Santos Juliรก (Ferrol, 1940) y Jordi Gracia (Barcelona, 1965) han dedicado aรฑos, esfuerzo y talento a explicar la historia polรญtica y cultural del siglo XX en nuestro paรญs. En sus libros de perspectiva mรกs general estรก presente la mirada biogrรกfica, a menudo combinada con el retrato generacional. Y tambiรฉn, por supuesto, en sus acercamientos a algunos personajes fundamentales, por su influencia, sus contradicciones, sus รฉxitos y sus fracasos, como Vida y tiempo de Manuel Azaรฑa (Taurus, 2008) y Camarada Javier Pradera (Galaxia Gutenberg, 2012) de Juliรก, o La vida rescatada de Dionisio Ridruejo (Anagrama, 2008) y Josรฉ Ortega y Gasset (Taurus, 2014) de Gracia, que estรก escribiendo una biografรญa de Miguel de Cervantes.
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Durante buena parte del siglo XX, la academia desdeรฑรณ la biografรญa. Por un lado, serรญa un gรฉnero conservador desde el punto de vista de la construcciรณn del sujeto. Por otro, ignorarรญa las fuerzas impersonales de la historia, los condicionantes econรณmicos, sociales. ¿En quรฉ medida comparten esas crรญticas?
GRACIA: Desde el punto de vista de la crรญtica literaria, la mirada biogrรกfica estaba en pleno descrรฉdito hace treinta o cuarenta aรฑos, como si fuera un modo de acceder a la literatura torticero, tramposo, subjetivista. Esas tonterรญas inmensas y solemnes servรญan para compensar aproximaciones exageradamente biografistas a las obras literarias. Ahora se acepta que las biografรญas son necesarias para contar el relato colectivo. No basta con ellas, pero sin ellas no hay modo de imaginar historiogrรกficamente los periodos, los conflictos, los choques de intereses. Estamos en un momento de equilibrio y en una resurrecciรณn del prestigio de la biografรญa como un elemento absolutamente noble de la historiografรญa y no meramente auxiliar o instrumental.
JULIร: Dentro de la historia polรญtica, se habรญa insistido en los llamados grandes hombres. Luego, la historia econรณmico-social desacreditรณ esa tendencia. Su objetivo era explicar grandes procesos y estructuras, y en ese contexto la biografรญa tenรญa nulo interรฉs. Se debiรณ en buena medida a la influencia de la Escuela de los Annales, pero tambiรฉn de la escuela marxista. No de la britรกnica, que siempre prestรณ atenciรณn a las vidas de la gente corriente. Un gran historiador marxista britรกnico como E. P. Thompson escribe La formaciรณn de la clase obrera en Inglaterra, pero antes habรญa hecho la biografรญa de William Morris. El interรฉs no se mantuvo tanto en la historiografรญa continental. Si buscas la explicaciรณn de los grandes procesos no prestas atenciรณn a las biografรญas individuales. Por ejemplo, observabas la transiciรณn del modo de producciรณn del feudalismo al capitalismo. Se hablaba mucho de revoluciรณn burguesa, pero no aparecรญa ningรบn burguรฉs. Todo eran fuerzas impersonales.
GRACIA: En tรฉrminos de filologรญa o crรญtica literaria, el paralelo es el predominio del texto. El analista debe fijarse รบnicamente en este y no en la historia, el contexto o la biografรญa del autor. Leรญamos los textos como si fueran cosa del Espรญritu Santo, no de un sujeto metido en conflictos, de cierta edad, como si todo eso no importara. Hay un paralelismo que sin duda se debe a la pretensiรณn cientรญfica de las humanidades, a la idea de que asรญ harรญamos ciencia de verdad.
