Señor director:
El teniente coronel Hugo Chávez refundó todo: según su propio evangelio, Jesucristo fue un adelantado del socialismo huguista, y el golpe de Estado a un gobierno electo, una gesta libertadora. Mientras siga en Miraflores, la Historia contará lo que el Jefe ordene y los poderes serán utilizados para aplastar a todo aquel que no aplauda. Mientras tanto, al pueblo le retuercen el brazo invitándolo a celebrar que el poder es suyo, ya que el Máximo es su encarnación pura. Y es cierto lo que dice Ibsen Martínez en la letrilla “Los peligros de la aquiescencia”: la sociedad venezolana asiste al saqueo de todos sus valores con una mansedumbre pasmosa. ~
Caracas, marzo de 2007