Amargos días de tráfico. Atorado en una cola interminable rumbo a otro lugar donde hay que hacer cola. Cola para el trámite inútil. Cola en la comida corrida. Cola en el banco. Cola para ver al dentista. Cola en el supermercado. Cola telefónica para que te atienda uno de sus ejecutivos. Cola para entrar al baño. Cola para estrujarse en el Metrobús. Cola en la gasolinería. Cola para entrar al antro. Cola para que te cargue el alcoholímetro.
Amargo día de tráfico. No hay tiempo siquiera para leer los encabezados. Siempre tarde para hacer cola. Siempre tarde para que pase algo.
Tardé tanto en llegar aquí que ya no sé de dónde vine. En el semáforo, el sombrerudo de la camioneta me gritó:
-¡Compa! ¿Me puedes decir cómo llegar a la salida a Toluca desde aquí?
-¡Toluca! Claro, todo derecho y luego más. Pisa el acelerador y no pienses en volver. Ni siquiera mires el retrovisor. Todo derecho. Ahí serás libre, pensé, pero encogí los hombros y dije que no.
Antropólogo. Doctorando en Letras Modernas. Autor de dos libros de poesía. Bongocero. Nace en 1976. Pudo ser un gran torero pero...