JULIร: Es cuando la historia se considera una ciencia social. Aunque Marx le dio mucha importancia a Luis Bonaparte, posteriormente la historiografรญa marxista mรกs consolidada no prestaba atenciรณn a la acciรณn de sujetos individuales. Hay una reflexiรณn de Trotksi sobre la Revoluciรณn rusa, donde se plantea quรฉ habrรญa ocurrido si Lenin no hubiera existido. ¿Es Lenin quien hace la revoluciรณn? Cuando Lenin dice en el Comitรฉ Ejecutivo que hay que tomar el Palacio de Invierno, es un momento clave. Trotski dice: Si no hubiera estado Lenin, otro habrรญa hecho el papel de Lenin. Ese otro estarรญa igualmente determinado por las fuerzas sociales. No es su acciรณn. รl es solo un instrumento de una fuerza que actรบa mรกs allรก de su voluntad. Pero es curioso: en 1990 dediquรฉ un primer libro a Azaรฑa, por impulso de Javier Pradera. No era una autรฉntica biografรญa: era Azaรฑa en la Repรบblica, se trataba de contar ese periodo histรณrico a travรฉs de Azaรฑa. Es decir, la biografรญa para mรญ tampoco tenรญa gran interรฉs en ese momento. Solo cuando recopilรฉ sus Obras completas me decidรญ a hacer la biografรญa de verdad, desde que nace hasta que muere.
GRACIA: El desprestigio del gรฉnero ha impedido que los editores se lo tomaran en serio. Una biografรญa novedosa requiere mucho dinero: hay que financiar un proceso largo y caro de exploraciรณn de nuevos archivos, lugares, testimonios, supervivientes, familiares. Y ahรญ estamos todavรญa lejos del mundo anglosajรณn, de biografรญas como las de Gibson, la de Preston sobre Franco, que estรกn pensadas y financiadas de otro modo.
JULIร: Este fenรณmeno ocurrรญa en los aรฑos setenta, ochenta y noventa, tanto en la biografรญa literaria como polรญtica. Luego llegaron el “retorno del sujeto”, el giro hacia lo subjetivo, la apariciรณn de nuevos actores, la importancia de las identidades. Siempre se habรญa escrito biografรญa, pero en este siglo la densidad de producciรณn se vuelve realmente importante. Hace no mucho, cuando alguien que no sabรญa que ese aรฑo se habรญan publicado unas cuantas biografรญas notables preguntรณ a Ian Gibson por quรฉ la tradiciรณn del gรฉnero era dรฉbil en Espaรฑa, Gibson respondiรณ: ¿Quรฉ espaรฑol dedica cinco aรฑos a otro espaรฑol? Los espaรฑoles son muy egoรญstas y no se dedican a las vidas de los otros.
Es casi un lugar comรบn decir que la tradiciรณn biogrรกfica en castellano no es comparable a la francesa o la britรกnica.
JULIร: Tambiรฉn se dice mucho de la autobiografรญa, a lo que ahora llaman la literatura del yo. Y luego te pones a contar y te empiezan a aparecer autobiografรญas magnรญficas en el XIX. Lo que no creo es que haya tenido un estatus acadรฉmico importante.
GRACIA: Ha habido una desidia hacia esos gรฉneros que ahora se han restituido. La producciรณn ha crecido sustancialmente. En los รบltimos cuarenta aรฑos ha habido una toma de conciencia de autores y de intรฉrpretes, tanto en la biografรญa como en la autobiografรญa. La lista es considerable y eso es un tรณpico que deberรญamos exterminar, especialmente para los รบltimos cincuenta aรฑos, que no son pocos.
JULIร: Hay una explosiรณn de literatura autobiogrรกfica justo a la muerte de Franco, conducida por Planeta y Rafael Borrรกs, que en la colecciรณn Espejo de Espaรฑa pide autobiografรญas a todo el mundo. Hay muchas autobiografรญas polรญticas.
GRACIA: Ahora mismo no hay poeta o escritor capaz de colocar dos mil ejemplares de un libro suyo que no haya hecho su autobiografรญa, su diario personal. Forma parte ya de las rutinas de un escritor. Lo que en Francia sucedรญa con naturalidad durante todo el siglo ya ocurre en Espaรฑa. Pensemos en Caballero Bonald, en Juan Goytisolo, en Carlos Barral, en Umbral escribiendo libros autobiogrรกficos que ahora llamarรญamos de autoficciรณn, en Pla.
JULIร: O en Castilla del Pino y Sagarra. Hay escritura autobiogrรกfica y muy buena. La historiografรญa francesa ha dado buenas biografรญas, pero la Escuela de Annales es francesa y despreciรณ el gรฉnero hasta la segunda y tercera generaciรณn, con Le Goff o con Duby. Al principio desdeรฑaban tambiรฉn el acontecimiento: una batalla no era nada en el gran proceso del paso del feudalismo al capitalismo. Mรกs tarde lo convirtieron en centro. Aquรญ la biografรญa alcanza un buen estatus acadรฉmico recientemente.
