¿Qué libro leyó el reseñista? Parece un problema personal entre el crítico y el autor.
La lectura es muy mal intencionada, cambia frases de contexto y concluye algo que, me parece, es incompatible con lo que se lee en la novela. O tal vez yo la leo muy distinto porque soy chileno. Pero no creo.
Me parece que Alejandro Zambra ha hecho algo notable. Me gustaban sus novelas anteriores, pero esta va más allá y se hace cargo de temas nuevos para la literatura chilena. Además, esta novela es muy distinta a Bonsái y La vida privada. Acá ha provocado muchos buenos comentarios (de la crítica y de los lectores, que son los que importan, yo creo).
No sé quién es Geney, pero vaya que le molesta la sola existencia de Zambra. Insisto, esto parece un problema personal, no una crítica literaria. Me recordó la reseña de Decencia, aunque no la he leído, pero el tono era parecido. De todas maneras habla bien de la objetividad de Letras Libres, porque hasta donde sé, Zambra y Enrigue son colaboradores de la revista. Eso sí, debo decir que no estoy seguro de que estos críticos elegidos hayan sido los indicados. ~
– Guillermo Salazar
Puntualizo: No conozco a Alejandro Zambra, ni he tenido ni tengo ningún problema personal con él. Ignoro qué pruebas tiene el señor Salazar para afirmar que la mía sea una lectura “malintencionada” o que me “molesta la sola existencia” de Zambra. Para argumentar eso se requiere algo más que impresiones, como son las suyas, refutablemente personales. ¿O lo dice solo porque mi conclusión crítica es diferente? Él hace, en breves líneas, un comentario elogioso de la novela; está en su derecho (y yo de discrepar). Sería irresponsable de mi parte especular que él acaso tenga una relación amistosa con el autor y que por esa razón sale a defender un libro que, según mi lectura, es prescindible. Eso sí: no acepto que pretenda sugerir que el éxito de crítica que ha tenido o puede tener la novela en Chile es suficiente para ver la manifestación de un “problema personal” en lo que yo, o cualquier otro, afirme en sentido contrario. Tampoco me interesa que los temas sean nuevos para la sociedad o la literatura chilenas; no soy chileno: leo desde otras coordenadas. Lo estrictamente temático es secundario ante la pobreza estilística y técnica (¿qué libro leyó Salazar para no advertir estas carencias?) de Formas de volver a casa. ~
– Geney Beltrán Félix