Hotel Good Luck

Protagonizada por Luis Gerardo Mรฉndez y dirigida y escrita por Alejandro Ricaรฑo, Hotel Good Luck es una obra que revela aspectos insรณlitos de la naturaleza humana.
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Como dramaturgo y director, Alejandro Ricaรฑo (Xalapa, 1983) ha logrado en aรฑos recientes establecer una carrera sรณlida, con un estilo muy personal y fรกcil de identificar. Existen vasos comunicantes entre —la que para mรญ es posiblemente su mejor obra hasta ahora —El amor de las luciรฉrnagas y su mรกs reciente puesta, Hotel Good Luck, que se encuentra en temporada en el teatro Milรกn, escrita a medida para y protagonizada por Luis Gerardo Mรฉndez, quien comparte escenario con Pablo Chemor y un piano.

La hermandad temรกtica entre dos obras que, salvo la firma, no parecerรญan tener nada en comรบn, consiste en que tanto en Luciรฉrnagas como en Good Luck lo extraordinario se manifiesta del modo mรกs natural en una existencia cotidiana. Asรญ pues, en la primera, la heroรญna se desdobla al escribir en una mรกquina misteriosa y pasa el resto de la obra persiguiendo a su dรถppelganger por dos continentes, llegando inesperadamente a encontrar el amor donde menos lo imagina; en esta, el protagonista tambiรฉn se desdobla —igual, mediante un enser domรฉstico con poderes sobrenaturales —esta vez entre universos paralelos, donde parece condenado a tener que enfrentar a la muerte de los suyos, una y otra vez.

Bobby Good Luck es un desencantado locutor de radio en algรบn punto de los aรฑos 70. Su programa, de muy reducida audiencia, intercala mรบsica con narraciones de anรฉcdotas extraรฑas e inexplicables. El personaje, al principio, no tiene mucho que nos garantice el deseo de pasar la prรณxima hora y media en su compaรฑรญa —su aspecto calculadamente hipster, voz indolente, un personalรญsimo azote convertido en pose —sin embargo, Mรฉndez consigue hacer de esta creaciรณn de Ricaรฑo un ser tan cรณmico como patรฉtico sรณlo con un cambio de inflexiรณn en su voz. El subterfugio funciona. Como la Alicia de Carroll, Bobby Good Luck (y toda su familia de excรฉntricos, que tendrรญan lugar cรณmodamente en alguna genealogรญa de Wes Anderson) hace que lo sigamos al otro lado del espejo, para ver y revivir, mediante el principio de simultaneidad, la muerte de sus padres, de su ex novia, de su perro, de su mejor amigo y cรณmplice (Chemor, que convence como compaรฑero de aventuras en sus breves intervenciones) para volver a su existencia y reincidir en la tragedia, mostrรกndonos asรญ la propuesta que Ricaรฑo ha citado textualmente: “La muerte es absurda y ridรญcula”,  y con esta obra busca perder el miedo intrรญnseco que le tenemos.

Luis Gerardo Mรฉndez ha demostrado que es mucho mรกs que una moda pasajera: si bien los niveles de fama y notoriedad que alcanzรณ con Nosotros los Nobles y aparecer posteriormente como chico de portada en revistas y todo tipo de campaรฑas publicitarias pudo haber saturado su imagen, ha conseguido dar un balance a su carrera, con proyectos de alto perfil —la serie de Netflix Club de Cuervos, por ejemplo —con cosas mรกs personales.  Es asรญ que Ricaรฑo crea esta obra para รฉl y juntos exploran voces y posibilidades.

Como plataforma, es claro que el autor hace referencia a dos elementos: un cartรณn atribuido a Carl Schulz, que ha adquirido gran popularidad a modo de meme de internet, en que Charlie Brown y Snoopy contemplan un lago y seรฑalan que un dรญa todos moriremos, pero todos los demรกs no (la autorรญa de este meme ha sido muy discutida y si bien es posible que Schulz haya hecho el dibujo, muchos aseguran que la frase no es suya), y la cรฉlebre pelรญcula de Harold Ramis Groundhog Day (1993) en la que Bill Murray, como un pedante meteorรณlogo de TV, se ve obligado a revivir, a manera de espiral infinita, el mismo dรญa en el mismo pueblo.

Aunque hay muchas mรกs referencias y alusiones en la obra, รฉstas dos sirven para dar la forma necesaria y el tonopara contar la historia tal como es; Ricaรฑo tiene astucia y un hรกbil manejo del lenguaje: su capacidad para crear escenas que sรณlo se describen con palabras, y de este modo transportar la imaginaciรณn del espectador a escenarios mรกs allรก del presentado, es sumamente efectiva. Mรฉndez se presta para las necesidades de su director y con solvencia crea e interpreta รฉl mismo las voces de quienes conforman el mundo de Bobby Good Luck, haciendo que  el espectador se involucre y lo siga hasta el รบltimo cuadro, que lo mismo hace sonreรญr, o deja un nudo en la garganta.

El Hotel Good Luck estรกen todas partes y en ninguna a la vez; es otra de las creaciones de un dramaturgo brillante —Ricaรฑo lo sabe muy bien, y รฉste no ha sido un tรญtulo otorgado a la ligera —que se despoja de sus capas para mostrar aspectos insรณlitos de la naturaleza humana. La ejecuciรณn es sรณlida y la escenografรญa de Sergio Villegas, de sutil complejidad, es el complemento para que el miedo a la muerte, que es el mรกs acendrado en el hombre, se disuelva con candor. Ciertamente, esta obra es un gusto adquirido, igual que toda la obra de su autor, mas quienes crucen el umbral con la intenciรณn de seguirle el juego, encontrarรกn mucho quรฉ disfrutar.

 

(Hotel Good Luck, escrita y dirigida por Alejandro Ricaรฑo, con Luis Gerardo Mรฉndez y Pablo Chemor. Escenografรญa e iluminaciรณn de Sergio Villegas, Producciรณn de Ink Teatro, en el Teatro Milรกn hasta Enero 10)

 

 

 

 

 

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Miguel Cane (Mรฉxico DF, 1974) Es novelista y periodista cinematogrรกfico. Su mรกs reciente publicaciรณn es el inclasificable "Pequeรฑo Diccionario de Cinema para Mitรณmanos Amateurs".


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