GRACIA: En el รกmbito literario ha habido muchas biografรญas de escritores sobre escritores. Eso ha tenido una cierta presencia comercial. Fue la salida que encontrรณ el sistema ante la dificultad de programar y financiar biografรญas acadรฉmicas, una actividad que por otra parte no tenรญa ningรบn crรฉdito y no te servรญa de nada en tu carrera acadรฉmica. Ha existido la biografรญa como gรฉnero de escritores, en su faceta de ensayistas. Y habรญa cierto pรบblico: pensemos en las de Gรณmez de la Serna, de Rosa Chacel, en las que pone en marcha Ortega, en Sebastiรกn Juan Arbรณ con su Cervantes, en Jarnรฉs, en Umbral con Lorca, Larra y Valle-Inclรกn. Cuando quiere abordar la Guerra Civil, Trapiello lo hace a base de minibiografรญas, trenzadas evidentemente, en Las armas y las letras. Sรญ ha formado parte del oficio de escritor mรกs allรก del รกmbito acadรฉmico. El interรฉs por las vidas de los escritores ha existido.
¿En quรฉ se diferencia la prรกctica de los dos gรฉneros?
GRACIA: El modo es claramente narrativo, no analรญtico. Cuando estรกs leyendo y tomando notas, lo percibes. Todas las notas van a un trenzado narrativo, porque como la parte histรณrica se supone que ya la sรฉ, ya la meterรฉ, ya irรฉ haciendo que aparezca. Pero no es igual que narrar un proceso ideolรณgico, un fenรณmeno o una corriente de pensamiento, un conflicto de ideas.
JULIร: Yo tengo una experiencia corta: Azaรฑa, una dรฉcada de Javier Pradera, un trabajo sobre Largo Caballero. Me animรฉ a escribir la de Azaรฑa porque siempre se habรญan atribuido sus decisiones polรญticas importantes a una cuestiรณn de carรกcter. Se vinculaba que aceptara la presidencia de la Repรบblica en 1936 a la cobardรญa. La polรญtica con respecto a la Iglesia se debรญa a que era un rencoroso, al resentimiento infantil. Me importaba reconstruir el proceso de toma de decisiรณn polรญtica con razones polรญticas. Entonces, las cosas cambian. Si miras la vida de Azaรฑa, ves que tiene una muy buena relaciรณn con Prieto. Entiende que los republicanos no pueden seguir solos en el gobierno y que si se hace un gobierno de coaliciรณn el presidente del gobierno debe ser un socialista. El objetivo era dar una explicaciรณn polรญtica. Querรญa reconstruir el margen de decisiรณn que tiene el polรญtico en una determinada situaciรณn. ¿Por quรฉ eligen a Negrรญn en el 37? Una explicaciรณn, que todavรญa se oye, es que Azaรฑa es prisionero de los comunistas y no tiene otro remedio que doblegarse y nombrar al mรกs cercano de los comunistas, que era supuestamente Negrรญn. Pero desde el punto de vista biogrรกfico ves que Azaรฑa tiene capacidad de cierta intervenciรณn polรญtica: ¿quรฉ puede elegir? No puede ser un comunista o un anarquista, ni un socialista de los de Largo Caballero. Lo que me interesaba era, frente a la determinaciรณn, destacar el margen de responsabilidad, de iniciativa. Devolver a la polรญtica, al anรกlisis o la narraciรณn polรญtica, la capacidad del individuo para elegir en un momento determinado incluso en las peores circunstancias. La biografรญa polรญtica debe destacar que no todo se reduce a la cultura polรญtica ni a cuestiones determinadas por el carรกcter del individuo, ni siquiera a la situaciรณn embrollada en la que estรก y parece no dejar mรกs que una salida. Siempre hay mรกs de una salida. Ahรญ actรบa el individuo sobre el que escribes. Como biรณgrafo, le devuelves su libertad de acciรณn.
