El lunes 21 de enero se falló en Londres el T. S. Eliot Prize, el premio de poesía más importante del Reino Unido y equivalente al Booker Prize de novela. Este año lo mereció la poeta canadiense Anne Carson, quien ya había sido finalista en 1999 y en 2000. Carson es profesora de letras clásicas en la Universidad de McGill en Montreal, y en sus poemas aparece el mundo griego de una manera tan cercana que resulta inquietante. Al revés de Seferis, por ejemplo, que utiliza a Helena para hablar de su propia experiencia, Carson incorpora ese universo a la actualidad cotidiana. En Autobiografía del rojo, por ejemplo, compara al poeta Estesícoro con Picasso y narra la vida del monstruo Geriones como un adolescente atribulado que construye su autobiografía con una cámara de fotos y que se enamora de Heracles, su asesino. En El ensayo de cristal reúne a "tres mujeres calladas en la mesa de la cocina": su madre, Emily Brontë y ella misma. Su ironía es exacta y su pausada reflexión poética quita el aliento. Los adjetivos, dice, "epítetos" en griego, son los pestillos del ser. The Beauty of the Husband (La belleza del esposo), con que ganó el premio, es un largo poema en el que se recuenta un divorcio. Ya en el título se presiente la ironía y el respeto de su escritura.
El día anterior al premio, en el Teatro Bloomsbury de Londres leyeron nueve de los diez finalistas, entre ellos Seamus Heaney, y también James Lasdun y Sean O'Brien, a quienes incluimos Carlos López Beltrán y yo en La generación del cordero. Estaban todos los seleccionados, menos Geoffrey Hill, que no se caracteriza por su sociabilidad y que se quedó en los Estados Unidos, ese universo autónomo. Hay una fuerte carga de democracia en esos encuentros. El teatro estaba lleno y la gente pagó siete libras por escuchar la lectura. Los estudiantes y los que escuchábamos de pie pagamos cinco. Los diez (o nueve en este caso) poetas se reúnen y leen de sus respectivos libros. Ninguno sabe todavía quién será el ganador, pero lo que importa es el encuentro. El hecho en sí es emocionante. Más lo es el nivel de calidad de lo que se presentó. El jurado estaba formado por tres poetas reconocidos por sus pares. En este caso lo presidía Helen Dunmore, también novelista y escritora para niños, y lo conformaban John Burnside y Maurice Riordan, escocés el primero e irlandés el segundo, quienes también aparecen en nuestra antología. No escuché ningún comentario sobre supuestas parcialidades de los jueces, a pesar de que, por supuesto, hubo desilusiones. Se asume que el jurado escoge el mejor libro de poesía publicado ese año y no el de algún conocido. El premio consistió en 10,000 libras esterlinas donadas por Mrs. Valery Eliot, la viuda de T. S. Eliot, y se entregó al día siguiente, en una ceremonia al mismo tiempo formal y divertida. A Carson la publica en Inglaterra la editorial Jonathan Cape. Robin Robertson, un muy inteligente poeta escocés, y el editor de poesía más perspicaz del medio británico, es el responsable. Me dio gusto también por él. Traduzco un poema del libro:
Marido: Trabajo de campo final Se cortan los tres rectángulos y se reacomodan de tal manera que los dos comandantes estén montando los dos caballos
Duele estar aquí.
"Tú fuiste quien se escapó."
Contar una historia al no contarla:
querida sombra, esto lo escribí
lentamente.
¡Sus comienzos!
Mis fines.
Pero todo retorna
a una luna azul de junio
y una mancillada noche que dirían los poetas.
Algunos tangos pretenden ser sobre la mujer pero mira esto.
A quién ves
reflejado pequeño
en cada una de sus lágrimas.
Veme doblar esta página y piensa ahora que eres tú. –