Mรฉxico, los activistas de la izquierda fracasaron a la hora de ganar apoyo para sus causas, a pesar de que las polรญticas del gobierno fueran ampliamente impopulares. Las huelgas de ferrocarrileros, en 1959, y de mรฉdicos, en 1965, se hicieron con poco apoyo del campesinado o de los trabajadores. Durante los aรฑos setenta y ochenta las guerrillas lideradas por estudiantes tuvieron poca aceptaciรณn popular. En 1968 y 1971 los residentes de los barrios de clase trabajadora llegaron incluso a ofrecerse como voluntarios para golpear a estudiantes que se manifestaban. La mayorรญa de los comentaristas atribuyen este pรฉsimo rรฉcord a la manipulaciรณn de los medios, la cooptaciรณn del gobierno y la violencia. Hay mucho de verdad en todo esto. Los diarios controlados por el gobierno demonizaban a los ferrocarrileros y a los estudiantes, retratรกndolos como extranjeros y comunistas. Los trabajadores que se inclinaban hacia la izquierda corrรญan el riesgo de perder su trabajo y de ser golpeados por soldados infiltrados y gente pagada por el gobierno.
Pero, despuรฉs de tantos fracasos, la izquierda debe compartir la culpa. Respirando el aire sofisticado de San รngel Inn y Coyoacรกn, los intelectuales de izquierda mexicanos se han quedado cortos para medir la temperatura de la opiniรณn pรบblica e interactuar con aquellos que no pertenecen a su clase social. Sobre todo desde los aรฑos setenta, cuando el gobierno mexicano destinรณ mucho dinero a las artes, las universidades y la Secretarรญa de Relaciones Exteriores, los intelectuales de izquierda, al igual que sus contrapartes de derecha, se han vuelto parte de la รฉlite. Como la mayorรญa de las รฉlites latinoamericanas, no toman transporte pรบblico ni frecuentan restaurantes populares ni envรญan a sus hijos a las escuelas pรบblicas. Mientras que las obras del difunto novelista Carlos Fuentes sobre la corrupciรณn de las รฉlites y la moralidad de la clase media son cortantes y precisas, su retrato de la clase trabajadora y de las costumbres indรญgenas se leen como una grosera parodia. (El Departamento de Estado de Estados Unidos, nada ajeno a la fulminante indiferencia hacia los marginados, concluyรณ que los escritos de Fuentes โrevelan indiferencia, casi desprecio hacia la crisis social y econรณmica del mexicano promedioโ.)
La distancia entre los intelectuales y la gente que quieren representar evita que haya un diรกlogo sostenido y constructivo, la creaciรณn de alianzas entre clases y el surgimiento de โintelectuales orgรกnicosโ (el tรฉrmino que utilizรณ Antonio Gramsci para designar a los intelectuales que hablan, de manera convincente, como parte de una clase social). Tambiรฉn conduce a burdas y destructivas medidas estratรฉgicas. Apoyar a trabajadores ferrocarrileros relativamente bien pagados a pesar de sus prรกcticas de trabajo descuidadas y la amenaza constante de los choques entre trenes era un suicidio polรญtico. Respaldar a mรฉdicos y guerrilleros tambiรฉn era poco popular. Y, aunque esto es algo que casi no se le puede decir a la izquierda que presume proceder del movimiento del 68, apoyar a estudiantes de clase media era igualmente impopular, por lo menos hasta los aรฑos setenta, cuando el Estado permitiรณ un acceso mรกs amplio a la educaciรณn superior.
Quizรก la izquierda mexicana, dividida entre la rebeliรณn y la cooptaciรณn, continรบe cayendo en la misma trampa, como una especie de Sรญsifo socialista. Quizรก haya algunas salidas. El subcomandante Marcos escribiรณ sobre cรณmo su confianza en los pueblos mayas lo forzรณ a abandonar su izquierdismo doctrinario, una conversiรณn que ayudรณ a los zapatistas a tomar decisiones sensatas, consensuadas e informadas. Quizรก diez aรฑos en la selva es pedir demasiado pero, si se quiere un resultado exitoso, los maestros deben encontrarse con los padres de familia a la mitad del camino.
En una entrevista reciente, Renรฉ Gonzรกlez Pizarro, miembro de la secciรณn 22, reconociรณ que habรญa problemas con la cรบpula del sindicato y subrayรณ la importancia de un amplio apoyo popular. Sin embargo, no propuso soluciones de largo alcance; se limitรณ a decir que estos problemas eran โdemasiado complejosโ. De hecho, no lo son. Para asegurar el apoyo popular, los maestros necesitan reformar las prรกcticas nepotistas y corruptas, escuchar y actuar a partir de las preocupaciones y los deseos de los padres y explicar las ulteriores consecuencias de las reformas en asambleas de verdad populares y democrรกticas, que estรฉn a nivel de la comunidad. En lugar de escuchar a compaรฑeros de viaje perorar reconfortantes, aunque cansinos, clichรฉs, los maestros podrรญan comenzar a entender que muchas de sus plataformas (incluyendo la continuaciรณn de las prรกcticas nepotistas de contrataciรณn y el rechazo a la enseรฑanza del inglรฉs) son muy impopulares. Solo entonces, interactuando y reaccionando ante la gente que dicen representar, los maestros y los intelectuales que simpatizan con ellos habrรกn creado una alianza efectiva contra las reformas de Peรฑa Nieto. ~
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Una versiรณn de este artรญculo fue publicada en Dissent.
Traducciรณn del inglรฉs de Roberto Frรญas.
Es lector de historia mexicana en la Universidad de Warwick. Su libro mรกs reciente es Dictablanda. Politics, work, and culture in Mexico, 1938-1968 (coeditado con Paul Gilingham), que saliรณ en 2014 en Duke University Press.