GRACIA: Me pasรณ todo lo contrario con Ortega. Me di cuenta de que lo que faltaba era la motivaciรณn personal para gran parte de sus decisiones, en tรฉrminos filosรณficos o literarios. Lo que echaba de menos en otras biografรญas de Ortega era la motivaciรณn personal. No veรญa, por ejemplo, que se explicara que en determinados momentos el rencor era un motor de sus acciones. Habรญa que humanizarlo. No era una mรกquina que flotara abstractamente por la filosofรญa y la polรญtica. Era un hombre con motivaciones personales. Eso no significa que yo creyera que la biografรญa intelectual de Ortega hubiese de fundarse exclusivamente sobre bases personales, pero echaba de menos en otros libros esos elementos de carรกcter personal donde puedes adivinar al sujeto. Cuando se pone muy violento contra las masas en el aรฑo 21 รณ 22, hay un resentimiento personal. Lleva tres aรฑos militando, ha fundado El Sol, dedica su tiempo a redactar entre dos y tres editoriales y artรญculos semanales. El hartazgo y la ira le salen, y escribe Espaรฑa invertebrada.
JULIร: Yo reacciono contra el estereotipo. La manera de descalificar una polรญtica a base de encontrar un gran culpable de todo. Es una reacciรณn que me da la proximidad al personaje. En la historia, como ves un proceso terminado, hay una proclividad a ver una razรณn รบltima: la determinaciรณn econรณmica en รบltima instancia, que decรญa Engels. Ahora hay una determinaciรณn casi cultural. Tรบ construyes una cultura polรญtica y los sujetos actรบan porque tienen esa cultura polรญtica, esa identidad. ¿Quรฉ te da la biografรญa? Muestra que, incluso en una cultura polรญtica fuerte, como de la que salen los militantes y la organizaciรณn de eta, donde se podrรญa pensar que cada uno estรก totalmente identificado con el colectivo y los mรกrgenes de acciรณn son los del colectivo, y cada tornillo es una pieza de la maquinaria, siempre queda una esfera donde el individuo toma la decisiรณn.
GRACIA: Y el tiempo. El chaval de veinte aรฑos no es el hombre de cuarenta. En el caso de La vida rescatada de Dionisio Ridruejo pretendรญa cubrir veinte aรฑos de la biografรญa de un seรฑor que no existรญan. Naturalmente que habรญa sido fascista, superfascista, pero le quedaban veinte aรฑos de vida despuรฉs de aquello. Si no reconstruรญamos eso estรกbamos siendo injustos a la hora de evaluar no a un sujeto cualquiera sino a un sujeto que podรญa encarnar la peripecia de muchos otros que tambiรฉn actuaron con la libertad suficiente como para salir del propio nรบcleo protector, de la propia familia ideolรณgica. Aunque su familia siguiera allรญ, que era lo que pasรณ a Ridruejo, pero tambiรฉn a Miguel Sรกnchez-Mazas. Una biografรญa sirve para contar esos procesos de trรกnsito, de maduraciรณn personal.
JULIร: Te permite tambiรฉn dar cuenta de la complejidad de cada sujeto. Uno puede haber sido fascista y haber devenido demรณcrata.
GRACIA: Y si no lo entendemos no entendemos nada de Espaรฑa.
JULIร: Puede ocurrir, sobre todo con sociedades que se han dividido radicalmente. Recuerdo haber hablado con colegas sobre una biografรญa de una persona de esa generaciรณn. Decรญa yo: Este seรฑor tiene escritos fascistas del aรฑo 40, 41, en Arriba. Me decรญan: Buscar eso es de carroรฑeros. No, decรญa yo, es explicar quรฉ han sido nuestros maestros y quรฉ hemos sido nosotros. No se puede explicar la trayectoria intelectual de dos generaciones importantes en la configuraciรณn de la cultura y la polรญtica si no sabemos de dรณnde viene eso y cรณmo hemos llegado hasta aquรญ.
GRACIA: Es curioso, eso pasa en la derecha y en la izquierda. Ir a destapar si el pce sacrificรณ vidas humanas no es de carroรฑeros, es el trabajo del historiador: contar lo que pasa de verdad.
JULIร: Contar el proceso individual y contar cรณmo –por decisiones personales, en unos casos mรกs arriesgadas que en otros– gente que parecรญa determinada a ser siempre una cosa fue algo distinto en otro tiempo. La biografรญa es importante, y las biografรญas intelectuales o de generaciรณn son importantes, en la medida en que suprimes cualquier sombra de determinaciรณn de cada sujeto por el medio, el clima, el ambiente, la cultura. Siempre queda otra posibilidad y el rescate de esa posibilidad da valor al sujeto.
