Mancharse las manos

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En el verano de 1955, Simone de Beauvoir recorriรณ Espaรฑa en un utilitario, siguiendo la temporada de los toreros mรกs relevantes del momento: Julio Aparicio y Miguel Bรกez, el Litri. Tal era su aficiรณn que comprรณ los carteles de las corridas para empapelar su apartamento parisino. ¡Beauvoir junto al burladero! Y, si el turismo taurino de la madre del feminismo moderno no es sorpresa suficiente, resulta que su acompaรฑante en aquel viaje era Claude Lanzmann, el autor de Shoah, la pelรญcula definitiva sobre el exterminio nazi de los judรญos europeos, diecisiete aรฑos mรกs joven que ella y su amante por aquel entonces. Ni que decir tiene que eso a Sartre le parecรญa bien y eran todos amigos. Desde luego, otro mundo es posible.

Pero esta es solamente una de las sorpresas que depara la lectura de las memorias de Lanzmann, publicadas en Espaรฑa hace tres aรฑos por Seix Barral. La liebre de la Patagonia es un libro de intensidad abrumadora, cuyo exhibicionismo, aderezado con no pocas exageraciones, se disculpa inmediatamente a la vista de la vida que relata: una vida que responde tanto a un carรกcter como a unas circunstancias irrepetibles. Baste decir que Lanzmann combate en la Resistencia francesa, conoce en primera persona los orรญgenes del Estado de Israel, se infiltra en el fln argelino, viaja a Corea del Norte y China en los aรฑos sesenta, pilota cazas y escala montaรฑas, seduce infatigablemente pese a disgustarle el esfuerzo de seducir, defiende a Sartre frente a lo que denomina el actual dogma antisartriano, colabora en la prensa francesa de su รฉpoca, dirige Les Temps Modernes desde 1986, estรก a punto de ahogarse en una playa de Israel y de congelarse en una montaรฑa suiza… ¡Y hasta tiene una hermana que se mata por el amor no correspondido de Gilles Deleuze!

Ese mismo Claude Lanzmann ha vuelto a la actualidad cinematogrรกfica este mismo aรฑo con el estreno de El รบltimo de los injustos. Hablamos de un documental de casi cuatro horas de duraciรณn en torno a Theresienstadt, tambiรฉn Terezรญn, poblaciรณn checa que albergรณ el campo de concentraciรณn que los nazis emplearon como escaparate ante la opiniรณn pรบblica internacional: un escaparate que tambiรฉn era un seรฑuelo. Allรญ se deja ver el propio Lanzmann ante la cรกmara, interpelando a los espectadores, dando vueltas a lo que llama en sus memorias “el asunto central de mi vida”: los distintos modos de administraciรณn de la muerte. Ahora bien, Lanzmann no es el protagonista del filme, aunque no pueda evitar serlo tambiรฉn un poco: el injusto del tรญtulo es Benjamin Murmelstein, dirigente de los Consejos Judรญos de Viena y Praga, despuรฉs รบltimo presidente del Consejo Judรญo de Theresienstadt. Durante una semana de agosto de 1975, Lanzmann habla con รฉl en Roma; esa larga conversaciรณn es la base sobre la que se construye la pelรญcula.

No es la primera vez que Lanzmann aborda asuntos que habรญa dejado fuera de Shoah, pese a haber trabajado en ellos durante los doce aรฑos que empleรณ en la filmaciรณn de su obra fundamental; ahรญ estรก Sobibor, 14 de octubre, 1943, 4 pm, filme de 2001 sobre la revuelta en el campo del mismo nombre. Pero, esencialmente, su estrategia no ha cambiado y se ha basado en el mismo principio: renunciar a la representaciรณn de lo que no se puede representar. O lo que es igual, representarlo de manera indirecta, mediante la superposiciรณn de los testimonios de los protagonistas (entrevistados por un Lanzmann que busca en todo momento los luciferinos detalles del crimen: el color de las furgonetas, las tรฉcnicas de gaseamiento, los protocolos de transporte) con imรกgenes contemporรกneas de los escenarios de los hechos, renunciando por completo al material de archivo que tanta fuerza demostrรณ en Noche y niebla, la breve pieza que Alain Resnais compusiera en 1955, donde una voz en off sobrevolaba las imรกgenes de los campos y los muertos.

