1.¿Escribir sobre lo público o lo privado?
Me preguntaría primero si esa lógica binaria tiene todavía el sentido que nos dijeron que debíamos darle el siglo pasado. Luego, si es así, escribir sobre la vida privada de lo público y sobre la vida política de lo privado. En lo posible, simultáneamente. Sino, el vértigo.
2. ¿Escribir de día o de noche?
De día, temprano de preferencia.
3. ¿Cuál es la obra literaria más sobrevalorada?
Obra individual, no sé, pero músculos de algunas tradiciones, muchos: un buen pedazo de la tradición argentina en los nombres de Macedonio Fernández y Witold Gombrowicz. De la mexicana, lo que bien se sabe ya aunque no se grite: varios de los libros de Carlos Fuentes y Octavio Paz. Un pedazo enorme también de la “sonora poesía universal cubana”, sobrevaloración por cuenta de las diligencias y los milagros de Roberto Fernández Retamar. Y así.
4. ¿Y la injustificadamente olvidada?
No sé si olvidada pero algo de injustificable hay en la poca lectura en América Latina de cada libro de Jorge Ibargüengoitia.
5. ¿La obra maestra que nunca ha leído y quizá ha dicho que sí?
En busca del tiempo perdido de Marcel Proust.
6. ¿Cuál es el secreto literario mejor guardado?
No lo sé.
7. ¿Hace daño el culto al escritor?
Un poco, sí. Haría menos daño si viniera acompañado de cierto culto al editor y al librero. En todo caso hace menos daño que el culto al “orden” y la “seguridad” que nos ofrece el Estado.
8. ¿Cómo reaccionaría si descubriera miles de copias piratas de sus libros en el mercado negro?
Intentaría averiguar quién dirige ese mercado negro y le pediría una cita para conversar.
9. ¿El Estado debe pagar para que los escritores escriban?
No en el sentido decimonónico, y menos en el sentido colonial, es decir, para recibir a cambio el favor de la palabra escrita en sus diferentes posibilidades. El Estado debe pagar para que coman y beban con juicio. Una sociedad debe ocuparse en generar un mecanismo de seguridad social para aquellas personas que hacen cualquier tipo de freelance.
10. ¿La “escritura creativa” puede aprenderse en un taller?
Esta pregunta solo se formula dentro de nuestra tradición latina. Eso la hace algo equívoca. Me interesa más la perspectiva anglosajona: ¿ese taller o maestría o pregrado o diplomado en escritura creativa está contribuyendo a la configuración de una industria cinematográfica, literaria, editorial; está dando acceso a la escritura profesional a la clase media; está dando acceso a la escritura a la gente en las cárceles; está dando acceso detallado a la pregunta por el acto de escribir a aquellos pedagogos que luego arman los Planes Nacionales de Lectura y Escritura y deciden el destino de la educación de millones de personas?
11. ¿Qué es un best-seller?
Algo de misterio. Algo de buen plan comercial. Algo de respaldo mediático asegurado. Una convergencia de suertes e intereses, supongo, qué voy a saber yo.
12. ¿Qué hábito envidia de otro escritor?
Los kilómetros diarios que dice correr Murakami.
13.¿Qué eslogan propondría para una campaña nacional de lectura?
"El riesgo es que te quedes dormido" (guiño especial para los consumidores de la publicidad de la aerolínea colombiana Avianca).
14. ¿Si fuera libro cuál sería?
El Kamasutra. Fácil.
15. ¿Cuál fue el primer libro que robó o debió haber robado?
No me acuerdo. Pero seguro debí haber robado más de lo que me atreví.
16. ¿Raya los libros?
Sí. Y aprovecho y le pido disculpas públicas a los amigos a los que les he devuelto libros rayados. No lo puedo evitar, es casi una compulsión patológica. Lo siento en serio.
17. ¿Con qué cliché literario se (le) identifica?
Un poco con el de la hipocondría.
18. Si estuviera en su poder ser obedecido como gobernante, ¿qué regla le impondría a los ciudadanos?
No se la impondría tanto a los ciudadanos como al Estado mismo, y es la siguiente: en materia de narcóticos o estupefacientes en vez de obedecer a la lógica del lobby armamentista planetario, “ofrecería” obedecer a la información construida y consensuada por médicos y científicos.
19. ¿Qué muerte célebre, de algún personaje real o de ficción, le gustaría tener?
Ninguna que tenga que ver con agua o con fuego. Ahora, entrados en gastos, no parece mal plan morir de una lanzada, de esas de La Ilíada después de llevar años en guerra cuerpo a cuerpo, declarando hazañas y procedencias, saqueando, bebiendo como loco.
20. Si este es su último aliento, ¿cuáles son sus últimas palabras?
¡Nooo pares!/ ¡Sigue, sigue!/ ¡Nooo pares!/ ¡Sigue, sigue!/
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Juan Álvarez (Colombia, 1978).
Estudió filosofía en la Universidad de Los Andes; en 2002 acudió a la Universidad de Texas para el programa bilingüe de creación literaria. Ganador del Premio Nacional de Cuento Ciudad de Bogotá 2005 y Premio de Ensayo Revista Iberoamericana 2010. Es colaborador de la revista colombiana Número.
Libros publicados: Falsas alarmas (IDCT, 2006) y C. M. no récord (Alfaguara, 2011)
En 2011, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara presentó 25 formas de leer el continente. La FIL los llamó los 25 secretos mejor guardados de América Latina.