Otro de los desafรญos de la biografรญa es encontrar la forma de abordar la intimidad.
GRACIA: En los รบltimos treinta aรฑos hemos cobrado libertad para hablar de las vidas de los demรกs y, por tanto, sin el pudor ni el miedo a delatar pasados culpables que puedan perjudicarte como biรณgrafo, analista o historiador. Podemos escribir exactamente igual que un biรณgrafo inglรฉs que, si quiere decir que este seรฑor era homosexual, lo cuenta y ya estรก. ¿Se enfadarรกn? Claro que sรญ. Pero uno no tiene la sensaciรณn de estar incurriendo en culpabilidad. Hemos ido perdiendo el miedo a la singularidad, a la multiplicidad de sujetos que somos cada uno de nosotros. Somos mรกs veraces como sociedad, frente a lo que parece. Es una sociedad menos quebradiza, menos hipรณcrita, mรกs capaz de asumir que todos estamos llenos de taras. Este nivel de conquista de veracidad no formaba parte de este paรญs, entre otras cosas por razones potentรญsimas de influencia catรณlica.
¿Cรณmo cambia la valoraciรณn del personaje cuando se escribe una biografรญa?
JULIร: Cometรญ un error en mi primer acercamiento porque me fiรฉ de lo que decรญa Azaรฑa: que no habรญa tenido una biografรญa polรญtica hasta la llegada de la Repรบblica. El trabajo para la ediciรณn de las Obras completas me mostrรณ discursos y artรญculos que no estaban en la ediciรณn anterior de Marichal. Aquello me dio una nueva dimensiรณn polรญtica de Azaรฑa que no aparecรญa en sus diarios ni en lo que otros habรญan escrito sobre รฉl, donde lo importante era despuรฉs de 1930. Azaรฑa era un desconocido, segรบn el estereotipo. Pero en realidad estaba en el centro de la vida polรญtica madrileรฑa desde el aรฑo 13. Todo el mundo pasaba por el Ateneo, estuvo en la revista Espaรฑa, en Alianza Republicana, en el Partido Reformista. Uno de los objetivos era la reconstrucciรณn de la vida profesional de Azaรฑa, que elimina el estereotipo del desconocido que de pronto asalta el poder. Tambiรฉn cambiรณ mi idea de su actuaciรณn durante la guerra. Si lees algunas historias canรณnicas, Azaรฑa desaparece en julio del 36. Pero es el presidente y toma decisiones fundamentales: nombrar a Negrรญn, buscar una posible salida, debatir con los embajadores francรฉs y britรกnico en relaciรณn con la actuaciรณn de Inglaterra y Francia; el aรฑo del exilio. Eso me lo dio el trato con la obra de Azaรฑa no publicada. Falta por editar la correspondencia. De รฉl queda muy poco, pero serรญa interesante hacer una ediciรณn de las cartas que recibiรณ.
GRACIA: En mi caso supuso descubrir al Ortega minucioso y ordenado en la obra completa, terminada. El รบltimo tomo tiene una estupenda cronobiografรญa que permite ordenar por fin la escritura y publicaciรณn de su obra. Los libros que hemos leรญdo son de fechas muy distintas. Hasta que no hemos tenido toda esa ordenaciรณn de los textos no hemos podido saber quรฉ estaba pensando, escribiendo y leyendo en cada momento. Eso ha permitido entender a un sujeto que va afrontando horizontes, proyectos y ambiciones vinculados a su vida real pero incomprensibles si lees sus libros tal como aparecieron, ya que no se corresponden al orden biogrรกfico real. Mi sensaciรณn era que eran libros que flotaban, autรณnomos, no hechos por un sujeto real, sino por un orรกculo o un filรณsofo. Pero son la obra de un hombre. Y, por otra parte, estรก el maravilloso epistolario de la Fundaciรณn Ortega y Gasset. Hay muchas cartas de รฉl porque Soledad Ortega pidiรณ a muchos corresponsales las cartas de su padre. Sale un Ortega muy potente, en tรฉrminos propositivos y reflexivos. Muy poco รญntimo, salvo en el caso de la condesa de Bulnes, donde se rompe sentimentalmente y se enamora. Eso es un documento que estaba allรญ, revisado, mecanografiado. Si no ibas al documento original no veรญas de quiรฉn estaban hablando, solo estaban las iniciales. Todo eso te ofrece la sensaciรณn de estar ante un sujeto que escribe, piensa, moviliza. Al final te dices: ya sรฉ cรณmo es este tipo.