Por supuesto, el resultado es siempre un documental que no es un documental. Porque el documental no existe, como no existe el realismo: existen pretensiones de realismo y existe una convenciรณn llamada documental, que constituye una forma alternativa de entablar relaciรณn con la realidad. No hace falta recordar al burro que despeรฑa Buรฑuel por un barranco en Las Hurdes, tierra sin pan (1933) para comprender que, incluso aunque el burro se hubiera caรญdo solo, el director puede incluirlo o no en el montaje, ponerlo o no en conexiรณn con otros elementos del filme, sugerir uno u otro significado: eso que se llama puesta en escena. Lanzmann, que se tiene por un auteur de pleno derecho, dice que Shoah es una “ficciรณn de lo real”, confirmando, como seรฑala Sue Vice en su estudio de la pelรญcula, que el documental es un gรฉnero hรญbrido y diverso. Que Lanzmann se avenga en El รบltimo de los injustos a introducir, por vez primera, imรกgenes de archivo (como la pelรญcula elaborada por los nazis para vender las bondades de Theresienstadt) y restos del naufragio (pinturas realizadas en su momento por los presos) no modifica en lo esencial su planteamiento, que adquiere asimismo una cualidad teatral cuando el propio Lanzmann relata, folio en mano, el fusilamiento de otro dirigente judรญo, Eppstein, ante los muros del campo.

Murmelstein es un personaje fascinante, sobre el que se cierne la sombra de la acusaciรณn lanzada por Hannah Arendt en su Eichmann en Jerusalรฉn: la sombra del colaboracionismo. Acusaciรณn implรญcita en la pregunta que le dirige un policรญa checo justo despuรฉs de terminada la guerra: “¿Y cรณmo es que usted estรก vivo?” A lo que Murmelstein responde: “¿Y cรณmo es que usted estรก vivo?” Porque no se podรญa sobrevivir impunemente en 1945. Menos aรบn si se habรญa ocupado la posiciรณn de Murmelstein, quien habรญa tratado personalmente a Eichmann y responde a la famosa tesis de la banalidad del mal defendida por Arendt con un lenguaje menos sofisticado pero acaso mรกs certero: Eichmann, nos dice, era el mismo diablo. O sea, Eichmann era el mal sin adjetivos.

Mucho se ha discutido desde Arendt sobre el papel de los Consejos Judรญos, sin que, como es natural, pueda alcanzarse una conclusiรณn definitiva al respecto. ¿Ayudaron a los nazis en su tarea exterminadora, alimentaron la mansedumbre con la que los judรญos europeos parecieron aceptar su destino, o hicieron lo รบnico que se podรญa hacer en aquel contexto? ¿Fue Murmelstein un injusto? Murmelstein selbst rehรบsa dibujarse ante Lanzmann como un รกngel de bondad, pero resiste fieramente cualquier intento por juzgar a la ligera lo que era estar allรญ, entonces: condenado de antemano, siempre a un instante de la muerte, privado de toda dignidad. Demandar una justificaciรณn a alguien que ha vivido semejante experiencia no deja de ser una frivolidad, un lujo para los habitantes de la posteridad. No obstante, Murmelstein se aviene a proporcionarla con la inimitable cadencia verbal de su hermosรญsimo alemรกn, y su justificaciรณn es muy sencilla: alguien tenรญa que hacerlo. Es decir, alguien tenรญa que negociar con los nazis, demandar concesiones, minimizar el daรฑo. Y ese alguien era รฉl. Habรญa, admite, un elemento de vanidad: el disfrute del poder asociado al cargo que desempeรฑaba. Pero precisamente esa admisiรณn otorga credibilidad a Murmelstein, que no se hace ilusiones sobre sรญ mismo, porque no puede hacรฉrselas sobre el ser humano. Es fรกcil ser intachable sin mancharse las manos; manchรกrselas es renunciar a ser intachable.

Quizรก sea la fuerza de carรกcter de Murmelstein lo que atrae a Lanzmann; ambos son intelectuales inclinados a la acciรณn, personas sofisticadas que no se refugian en la ironรญa, sino que asumen los costes que comporta la toma de decisiones en un mundo siempre imperfecto y en ocasiones –Theresiendstadt circa 1944– vuelto del revรฉs. Al final de la pelรญcula, Lanzmann expresa a Murmelstein el deseo de ser considerado su amigo; acaso por reconocer en รฉl a un justo: uno posible, no de laboratorio. Murmelstein no responde, pero sigue paseando, cogido del brazo por Lanzmann, en aquel verano romano de 1975 que hoy llama a nuestra puerta de manera algo intempestiva. ~

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(Mรกlaga, 1974) es catedrรกtico de ciencia polรญtica en la Universidad de Mรกlaga. Su libro mรกs reciente es 'Ficciรณn fatal. Ensayo sobre Vรฉrtigo' (Taurus, 2024).


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