Los pasajeros sueñan (fragmento)

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se derrumbaron los horizontes mientras cientos de gatos huían, varios hambreados les vieron otra cara, mala semana sin bocado, cuando entró la noche hubo comida, se firmó la paz y después de cada plato enviamos la bendición para el Norte, ya no quisimos robar ni una sonrisa de la calle que igual intimidaba todavía, del viento se hizo gran despojo, a puro aire se viviría sin miedo, alto precio, no queríamos pasar otra noche llorando sangre, es como agua para nuestras cerámicas, con tanta remesa se vino la construcción deste muñeco parecido al amor que fue a perderse, sí, los besadores insisten, vestidos de negro se iban a relamer nuestras heridas, no les importó la voluntad porque estos lodazales no sudaron la fuerza que usaríamos pa’ defendernos, hombres malos y teñidos, por entre las patrullas nos seguimos amando hasta que se tomó la decisión d’escaparnos al orgasmo, allá fuimos y del Norte nos brotó el cariño súbitamente, desde el Sur subían dolores como relámpagos inversos, comedores y baños públicos el territorio nuestro, fue de limpieza esa ilusión-trabajo en el Norte y nuestra madre brillaba en la rutina de limpiarse aquello con eficiencia, así se limpian los corazones en tus rascacielos, mírala renacer a pura luz o a pura sangre para enviarnos el cariño, alambrada por un viento misterioso que deseó perderse del pánico, sus cartas nos traían el mensaje con dorada perfección, ya no podíamos ver el alma suya si no era en el color de tanto billete alegrándonos, entonces algún tatuaje se puso entre nuestra cordura y el hambre, éramos ocho y

viajaríamos uno

por uno

uno por uno

uno

por uno

por uno

si muere uno, quedarán siete para brillar en el Norte, si caen dos, veremos seis pasando por nuestras pupilas como nubes hacia el Norte, si mueren tres, venderemos un catre para volverlo a intentar –así haya menos intensidad en los gemidos–, si la migra nos enamoraba cuatro, otros cuatro emergerían del lodo como cargadores del tiempo, si solo tres hemos de llegar, seremos tres enviando amor, limpiaremos muchos corazones allá arriba, seremos dos fingiendo pasión mientras se brinca ese muro invisible, amor, si he de llegar solo, me enviaré consuelo a mí mismo desde el Norte o seremos ocho angelitos que respiran la hermosura de su madre bajo la tierra, así acompañaremos la soledad de los rascacielos, es la tierra misma que nos manda cartas y cada línea nos toma un tiempo del tamaño de las carabelas, también nos cuesta leer desde el hambre que nos lleva enfilar los rostros, ponerlos frente a frente, con esa valentía con la que se beben unos aires quemados allá afuera, con su historia viscosa y un país, se estiraría hasta el Hades nuestra tristeza si supiéramos qué chingados es eso, en lo viscoso flotan las cartas, parecen soldaditos las letras, miles de combatientes que traen mensaje, corto el amor, se dice corto y en números, así pensamos desearíase tanto este viaje, no el de ahora, sí el de subir por los mapas vivos entrelazándonos las flores al pecho, buscaremos el origen destas cartas, un Norte y una madre, todos merecen eso, no esta estupidez, mereceríamos una fe más grande para insertarnos en los bares globalizados, necesitamos ocho carabelas, necesitamos cartas anónimas, o algo que diga

no te mueras

todavía no

no te mueras

todavía

y se acaba un poco el hambre, con cada envío se acaba un poco, siempre algo palidece, cada sobre que se abre es una exposición muy carnal de nuestros corazones batiéndose por los aires tan sucios, hasta la eternidad habrá alguien que reciba esta correspondencia

seran miles de cartas por el viento eldineroelalivioylasangrenuestranoquedaraenelvacioestaraescritaencadaletrasentidadesdeelnorte ~

 

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De Caja negra XX 2012 (México: Red de los Poetas Salvajes, 2010; Guatemala: Mata-mata, 2010).

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