Han hablado antes de las biografรญas generacionales o colectivas. ¿Quรฉ les interesan de ellas?
GRACIA: Tanto Santos como Josรฉ-Carlos Mainer o yo hemos trabajado siempre teniendo en cuenta que habรญa biografรญas detrรกs de todo lo que estudiรกbamos desde la perspectiva de los relatos colectivos que contรกbamos. Por supuesto que tenemos en cuenta que hay una biografรญa; hacemos microbiografรญas para situar al lector: existen esos intereses personales, esos recelos, esas competencias. La perspectiva biogrรกfica ha sido una mรกs de las herramientas de la historia polรญtica o cultural.
JULIร: En Historias de las dos Espaรฑa presentaba parte de las vidas de los protagonistas. Utilizo el tรฉrmino generaciรณn en un sentido amplio. Hay lenguajes generacionales, vidas conjuntas. En el momento en el que, como personaje pรบblico, te sientes cercano o incluso similar, existen grupos generacionales. Para dar cuenta de eso es necesaria la biografรญa o al menos trazos biogrรกficos de cada cual. Puede parecer mรกs o menos trivial, pero a lo mejor te da la marca de esos individuos. Y eso te los convierte en biografiables como grupo.
GRACIA: Si la nociรณn de generaciรณn se utiliza dogmรกtica o mecรกnicamente, deja de ser รบtil. Pero no lo es detectar ese aire de familia.
Bernard Crick, en su biografรญa de Orwell, habla de dos tentaciones: por una parte, la tentaciรณn del novelista. Y por otra, la del historiador que se limita a registrar empรญricamente los datos.
JULIร: En una biografรญa histรณrica, lo histรณrico pesa mucho. Lo que cuentas estรก documentado. Cรณmo lo cuentas, quรฉ conexiones estableces, etcรฉtera: todo eso depende del autor. Pero acerca de lo que tรบ cuentas, tu pacto con el lector es que lo que estรกs contando no admite ni un guiรฑo a lo literario-novelesco, digamos.
GRACIA: A la ficciรณn, mรกs bien.
JULIร: Sรญ, exacto. Aunque en algรบn momento te gustara. La narraciรณn documentada tiene un lรญmite en la representaciรณn. No puedes, a travรฉs de unos documentos que te dicen una cosa, representar otra. El novelista es mรกs libre en ese sentido, aunque escriba una novela biogrรกfica, porque su pacto es diferente. El lector sabe que va a leer una biografรญa, pero que el autor puede haber creado escenas para darle ritmo, personajes inexistentes, porque tiene licencia para ello. No tiene que ver esto con que no te transmita un retrato veraz del sujeto. Pero yo no puedo inventar que Azaรฑa ve a no sรฉ quiรฉn para destacar un elemento de mi personaje real.
Mรกs que de eso, se trata de la decisiรณn de dar una relevancia mayor a un episodio, a emplear una anรฉcdota determinada.
GRACIA: Son decisiones del biรณgrafo, literario-novelescas, de artificio narrativo, tรฉcnico. Como biรณgrafos decidimos: Este es un momento clave. Y el texto lo ha de mostrar. Podemos conjeturar. ¿Fue tan decisivo este momento como parece? ¿Tenemos datos que permitan esclarecerlo?
JULIร: Son maneras de contar. Yo no intervengo nunca haciรฉndome una pregunta a mรญ mismo. El biรณgrafo nunca aparece con su yo, en mi opiniรณn. El lector no necesita una llamada de atenciรณn del biรณgrafo. Si se trata de un momento clave, es tu relato el que lo tiene que mostrar.
¿Quรฉ importancia tienen el tono y la forma de la biografรญa que se va a escribir? ¿Quรฉ libertad se conceden para elegirlo?
GRACIA: Las biografรญas publicadas en los รบltimos treinta o cuarenta aรฑos han mejorado sustancialmente en tรฉrminos de calidad literaria, porque sabemos que ya no estรกs en duda si no pones notas a pie de pรกgina cada dos por tres, si no citas literalmente en cada pรกgina. Tienes la autoridad o el crรฉdito de que vas a ser fiable y no te vas a inventar las cosas. Tenemos asentada la conciencia de que la biografรญa es un gรฉnero respetable y quienes la hacen tambiรฉn. Hay una libertad mayor.
