Tú sí dices: sangre aparte,
vida en ristre, ¿cómo divaga
el ritual de quererme?
Asta o quilla,
al margen de la arena
que imagino por no lastimarte
con el mar de mi más breve instinto
cuando caduca su fórmula de paisaje
en cuadro, ya lejos la ola,
y me pregunto si no ensordece
a alguien la lluvia aludida, la lluvia recesiva,
que no escarmienta ni fragmentada
por la memoria que le antepongo:
lluvia sin sesgo, involuntaria en medio
de otra historia, gana y pierde,
¿quién anda por afuera contigo
(la interpelo)
lloviendo como si hubiera otras gotas
y no éstas que guardo entre surcos?
Tú sí dices: ya es hora de irse,
hora de ayer, hora de mañana.
Pero quién la anuncia
si aún no hay alba de oro,
alba mirando en este mirlo
que me clausura con su pico
picando en la boca de ti.
Tú sí dices:
la pirueta de tu sombra en la casa cercana
no es nadie,
el brillo luciferino en la torre
no es nadie,
la rata cautiva entre ceja y luz
no es nadie.
Tú sí dices:
recala en la tierra;
durando más que el jirón de plástico
entre el suelo y un deslave
apenas discernible de pintura roja,
se embarra la pátina de mí al menos.
¿Giraste conmigo? Vertiendo saña
no se modula ningún rencor. Recuérdame:
hoy volverá a ocurrir mañana,
dices diciéndome otra cosa,
tu lengua suelta ya de tan bandida tu lengua,
¿que dónde pusiste la mía? ~
(ciudad de México, 1959) es poeta y ensayista. Por su libro 'Muerte en la rúa Augusta' (Almadía, 2009) ganó en 2010 el Premio Xavier Villaurrutia.