Cada vez que los ciervos trapaleando
cruzaban Oklahoma
un gato de fuego se erizaba en su camino.
Dondequiera que fueran
cruzaban trapaleando,
hasta que giraban
en una súbita línea circular
hacia la derecha,
debido al gato de fuego.
O hasta que giraban
en una súbita línea circular
hacia la izquierda,
debido al gato de fuego.
Los ciervos trapaleaban.
El gato de fuego saltaba
hacia la derecha, hacia la izquierda
y se erizaba en su camino.
Luego el gato de fuego cerraba sus brillantes ojos
y dormía. ~
Versión del inglés de José Luis Rivas.
(Reading, Pensilvania, 1879-Hartford, Connecticut, 1955) le escribió al director de un periódico que iba a publicar unos poemas suyos: "Evíteme, por favor, la nota biográfica...