JULIร: Al oรญrte hablar de la confianza que ya hemos merecido, pienso en el ensayo, en la idea de: Sรฉ mucho de esto y os lo voy a contar.
GRACIA: Ahora, cuando escribo la vida de Cervantes, quiero que la biografรญa sea lo mรกs narrativa posible y que la interpretaciรณn de la obra forme parte del relato biogrรกfico. En todo caso, podemos practicar las dos modalidades. Es normal que quienes no somos escritores literarios empecemos por textos acadรฉmicos. Pero a estas alturas, si alguien me tiene manรญa en la universidad, me seguirรก odiando aunque ponga notas.
JULIร: El biรณgrafo ha conquistado una libertad. Sin llegar a lo de Stefan Zweigย
GRACIA: ¿Por quรฉ no? Echenoz, por ejemplo, tiene Correr, una maravillosa biografรญa novelada de Zatopek, contada en ciento veinte pรกginas y en la que hace lo que le da la gana. Lo podrรญamos hacer nosotros pero, como tenemos la formaciรณn que tenemos, nos cuesta mucho mรกs. Buena parte de las novelas de Cercas, y eso sin duda explica una porciรณn de su รฉxito, estรกn basadas en biografรญas. Desde Soldados de Salamina a El impostor, ¿quรฉ son sus libros sino biografรญas muy bien narradas e interpretadas, que analizan los momentos claves de una manera borgiana? Emmanuel Carrรจre hace eso, y tambiรฉn Martin Amis en Koba el Temible. Yo no puedo. Pero creo que las biografรญas de los รบltimos veinte aรฑos son de gente que ha conquistado una libertad, de escritores que no pueden ser Martin Amis, pero sรญ salir un poco del esquema supuestamente obligado. En la que escribiรณ Jordi Amat sobre Ramon Trias Fargas, hay un capรญtulo montado a base de fragmentos de un diario. Lo mรกs inteligente era darle la voz a un texto inรฉdito, del propio Trias Fargas. Cambias la tรฉcnica, pero no pasa nada.
JULIร: Yo soy mรกs clรกsico. Pero hemos ganado una pluralidad de acercamientos, adecuรกndolos tanto al biografiado como a quien lo cuenta. Y eso sรญ es una conquista.
GRACIA: Hay un mercado. Hay un editor que paga por ese libro. Y eso es porque hay lectores.
¿Cรณmo usan la biografรญa y las autobiografรญas anteriores?
GRACIA: Miro con recelo al biรณgrafo anterior, y no digamos al autobiรณgrafo. A los biรณgrafos anteriores tienes que utilizarlos. Pero empiezo de cero, como si no hubiese biografรญa anterior alguna.
JULIร: Debes conocer lo que se ha escrito sobre el personaje. Forma parte de la deontologรญa. Si no, a lo mejor vas a descubrir un Mediterrรกneo y hacer el ridรญculo. Con Azaรฑa tenรญa una ventaja. Los biรณgrafos que no han hablado de รฉl con รกnimo de atacarlo han sido los menos. Hay cosas muy bonitas, como Los que lo llamรกbamos don Manuel, de Josefina Carabias; Aldo Garosci me resultรณ รบtil. Pero la mayor parte de las biografรญas de Azaรฑa eran hostiles, destinadas a mantener el estereotipo. Debes conocer los destellos que te iluminen y que han tenido otros autores, no para que te marquen tu camino sino para enriquecer tu visiรณn.
GRACIA: La fase siguiente es volver a leer todo aquello que es material primario. Leรญ las diez mil pรกginas de Ortega para escribir la biografรญa. Con Cervantes hago lo mismo. Tu mundo cambia. Me da igual lo que haya dicho Canavaggio o Astrana Marรญn. Yo ya sรฉ lo que voy a decir. Ese instante, en el que sabes que vas a escribir la biografรญa que quieres, es un gran momento. ~
(Barcelona, 1965) es catedrรกtico de literatura espaรฑola en la Universidad de Barcelona. En 2011 publicรณ El intelectual melancรณlico. Un panfleto (Anagrama).